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Diccionario del buen humor

Diccionario del buen humor
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En 1948 la editorial Sánchez Rodrigo de Plasencia publicó ‘Diccionario humorístico (Auxiliar de la Gramática Parda)’, de un tal Ambrosio ‘El de la carabina’, supuestamente seudónimo de un autor del que no se cita el nombre. He aquí una muestra de su sentido del humor.

Abandono. Enfermedad crónica y contagiosa, muy extendida.

Abdicar. Renunciar a un derecho cuando no hay otro remedio.

Abogado. Individuo de cuidado. También, algunos estudian en las leyes la forma de enzarzar a sus clientes y ganar ellos el litigio.

Abuelo. El encargado de la mala educación de los nietos.

Adán. El primer hombre que vino al mundo, y aquí continúa, sin intención de abandonarle.

Adueñarse. Hecho natural y corriente entre los que tienen la conciencia muy lejos y la ocasión muy cerca.

Agitador. Cazador que en vez de pólvora utiliza como explosivo la codicia y la ignorancia de otros.

Alcalde. Su principal función es atender a las exigencias de los que le han elevado y sufrir las censuras de los demás.

Almanaque. Cartilla de racionamiento del tiempo.

Amnistía. Manjar exquisito, pero indigesto si no se toma con moderación.

Antepasado. Donde recurren los que gustan de vanagloriarse y no tienen motivos propios.

Anzuelo. Aparato que no solo sirve para pescar peces; todo depende del cebo que se coloque y del sitio donde se le eche.

Asno. Dicen que se distinguen principalmente por tener las orejas muy largas; pero hay muchos a los que no les crecen tanto.

Avaro. La obsesión de que nunca tienen suficiente les hace vivir más pobres que las ratas y completamente esclavizados.

Babel. El planeta que habitamos.

Babia. Lugar donde se va mucha gente a pasar largas temporadas, o a quedarse allí.

Bolsista. Una forma de vivir jugando con el crédito nacional.

Borregos. Los que no son hijos de oveja, han estado, están y estarán en mayoría, aunque tengan figura de pastores.

Burocracia. Calamidad nacional.

Cacique. Cifra significativa de poco valor absoluto, pero a la que dan un valor relativo los ceros que tenga detrás. Mientras la mayor parte de los números sean ceros, sin valor propio, que únicamente sirven para ocupar lugares, no desaparecerá el caciquismo.

Candidez. Rellano de la escalera por donde suben los truhanes.

Capricho. Un deseo contracorriente que es muy corriente.

Caricatura. El retrato más expresivo.

Casamiento. Un salto en la oscuridad.

Catedrático. Funcionario que justifica su sueldo por la calidad, no por la cantidad de trabajo.

Cerilla. Como las personas, casi todas tienen algo en la cabeza, pero muy poco fósforo.

Comunismo. Sistema que dicen quieren establecer los mayores enemigos de las comunidades.

Constitución. Una ley que nace con mucha pomposidad y se llama fundamental de un Estado. Después en la práctica, lo fundamental está en los hombres que le gobiernan.

Cuentos. Unas veces sirven para entretener a los niños y otras para preocupar a los mayores.

Cuerdos. Llegará un día en que estos sean los anormales.

Chapucería. En lo que son maestros muchos que se tienen por tales en su oficio.

Charlatán. Molesta como el abejón, aunque no se le atienda sigue impertinente como el abejón, y cuando se agota la paciencia hay que librarse de él como del abejón.

Chaveta. Quienes no la hayan perdido deben remacharla bien, por si acaso.

Chinche. Insecto doméstico sumamente cariñoso con las personas; en la oscuridad de la noche vela por ellas sin hacer el menor ruido y advierte la necesidad de hacer limpieza.

Chismoso. Empleo honorífico. Los que le ostentan se conforman con eso, con la ostentación.

Chupar. Al venir a este mundo es lo primero que aprendemos; durante el aprendizaje adquirimos el convencimiento de que chupar es provechoso; y como lo que se mama no se olvida fácilmente, forman legión lo que se desviven por encontrar ocasión de practicar, sin ningún escrúpulo.

Deber. A los que preocupa y abruma también les hace disfrutar de una alegre placidez de espíritu que estimula a amar la vida. Lo uno y lo otro evitan quienes se desentienden del cumplimiento de sus obligaciones, pero en la bolsa de los valores morales su papel se cotiza en baja.

Decencia. No preguntes por esa señora, que no está en casa.

Decente. Persona de pocas aspiraciones.

