Los restos más antiguos de este municipio corresponden a las Edades del Cobre y Bronce, habiéndose localizado una estela y grabados rupestres en el Cerro de San Cristóbal.
Se conservan restos de villas del Bajo Imperio Romano, y es muy posible que alguna aldea o villorrio hubiese en la zona cerca de lo que probablemente fuese una plaza fuerte, zona conocida como ‘El Castillo’, durante la Alta Edad Media. De hecho, son interesantes los restos romanos del asentamiento de la ‘Charca de la Malena’.
Durante la invasión musulmana esa plaza fuerte se consolida. El propio topónimo actual es de origen árabe, más concretamente de la época de las invasiones de los almorávides; es cuando se asentó definitivamente el núcleo de población del que realmente data la localidad, resaltando las ruinas de ‘Las Mezquitas’.
Almoharín fue ganado a los musulmanes por las tropas cristianas del rey Alfonso IX de León durante el primer tercio del siglo XIII (1223-1230). Otorgando la encomienda de la población a la Orden de Santiago, posteriormente también formó parte del Señorío de Medellín y más tarde del de Montánchez.
En la sierra de San Cristóbal, se levantaba el castillo, con el mismo nombre, hoy desaparecido tras ordenar su derribo en 1479 don Alonso de Cárdenas, maestre de Santiago, para potenciar aun más la fortaleza de Montánchez y evitar el riesgo de que volviese a caer en poder de manos enemigas.
Hasta 1596, cuando compró el título de villa, Almoharín perteneció al señorío de Montánchez.
Cruz de la Vega
Junto al camino de las Zorreras está la Cruz de la Vega. Símbolos de piedad popular, hoy en desuso, pero que forman parte de nuestra historia y son indicativos de la actitud con que, en otros tiempos, se salía a los caminos o se retornaba de ellos. Con frecuencia eran objeto de breve oración para suplicar amparo ante los peligros del camino incierto que se comenzaba o para dar gracias por culminar con éxito del que se regresaba.
Allí está el parque dedicado a la Constitución Española con motivo de su vigésimo quinto aniversario. Junto al mismo, abrevaderos y lavaderos de piedra que sirven ahora para el juego de los críos pero que antaño fueron de inestimable utilidad.
La cruz pétrea se eleva sobre dos gradas de granito, una cuadrangular y otra circular gruesa de piedra que sirve de basa sobre la que se apoya la columna o varal cilíndrico, liso que remata en un capitel de vaso liso y cruz de sección cuadrada. Obra de hacia 1760.
Crucero de la ermita de Santa Filomena
En el camino a Guadalupe se levanta este crucero sobre cuatro altas gradas circulares; tiene gruesa basa a modo de una quinta grada que sirve de apoyo al arranque de la columna; tanto en la basa como en las escaleras superiores se conservan varias cazoletas.
La columna es cilíndrica, lisa, de piedra, que remata en un capitel de vaso liso. La cruz de forja es moderna. Podemos fechar este crucero en la segunda mitad del siglo XVIII.