Tras estas semanas metidos en casa, modificando nuestros hábitos de vida, parece que el final del túnel se acerca.
Se atisba la luz que nos indica que esa ‘nueva normalidad’ ya está con nosotros. Volvemos a pensar en la posibilidad de viajar, de salir, de disfrutar con lo que nos gusta.
Obviamente, las circunstancias han cambiado drásticamente. Lo sabemos. Con seguridad, muchas cosas serán diferentes. Aun así, el ánimo y las incansables ganas de explorar nuevos destinos no mitiga.
Pensemos que cerca de nuestras casas también hay preciosos lugares para visitar. A veces, nuestra mente está enfocada en largos destinos, en paraísos exóticos, en otros continentes. Sin embargo, a pocos kilómetros, en nuestra propia Comunidad Autónoma, hay mucho por disfrutar y experimentar.
Siempre es un aliciente recorrer nuestra variada Extremadura. Valles, montañas, bosques, sierras, ríos, lagos, dehesas, llanuras, pueblos sin igual, ciudades espectaculares, magníficos restos arqueológicos, fantásticos balnearios, etc., nos esperan con los brazos abiertos. ¡A qué esperamos!
Es un buen motivo para descubrir, o redescubrir, los más cercano, lo más próximo. Lo nuestro.
No perdamos esa maravillosa oportunidad de, cuando las autoridades sanitarias nos permitan desplazarnos, aventurarnos en tantas y tantas opciones turísticas cercanas.
Extremadura es variada, diversa y atrayente. Es nuestra casa, nuestro hogar.
Ese paraíso lejano, tan distante en ocasiones y por el que hacemos grandes desembolsos económicos, puede perfectamente ser reemplazado por lo mucho que tenemos bajo nuestros pies.
Se llama Extremadura y sobrepasa las expectativas. Se llama Extremadura y no deja indiferente al viajero. Se llama Extremadura y, a pesar de que la sientas familiar, sigue sorprendiendo. Se llama Extremadura y regala, cuando la conoces, un agradable regusto que te pide volver.
Lo sabemos; vivimos en un lugar privilegiado.