Uno de los peores efectos y consecuencias que nos ha dejado estos años de pandemia ha sido el descenso de la calidad de la salud del ser humano, pues el sistema sanitario ha sufrido un nivel de estrés y desbordamiento difícil de superar.
Ahora que parece que todo vuelve a ser normal, tenemos necesidad de recuperar ese nivel de satisfacción, salud y bienestar que en gran parte habíamos perdido.
Surgen así conceptos como el ‘Dirt-y Wellness’, en el que se mezclan conceptos que ponen en valor nuestro propio bienestar y el del planeta donde vivimos; por eso, se buscan experiencias personales y profesionales en contacto directo con la naturaleza y el mundo rural en general.
Si hay algo que hayamos hecho prácticamente todos en este tiempo de pandemia ha sido algún tipo de deporte más o menos activo en nuestras casas, y nos hemos dado cuenta de nuestras carencias, cualidades y necesidades, Por ello, muchas personas no se encuentran a gusto con su cuerpo, y ese sentimiento no se puede convertir en ningún tipo de trauma, sino que tenemos que aprender a respetar y querer nuestro cuerpo, sea como sea. Así surge el movimiento ‘bodypositive’, que reivindica una mirada respetuosa y con cariño hacia nosotros mismos y nuestro cuerpo.
El bienestar tecnológico es un aspecto muy importante que no debemos dejar atrás; intentar no pasar demasiadas horas delante de la pantalla y hacer pausas y descansos, variando la actividad, para conseguir un descanso pleno.
Y si hay algo que hemos echado de menos en estos dos años pasados ha sido la posibilidad de salir de viaje, donde sea, pues no es necesario hacer un recorrido largo o viajar a un país exótico para que resulte gratificante. La tendencia actual es hacer viajes con experiencias que nos ayuden a crecer intelectual, espiritual y creativamente. Estos viajes pueden ser tanto para intentar hacer nuevas amistades como para encontrarse a uno mismo; disfrutar de una granja en un pueblo de interior, o viajar al rincón más recóndito, el caso es sentirse pleno.
Todo este tipo de experiencias hay que llevarlas a cabo con el simple objetivo de disfrutar y sin que suponga una sumisión a nuestro cuerpo, pues al final eso nos haría esclavos de este y no lo disfrutaríamos.