Enlazando con un artículo anterior en el que comentaba las diferencias entre un producto fermentado y uno destilado, vamos a meternos en casos prácticos y productos concretos.
Puede que no tengamos claro si el vermú pertenece a uno o a otro ‘bando’; lo vamos a aclarar desde el principio, aunque luego entremos en más detalles: esta bebida se encuadra dentro de los fermentados.
Aunque se suele atribuir la primera referencia documentada al médico griego Hipócrates, quien dejó constancia de su ‘vino hipocrático’ o ‘vino de hierbas’, se suelen considerar también como antecedentes del vermú algunos restos de vino de arroz mezclado con hierbas provenientes de China hace más de 3.000 años; al igual que en la India, donde se le daba uso medicinal, y desde oriente ya más tarde se expandió hasta Europa.
Su nombre proviene de la palabra alemana ‘wermut’, que significa ajenjo, una planta relacionada con usos medicinales o terapéuticos desde hace milenios, con beneficios, por ejemplo, para el sistema digestivo. En esta línea de superpoderes tenemos el que la relaciona con uno de sus usos actuales más habituales cuando se aplica a la bebida, el de aperitivo; así pues, uno de los momentos en los que el vermú puede hacer las delicias de nuestro cuerpo y alma es como agente ligero que ayude a abrir el apetito antes de una buena comida. Citamos este botánico en concreto, que le da nombre, porque es uno de los que le aporta su carácter junto al resto de la tropa presente en la receta.
Ahora bien, ¿qué es? Partamos de que es una bebida obtenida cogiendo un vino blanco o un vino fortificado, ese al cual se le ha añadido alcohol vínico durante su elaboración. Los vermús ‘rojos’ realmente son blancos a los que se añade jarabe o caramelo, con lo cual van a ser por norma general algo más dulces, aunque actualmente el mercado ya ofrece también tintos criados en barrica y otras variantes.
Suele proporcionar un agradable contraste o equilibrio, según se mire, entre los sabores dulce y amargo principalmente, aunque lo podemos encontrar totalmente seco también. Y en la parte aromática es donde quizá tenga su mayor personalidad, fuerza o expresividad, ya que por eso se elabora normalmente con una receta que puede llegar a los 70 u 80 botánicos, o los que sea menester, que se maceran para aromatizar dicho vino y que le confieren así una identidad propia en cada casa. Por ‘botánicos’ podemos entender hierbas, raíces, especias, flores, frutas…
Además de ser un excelente y milenario producto por sí mismo, hay que destacar también su extendido uso en coctelería, integrado en la receta de alguno de los grandes clásicos como el Negroni, o el famoso trago Vesper de James Bond.
En respuesta al título del artículo, no es un vino como tal, ya que la normativa impide llamar así a cualquier producto que no proceda meramente de la fermentación del mosto de uva; pero se podría decir que son primos y está arraigado y de moda en Europa y parte del extranjero. ¡Salud!