En 2021 se conmemora el centenario de la publicación de ‘El miajón de los castúos’, obra cumbre del vate de Guareña, sin desmerecer otras, como ‘Las brujas’ o ‘Extremadura’.
‘El miajón de los castúos (Rapsodias extremeñas)’ ha conseguido condensar, tanto en el fondo como en la forma, un sentimiento de extremeñidad que, inequívocamente, consigue trasladar al lector desde la grandeza de lo local, desde el reconocimiento y puesta en valor del tuétano de lo castizo, hasta la comprensión y el ensalzamiento de los valores más universales del ser humano.
En el primer poema, ‘Compuerta’, Luis Chamizo invita a leer su libreta a quienes cruzan Extremadura sin llegar a detenerse para conocerla en profundidad:
“…Si n’os podéis pará, meté pal bolso
este cacho e libreta,
y al pasá por aquí mirá pal cielo,
y endispués pa la tierra,
y endispués de miranos con cariño,
prencipiar a leegla;
porqu’ella sus dirá nuestros quereles,
nuestros guapos jorgorios, nuestras penas,
ocurrencias mu juertes y mu jondas
y cosinas mu durces y mu tiernas.
Y sus dirá tamién cómo palramos
los hijos d’estas tierras,
porqu’icimos asina: jierro, jumo
y la jacha y el jigo y la jiguera…”
Decía José Ortega Munilla en el prólogo del libro: “El poeta Chamizo tiene el secreto de la expresión brava. Tiene también el secreto de la expresión tierna. Los que leáis este libro no quedaréis defraudados. Lo que os afirmo es que no lo podréis leer con tranquilidad, porque salen de aquí para allá las vehemencias, surgen de improviso las audacias expresivas. Todo es grande, fuerte, potentísimo… El libro de Chamizo no es de los que se dejan dormir en la estantería de la biblioteca. Quien comience la lectura la continuará y la dará fin, y no se olvidará más de ella”.