La Diputación de Cáceres, de la mano de Cruz Roja, ha inaugurado la ‘Comunidad terapéutica Charo Cordero’, el primer centro de la provincia de Cáceres que se va a dedicar al tratamiento y la reinserción de mujeres con problemas de conductas adictivas en régimen interno.
Han asistido a la inauguración el presidente de la Diputación de Cáceres, Carlos Carlos; la diputada de Políticas Sociales e Igualdad, Amelia Molero; el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara; la presidenta de la Asamblea de Extremadura, Blanca Martín; el consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles; y el alcalde de Plasencia.
El centro se encuentra en la Finca Capote, en la carretera de Montehermoso, en el término municipal de Plasencia. Desde 2005 en esta finca se atendía a personas, con problemas de adicción, pero ahora se han adecuado y se han ampliado las instalaciones para ofrecer una atención específica a mujeres, pudiendo acceder al programa de tratamiento y reinserción las madres sin tener que separarse de sus hijos. La Diputación ha aportado 60.000 euros para esta reforma.
Carlos Carlos ha manifestado el compromiso de la Diputación de Cáceres para mejorar la calidad de vida de todas las personas, pero especialmente de los colectivos más vulnerables: “De ahí que hayamos financiado unas obras que considerábamos necesarias, para que las mujeres se sientan seguras de expresar sus necesidades y se las ayude a formar su autoestima para conseguir su rehabilitación e integración social, y hacerlo, además, sin tener que separarse de sus hijos e hijas, en el caso de que los tengan”. Así, el programa se complementa con el cuidado de los menores, con terapias dirigidas, normalización y socialización de la mano de su madre.
En la provincia de Cáceres no existía ningún otro recurso exclusivo para mujeres con problemas de conductas adictivas, y en Extremadura solo hay otra comunidad terapéutica de estas características, con ocho plazas. “Veíamos necesario contar con un centro así y eliminar listas de espera y ofrecer nuevas estrategias y recursos”, ha remarcado Carlos Carlos, quien además ha recordado a su predecesora, Charo Cordero, fallecida en diciembre del pasado año, y que da nombre al centro.
La adaptación del centro residencial en una primera fase permitirá contar con 12 plazas, para un tiempo de estancia aproximado de unos seis meses, enfocado a desarrollar programas de desintoxicación adaptados a las mujeres, teniendo en cuenta circunstancias añadidas como embarazos, violencia machista o la falta de conocimiento del cuidado de menores.
Entre las obras llevadas a cabo destacan la construcción de dos habitaciones dobles y dos habitaciones triples, creadas para poder acoger a mujeres con hijos, favoreciendo la intimidad de la familia y apoyando la unión y comunicación entre madre e hijo; baño completo con tres duchas individuales, tres cabinas con inodoros y lavabos; un baño infantil con ducha; una habitación para personas con discapacidad, con baño adaptado e integrado; un almacén para la ropa de cama y baño; calefacción con radiadores en todas las estancias del edificio; y un nuevo cuarto de caldera.
En el edificio de administración se ha intervenido para su mejora con nuevas salidas al exterior, adaptaciones de cuarto de baño, nuevo mobiliario para el salón de televisión, despacho de monitores, despacho de psicóloga, despacho de trabajadora social, biblioteca, cocina, nuevo almacén, ludoteca, sala polivalente o gimnasio, entre otros.