Déficit. En la administración particular es cosa grave, a la que se busca remedio con el mayor empeño; pero en la Administración pública nadie le da importancia.

Democracia. Esposa modelo si su marido es rico. Si es pobre, terminan divorciándose.

Depilatorio. Tomadura de pelo.

Desamor. El origen de la luna de hiel.

Descanso. Ocupación principal de muchos trabajadores.

Desenmascarar. A lo que no se llega suprimiendo el carnaval.

Desgobernar. Obra en la que todos cooperamos con arreglo a nuestras posibilidades. El mayor impulso lo recibe de las agrupaciones políticas.

Desierto. Donde más se predica.

Destajo. Procedimiento infalible para hacer las cosas mal.

Dictador. Título a que aspiran algunos políticos que se pasan la vida abominando de las dictaduras.

Dieta. La causa que justifica muchas comisiones.

Dineral. Cantidad imaginaria.

Discurso. Rosario de palabras que generalmente no es más que música celestial. Y a veces ni esto.

Divagar. ‘Di-vagancia’ y estará más claro.

Economía. Cumbre cuyas vertientes son la dilapidación y la avaricia; y por ambas se llega al fondo de la miseria.

Ejército. Una fuerza que no será necesaria el día que piensen igual todos los seres humanos.

Embudo. El legislador que más leyes ha dado en el mundo, y las que mejor se cumplen.

Escalafón. Refugio de cuantos desean vegetar.

Estafar. Una de las muchas formas de vivir en sociedad.

Excusa. Capa casi siempre transparente en que se envuelve la verdad.

Expediente. De no estar bien servidos no podemos quejarnos los españoles.

Fácil. Lo que hacen otros.

Fanfarrón. Mentecato de profesión que cree estar siempre entre aprendices.

Fantoche. Siempre hace recordar a algún conocido esta palabra.

Farmacia. Oficina donde se despachan productos para aliviar a las familias de los enfermos.

Fea. No gusta a las mujeres oír esta palabra, de no ser cuando se aplica a alguna amiga.

Feliz. El que nada desea. Pero esto debe ser muy aburrido.

Forro. Lo que sirve de base para formar juicio de las cosas la mayoría de las veces.

Franqueza. Por ser parienta próxima de la grosería con frecuencia las confunden cuantos no ven entre ellas a la delicadeza.

Fulano. A quien todo el mundo nombra y nadie conoce.

Fútbol. Antes era un juego; hoy es una cosa seria por los muchos intereses que pone en juego, que son los que más juegan.

Ganancia. El estimulante por excelencia.

Grosero. Los hay que se precian de serlo por creerse sinceros.

Guerra. Desavenencia entre pocas personas que da lugar a la ruina y la muerte de muchas. Es un azote del que la humanidad no se puede librar. Se engrandecerán unos pueblos y decaerán otros; alternarán los oprimidos y los opresores, se progresará en lo material, se cambiarán las formas de gobierno, se transformarán las costumbres, pero el factor hombre conserva a través de los siglos todos sus vicios y virtudes.

Gusto. Se dice que sobre él no hay nada escrito. Por eso mismo hay amplia libertad para escribir cada cual a su gusto.

Haber. El vecino de al lado del Debe.

Hacienda. El departamento del Estado en que más defectos ven los contribuyentes. Se considera buen Ministro de Hacienda al que recauda más millones que sus anteriores, sin dar importancia a los procedimientos, ni en qué se invierten.

Higuera. Donde algunas personas están muy tranquilamente. No diremos que están en lo firme, pero sí camino del limbo.

Historia. Bazar donde acuden oradores y literatos y siempre encuentran el objeto apropiado para ilustrar sus razonamientos y de paso lucir sus conocimientos. Se tiene por más o menos verdadera, según quien la escriba y quien la lea. Aun así la historia enseña mucho, pero el hombre aprende poco.

Honor. Esta palabra, como ‘honradez’. ‘patriotismo’ y otras, las tienen intervenidas los que se dedican a hacerlas sonar.

Huésped. Se le recibe con alegría por fuera, y se despide con alegría por dentro.

Humor. Si es bueno, da media vida; pero si es malo, se lleva la otra media.

Ideal. El pueblo los crea para después odiarlos.

Iluso. El primer elemento para un mitin político.

Imbecilidad. Defecto que no impide obtener cargos o empleos.

Incógnito, de. Como debe reconocer un Jefe de Estado su país para estar menos engañado.

Incrédulo. Quien no cree lo que debe, fácilmente cree lo que no debe.

Inseparable. Los ineptos, de los cargos que ocupan.

