El promotor del Alcazaba Festival de Badajoz, Carlos Lobo, ha mostrado su satisfacción por el desarrollo de la edición de este año: “Tengo que hacer un balance muy positivo. Es de los festivales más importantes, por lo difícil, que hemos logrado sacar adelante. Todo el mundo pensaba que se iba a suspender, pero hemos sido valientes”.
El director del certamen destacaba el esfuerzo de las personas que forman el festival: “Me quedo con el buen sabor de boca de que, durante 15 días, se haya trabajado para dar seguridad y ofrecer cultura segura”. Por último ha agradecido tanto al Ayuntamiento de Badajoz como a la Junta de Extremadura su apoyo, anunció para el próximo año “un nuevo Alcazaba, y será por todo lo alto”.
El amplio despliegue de seguridad del Alcazaba Festival ha permitido que el certamen se desarrolle con todas las garantías. Un equipo formado por 22 personas ha velado por la seguridad, los conciertos han contado con entradas y salidas escalonadas, anunciadas por megafonía, asegurando la distancia social establecida en el protocolo de la normativa anti-Covid, y el personal de Cruz Roja ha tomado la temperatura a los espectadores, que además han contado con dispensadores de hidrogel repartidos por todo el recinto.
El ciclo de conciertos celebrado en la Alcazaba pacense comenzó con el violinista Ara Malikian sobre el escenario, en el que volvió a derrochar energía y virtusidad en ‘Petit Garage’, un espectáculo íntimo y de una calidad extraordinaria en el que estuvo acompañado por el pianista Iván ‘Melon’ Lewis.
El segundo concierto fue ofrecido por la banda de pop-rock ‘Taburete’, liderada por Willy Bárcenas, que hacía parada por primera vez en la provincia pacense. El espectáculo lo abría Iñigo Merino, actuando como telonero en un concierto muy especial para músico extremeño, por tratarse de la primera vez que canta en su Badajoz natal.
Precisamente Willy Bárcenas fue el centro de todas las atenciones, ejerciendo de maestro de ceremonias con el don de gente que le caracteriza durante la hora y media de acutación.
La noche comenzada con un Iñigo Merino entregado a su tierra. Era la primera actuación en su Badajoz natal y el artista fue creciéndose por momentos. El cantante pacense consiguió emocionar a su familia, que se encontraba entre el público, con un tema dedicado a sus padres y a su hermana.
El festival terminó con una doble actuación de Manuel Carrasco en dos noches consecutivas, que ya estaba prevista en la edición del año pasado que finalmente no se celebró.
Como viene siendo habitual en su gira el concierto se iniciaba con ‘Prisión esperanza’, rindiendo homenaje a los que ya no están, a los momentos tan duros de esta crisis sanitaria y a los que están luchando por salir de ella y frente a ella; se trata de un tema cuyos derechos tiene cedidos a la Federación de Bancos de Alimentos
En la primera noche se produjeron muchos momentos mágicos, entre ellos la alusión del cantante a la Asociación Mi Princesa Rett, que lucha por la investigación y calidad de vida de personas afectadas por ese síndrome, cuyos responsables de Badajoz estaban presentes en el concierto y con quienes el onubense colabora activamente en el calendario solidario desde hace algunas temporadas.
En el segundo espectáculo de nuevo se cuidaron los detalles de la escena con una exquisita producción de iluminación y sonido, en el pequeño formato de esta breve gira en acústico.
Estuvo acompañado por su banda, que en esta gira ha estado formada por David Carrasco (saxo, percusión y coros) , Cristian Chiloé (percusión y coros), Francois Legofic (guitarra acústica y coros), Pepe Curioni (bajo y coros), Roberto Lavella (guitarra acústica) y Javier Loza (teclado).
