Los datos documentales más antiguos que hacen referencia a la ermita de San Antonio Abad corresponden a 1528, cuando se inició la construcción de la parroquia con la que la cofradía colabora económicamente. La pequeña ermita recibió una importante ampliación en 1553, trabajando en las obras Sebastián de Aguirre. Entre 1688 y 1695 se llevan a cabo reparaciones a cargo de Juan Flores Tapia.1 Una reforma más se llevaría a cabo en el siglo XVIII, consistente en la elevación en altura de la nave, abovedamiento y enlosado de cantería, alcanzando su aspecto actual.
Es un edificio de mampostería y sillería de una sola nave con cuatro tramos, reservándose la cantería para las partes nobles y refuerzos como los nervios de la bóveda estrellada de terceletes, las ménsulas sobre las que se apoya la bóveda y los contrafuertes. La capilla mayor se cubre con bóveda de terceletes y la nave con lunetos sobre arcos apuntados que descansan en pilares adosados. A los pies, portada con arco de medio punto, de grandes dovelas. En el lado de la Epístola, puerta de medio punto, actualmente tapiada. En la cabecera se abre una hornacina rodeada por decoración renacentista en relieve a base de candelabros, y rematando en efigie humana, en cuya rosca aparece la leyenda que le identifica, “Petrvs Apostolvs”.
El estilo predominante del edificio es el gótico tardío, pudiéndose datar en la primera mitad del siglo XVI. En el lado de la Evangelio se conserva en un retablo neogótico una escultura de San Antonio de Padua, en madera policromada, del siglo XVIII. En el presbiterio un retablo del siglo XVIII con dos columnas estriadas y la hornacina central aloja una escultura de San Antonio Abad2 en el banco, dos óleos sobre tabla con representaciones de la Anunciación y la Virgen entre dos santos dominicos, rematando el retablo un Crucificado popular; toda la obra en madera policromada muy repintada en sus aspectos arquitectónico, escultórico y pictórico. Don Tomás Martín cita al tallista Vicente Barbadillo como autor de la talla de los marcos de los cuadros que pintó para la ermita el pintor-dorador Tomás Hidalgo.3
En el muro del Evangelio se conserva un retablo neogótico que alberga una imagen del Niño Jesús, en mal estado de conservación, del siglo XVIII. También un Cautivo moderno o Jesús de Medinaceli, “Donado por don Pablo Boleas García, en memoria de su santa y adorada esposa Dña. María de los Reyes Manzano Barriga y de su santa y adorada hija Stra. Elvira Boleas Manzano, que yacen en la capilla construida en la parte nueva del cementerio de este pueblo, en la cual quiero descansar en su día al lado de ellas. Se ruega una oración por sus almas. 13-junio-1979”, según una inscripción. Bajo la peana de la imagen moderna de la Virgen del Carmen cuelgan varios exvotos.
En el muro de la Epístola hay un retablo neogótico con una imagen moderna de la Virgen de Fátima, y otras imágenes modernas completan los bienes muebles, como un San José con el Niño y otra imagen de la Virgen del Carmen.
El 17 de enero Malpartida celebra la fiesta de San Antonio Abad, que en otras épocas tuvo mucha importancia pero que ha ido perdiendo protagonismo, aunque ese día todavía se congrega una cantidad importante de fieles devotos de este santo.
La imagen de San Antonio Abad, titular de la ermita, tuvo una gran devoción en los años de la posguerra. Los fieles le regalaban chacina y panes, que posteriormente se repartían a los más necesitados en la puerta de la ermita el día de su fiesta. La imagen de San Antonio Abad baja en procesión hasta la Plaza Mayor de Malpartida, donde se ponen mesas con las ofrendas y se le rinde homenaje con el baile del cordón.