Intelectual. Si en teoría es una autoridad, en la práctica suele ser una calamidad.

Inteligencia. No basta con cultivarla; necesita ser gobernada para que dé buen fruto.

Intriga. Dama de compañía de la política.

J. La letra más alegre.

Jabón. El cosmético que más hermosea.

Jactancia. Dicho que normalmente produce un efecto contrario al propuesto.

Justicia. La enemiga de los amigos.

K. Letra que no debe repetirse.

Kilogramo. Medida de peso no determinado, por estar en relación directa con la conciencia de los tenderos.

Lagarta. No todas son la hembra del lagarto.

Laico. En todas las profesiones puede haberlos, menos en la de tabernero; estos tienen que bautizar el vino que beben los ‘paganos’.

Lealtad. Condición que poseen ciertos animales respecto al hombre. También la tienen algunos hombres.

Leer. Como el comer, si no se digiere, es más perjudicial que provechoso.

Lengua. El gatillo por donde se disparan las personas.

Lepe. Como son muchos los que saben más que él, debe de saber muy poco.

Ley. Los regidores tienen más interés en dictar leyes que en hacerlas cumplir, lo que motiva que muchos ciudadanos apenas tengan idea más que de la ley del embudo. Sobre todas impera la de la fuerza, aunque, como a otras muchas leyes, no siempre le acompaña la justicia.

Libre. Aun de los que se creen que obran conforme a su libérrima voluntad, pocos escapan de la influencia de la mujer.

Listo. ¡Cuidado! No tropecemos con un sinvergüenza.

Loco. En el manicomio residen los representantes de los que están fuera.

Lotería. Entre la infinidad de formas que hay para tributar es de las más acertadas.

Madrugar. Una de las cosas que recomiendan muchos que no la practican.

Manga. Moda que no pasa es tenerla ancha.

Mañana. El día ideal para los perezosos.

Mariposear. Es muy corriente esta forma de hacer como que se trabaja sin trabajar.

Matraca. Una de las pocas cosas que se dan.

Matrimonio. Unión de un hombre y una mujer, que entre sus principales fines tiene el de ejercitar la paciencia.

Médico. Su misión es acortar las enfermedades, ayudando a los enfermos a que se curen o a que se mueran.

Mitin. Reunión donde se halaga al auditorio para que secunde los fines que se proponen los organizadores.

Moneda. Dama muy engreída de su poder, y aunque no recibe ningún desprecio, por sus pocas virtudes y el desaliño a que ha llegado está algo desprestigiada.

Morfeo. Tiene muchos devotos incondicionales.

Municipal. Empleado que cobra poco por hacer menos.

Musaraña. Lugar preferido para la vista o el pensamiento que buscan reposo antes que trabajo.

Nada. Lo que nos llevamos del mundo, donde no pocos se pasan la vida haciendo la maleta.

Necio. Con imprudencia y terquedad, muchas veces se coloca delante de los que saben más.

Ninguno. Los bienes que creemos nos sobran.

Obligaciones. De las que queremos saber menos que de los derechos.

Ocasión. Señora calva a la que hay que coger por los cabellos.

Oído. Es recomendable procurar que este aparato trabaje más que la lengua.

Olla. Tras la que se mueven la mayoría de los españoles.

Oportunidad. Don tan valioso que se antepone en muchos casos al talento, la fuerza o la riqueza.

Opositor. Suele creer que si triunfa es por su competencia, y si no, es que otro ha tenido mejores recomendaciones.

Oro. El metal que hace más dúctil y maleable al hombre.

Paciencia. El mejor remedio para todos los males.

Pacifismo. Una teoría que se convertirá en realidad muy poco antes del Juicio Final.

Palabra. No es recomendable confiar demasiado en la ajena ni faltar a la propia.

Pancista. Una forma de entender la política que no puede servir como ejemplo de civismo.

Parra. Donde no es bueno subirse.

Pato. A veces le paga unos por meter otros la pata.

Paz. Por lo que se hacen las guerras, según los estadistas.

Periódico. Es grande su poderío para ilustrar o ensombrecer al pueblo.

Periquito. La mayoría se han hecho frailes.

Picio. No debe ser tan feo cuando siempre resultan más los que se le comparan.

Pleito. Contienda que terminaría menos mal, si no intervinieran los abogados.

Populachería. El primer peldaño para elevarse en la política.

Presumir. Siempre se carece de algo más de lo que se presume.

Prevaricar. Se emplea poco esta palabra, pero no es por falta de ocasiones.

