Se llama Ana Tejerina Ortiz. Fue esta amiga boliviana, nacida por estos lares, quien me habló de esta parte de Bolivia. Decidí conocer, más allá de ciudades tan famosas como Santa Cruz de la Sierra, Cochabamba, Tarija, La Paz o Potosí, una localidad, no muy grande, que pertenece al Chaco boliviano. Por primera vez me adentraba en este vasto territorio de Sudamérica.
Una tierra, cercana a las fronteras de Argentina y Paraguay, donde, según todas las personas con las que he hablado, se degusta el mejor pescado del país gracias al río Pilcomayo. Puedo asegurarles que aquí se come muy bien.
En la ciudad benemérita de Villa Montes quedan aún recuerdos de los estragos de la guerra del Chaco (1932-1935). Un museo y algunos monumentos nos retrotraen a esta contienda entre dos países, ahora hermanos (Paraguay y Bolivia), que durante años se enfrentaron por este territorio.
Villa Montes es alegre, con una plaza central que es el núcleo y corazón de la ciudad. Allí se encuentra el Ayuntamiento, en cuya fachada hay unos bajorrelieves con elementos significativos de esta zona. Entre ellos, pozos extractores de gas y petróleo. Así es, esta parte de Bolivia es rica en gas, lo que origina cuantiosos beneficios a las arcas públicas estatales, además de ser una importante fuente de empleo para muchos de sus habitantes.
Tomar una cerveza tranquilamente en esta plaza, pasear por sus calles (más aún, cuando he tenido la mejor guía posible) o conocer nuevos amigos ha sido una gran experiencia. Difícil de olvidar.
A veces hay que viajar decidiéndose por lugares no tan turísticos, fuera de los clásicos itinerarios organizados por los turoperadores. El simple hecho de ver cosas, lugares y paisajes nuevos es, por sí mismo, un gran descubrimiento. Eso fue lo que sentí.
El Chaco boliviano, que ofrece una variada gama de actividades y ecoturismo, es tremendamente atrayente. Posee una baja densidad de población, eminentemente rural, donde aún quedan pueblos nativos como, entre otros, los guaraníes.
Por cierto, ¿sabías que por esta zona hay comunidades menonitas? Estas personas, que en muchos aspectos se oponen a los avances técnicos y a la modernidad, se dedican principalmente a la agricultura y la ganadería viviendo según unas estrictas reglas y, en cierta forma, aislados del resto de la civilización.
En definitiva, mucho por ver y por disfrutar, más allá de los grandes reclamos turísticos publicitarios del país. Decídanse por esta parte de Bolivia.
Datos útiles
– Air Europa ofrece vuelos directos desde Madrid a Santa Cruz de la Sierra. De aquí, hay autobuses que nos llevan a Villa Montes.
– Si lo desean, pueden disfrutar de unos baños termales cerca de Villa Montes. Las propiedades mineromedicinales de estas aguas, además de relajantes, resultan muy beneficiosas para la salud.
– Seguro que el nombre no les suena. Simplemente les aconsejo, si tienen sed, que pidan un refrescante mocochinchi. No les adelanto más. Les gustará.