En el marco de las celebraciones carnavalescas del populoso barrio de Santutxu, donde se encuentra ubicado, el Centro Extremeño Bilbao ha invitado a sus socios y amigos a degustar dos exquisiteces gastronómicas extremeñas, la panceta y la patatera ibéricas, regadas con vino de la Denominación de Origen Protegida Ribera del Guadiana.
Esta tarde será el turno de los pinchos de panceta ibérica a la plancha, bautizados con el sustancioso nombre de ‘pancetines’, con la colaboración de los expertos guisanderos de la Academia del Cerdo Txarriduna, y tras una pequeña muestra de los cánticos regionales típicos de estas fechas, interpretados por coro del propio Centro Extremeño de Bilbao ‘Aromas del pueblo’.
La panceta ibérica tiene excelentes propiedades para el organismo humano, con un importante contenido en calcio, hierro, fósforo y potasio; vitamina B6 y B12, ácido palmitoleico, de propiedades antimicrobianas, y colina phosphatidyl, además de un mayor poder antioxidante que las vitaminas E y D.
Y el próximo domingo, coincidiendo con la celebración del ‘Domingo de piñata’ posterior al de Carnaval, en el que, pese a ser tiempo cuaresmal, la tradición establecía que estaban ‘permitidos’ los bailes y los excesos carnales, y entroncando con la popular fiesta de la Pedida de la patatera, que el Ayuntamiento de Malpartida de Cáceres promueve para el Martes de Carnaval, la estrella invitada será la patatera ibérica fresca, expresamente traída para la ocasión desde la localidad cacereña de Monroy.
La patatera es un singular embutido extremeño, tradicionalmente elaborado en las matanzas con gordura de cerdo ibérico, un poco de magro, patata cocida en puré, pimentón de La Vera, ajo y sal, y con una apariencia exterior similar a la del chorizo, pero con una textura que, en función de su grado de curación, permite que pueda consumirse untado en pan o en rodajas. Su origen se debe al ingenio de quienes se vieron en la necesidad de aprovechar al máximo los escasos recursos alimenticios de tiempos pasados.
La Pedida de la patatera es una fiesta intergeneracional de enorme participación, promovida por el Ayuntamiento Malpartida de Cáceres, que desde 1986 se realiza cada Martes de Carnaval, siendo su origen las rondas que, a finales del siglo XIX, hacían los jóvenes quintos por las casas del pueblo pidiendo viandas para hacer una comida popular de celebración del Carnaval.