Prontitud. Con lo que pocas cosas se hacen bien.

Pucherazo. Uno de los fuertes pilares que sostienen al sufragio universal.

Quehacer. Gran enemigo del vicio.

Querer. Es más que poder.

Quincena. Período de tiempo que no suele ser de 15 días.

Quiromancia. Adivinar por las rayas de las manos hasta dónde llega la simpleza de algunas personas.

Rata. La protectora de los gatos; gracias a ellas, disfrutan de buena vida.

Ratero. Ladrón que cursa el preparatorio.

Rebuznar. Lo que no hacen todos los asnos.

Recaudador. Cargo que los sordos pueden desempeñar con ventaja.

Recomendación. Para las causas justas no debieran ser necesarias; pero las que más se valoran, y que tanto dañan a la sociedad, son las que se utilizan para conseguir injusticias. El prohibirlas es otro mal por lo que contribuyen al desprestigio de la autoridad.

Remordimiento. Condena impuesta por el Juez Supremo, cuyos fallos son inapelables.

Responsabilidad. La exige más veces la venganza, que la justicia.

Retintín. El sonido que más molesta.

Rico. El que está conforme con lo que tiene.

Riqueza. Madrastra de la ociosidad. La vida muelle adormece la actividad.

Risa. Una de las mejores medicinas.

Rutina. Es tan cómoda que atrae a las personas, esclavizándola al convertirlas en máquinas.

Sabio. Los que lo son no se preocupan de demostrarlo, como pretenden los que tienen más de necios.

Sacrificio. Esto dicen lo políticos que hacen, pero pocas veces se los cree y menos dicen la verdad.

Secretario. En las corporaciones, más que la pluma que manejan las riendas.

Seguro. Se puede asegurar que no siempre es seguro.

Sentido (común). En vez de común debiera llamarse raro, por la escasez.

Serrín. Se emplea como sustituto para rellenar seseras.

Simpático. El que nos habla de las cosas que más nos interesan.

Sobornar. Ciencia que adelante en ritmo acelerado. No en vano se dedican tantos a su estudio y perfeccionamiento.

Sueco. Se hacen más que nacen.

Suegra. La discordia personalizada.

Superstición. Uno de los varios frutos que da la ignorancia.

Tabarra. Lo único que dan con generosidad algunas personas.

Taberna. Lugar donde se gasta en beber el dinero que hace falta para comer.

Tedio. Una puerta que se abre a las enfermedades.

Tolerancia. Amortiguador de la maquinaria social.

Tontería. Dicho que encanta a las mocitas.

Tornillo. Pieza que en la máquina humana con frecuencia se afloja y hasta se pierde.

Traje. Por donde se comienza a juzgar a las personas.

Trece. Número primo. No el número de primos, que es infinito.

Truhan. Sinvergüenza que ha completado sus estudios.

Untar. Ofrece algunos reparos y dificultades cuando no se tiene la precaución de despojarse previamente de la dignidad.

Urna. Depósito de mentiras de donde se quiere sacar una verdad electoral.

Usurero. El estraperlista de tiempos normales.

Usurpador. Ladrón con alguna categoría.

Utopía. Espejuelo de que se valen los oradores políticos para atraer las multitudes bobaliconas.

Vagabundo. Sujeto que pasa gran trabajo por no trabajar.

Vago. Profesión muy corriente y que a algunos les da para vivir con cierta holgura. El contacto con estos productores ofrece sus peligros.

Vaivén. Movimiento de opinión popular.

Vehemencia. Más que dar firmeza a los pensamientos, lo que hace es entorpecerlos.

Veletas. Las metálicas se colocan en lo alto de los edificios, pero los de carne y hueso, aunque están más bajas, giran con igual facilidad.

Ver. Lo que debe hacerse con los ojos propios.

Verdad. Como está desnuda cada cual la viste a su gusto. La verdad a medias es una ingeniosa mentira.

Vergüenza. Se dice que se la comió un borrico; y algo habrá, cuando cada vez se ve menos vergüenza y más asnos.

Vicio. Primogénito de la ociosidad.

Vida. Cine de sesión continua.

Y. Letra que hace el oficio de grapa entre las palabras.

Yo. Se antepone casi siempre, si no en la expresión, en la intención.

Zalamería. Vulgar procedimiento para torcer voluntades.

Zángano. Es la suya una ocupación muy cómoda en la que algunos se muestran incansables.

Zanguanga. Ganduleritis infecciosa.

Zorro. Animal que sirve de modelo a algunos racionales.

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