Uno de los autores de novela histórica más leídos de España, Jesús Sánchez Adalid, publica su nueva obra ‘Las armas de la luz’, editada por Harper Collins Ibérica, tres años después de su último trabajo, ‘Los baños del pozo azul’.

En torno al año 1000 Almanzor amenaza una y otra vez el norte de la península Ibérica. Unos misteriosos barcos arriban a la costa tarraconense y dejan un extraño presente en el pequeño puerto de Cubelles. Este es el inicio de la emocionante peripecia vital de dos muchachos que acabarán viajando al Alto Urgell, cuando el conde Armengol I está a punto de unirse a la gran alianza de condes y magnates que han decidido independizarse definitivamente del reino franco y, a la vez, romper con las antiguas servidumbres impuestas por el poderoso califato de Córdoba.

En medio de todo esto, una mujer joven se debatirá para liberarse de las ataduras de su cerrado mundo familiar y social.

Jesús Sanchez Adalid presenta un gran friso narrativo que recrea el agitado inicio del segundo milenio: la vida en los castillos y campamentos guerreros, las peculiares relaciones entre nobles y clérigos, la rica cultura monacal, las costumbres cotidianas, el amor, la guerra, el miedo y el valor.

Siempre en los fascinantes escenarios de una tierra singularmente bella y agreste, pero también fértil y poblada de luminosas ciudades: Barcelona, Gerona, Seo de Urgell, Vic, Solsona, Besalú, Berga, Manresa, Tortosa, Lérida; y de grandes monasterios que extienden su influencia: Santa María de Ripoll, San Cugat, San Juan de las Abadesas, San Pedro de Rodas, San Martín de Canigó Con la esplendorosa Córdoba califal como telón de fondo.

Una figura crucial es Oliba, hijo de los condes de Cerdanya y Besalú, que en 1002 renuncia a su herencia para hacerse monje. En medio de la confusión y la violencia, surge un hombre cuya cordura y sabiduría aportará luz, y descubrirá el verdadero tesoro, que es de naturaleza espiritual.

‘Las armas de la luz’ es un viaje claro y anímico hacia el sorprendente mundo medieval, en el que se cruzan y entremezclan héroes de ficción y protagonistas históricos, en la epopeya de una tierra que lucha por regir su propio destino.

Hemos tenido la ocasión de charlar con el autor sobre su última creación.

Después de numerosos títulos de renombre como ‘La luz del Oriente’, ‘El Mozárabe’, ‘Alcazaba’, etc., ¿qué puede ofrecer a sus lectores este libro que no tengan los demás?
‘Las armas de la luz’ es un viaje anímico hacia un periodo sumamente interesante de la Historia, el final del siglo X y los inicios del siglo IX. Es una época tan fascinante como desconocida. La idea surgió por el encuentro con un acontecimiento histórico impresionante, pero inexplicablemente ignorado. Encontré el dato casi por casualidad.

Hay historias que pareciera que estaban esperando el momento presente para ser escritas. Esta es una de ellas. Durante la investigación de una novela anterior hallé en las crónicas islámicas un dato muy significativo que era totalmente nuevo para mí; los catalanes saquearon Córdoba en los inicios del siglo XI, cuando todavía el califato estaba en plena vigencia.

Aquello ocurrió justo después de la muerte de Almanzor, y como una venganza bien planeada. Porque Almanzor, en el año 985, había saqueado y destruido a su vez Barcelona, llevándose a Córdoba toda su riqueza y millares de cautivos.

Los condes catalanes nunca olvidaron aquello, como tampoco el hecho de que los francos no hubiesen acudido para socorrerlos. A partir de entonces decidieron independizarse de la monarquía franca e iniciar su propia andadura, a pesar de la gran amenaza que suponían los musulmanes.

La ocasión de la venganza llegó cuando el califato se vio envuelto en una guerra civil. Los catalanes reunieron un gran ejército y descendieron hasta Córdoba, que todavía seguía siendo la ciudad más rica y esplendorosa de Occidente, y la saquearon. El tesoro que se llevaron consigo a Cataluña fue inmenso.

La historia de ‘Las armas de la luz’ comienza cuando unos misteriosos barcos arriban a la costa tarraconense, en el pequeño puerto de Cubelles, y dejan allí por error un extraño regalo que estaba destinado a Almanzor, pero que caerá en manos de los nobles cristianos que defienden la zona.

Así empieza una curiosa epopeya, en la que he querido recrear con la mayor fidelidad la vida en los castillos y campamentos guerreros, las peculiares relaciones entre nobles y clérigos, la rica cultura monacal, las costumbres cotidianas, el amor, la guerra, el miedo y el valor.

Pero, además, esta novela es un auténtico viaje anímico, una experiencia vital, en la que el lector debe sentir, emocionarse y tener siempre la sensación de ser arrancado de su realidad y trasladado a otras épocas, a otros mundos, como si verdaderamente estuviera allí.

Sus obras se caracterizan por la forma de combinar realidad y ficción. Si tuviera que elegir, ¿se quedaría con la novela de ficción o con la histórica?
No soy historiador. Me mueve la literatura y no la historia. Si bien es cierto que soy muy cuidadoso con la verosimilitud de los escenarios. Leo libros de historia y libros de ficción. No me planteo esa elección.

Sabemos que su método de documentación es viajar, leer e investigar; ¿cuál es su método para la creación de los personajes?
Es necesaria siempre una estructura previa. Es un trabajo de diseño, de creación pura, hay que pensar y repensar. Siempre me planteo que todo debe ser natural, sin forzar las situaciones ni las personalidades. A mis personajes debo sentirlos reales, como si en verdad tuvieran existencia y los conociera bien.

¿Qué es más complejo, el proceso de creación de la historia o el de los personajes?
Las dos tareas van muy unidas y ambas tienen su trabajo. Es un permanente entrelazarse: los personajes hacen la historia y la historia los hace a ellos.

‘Las armas de la luz’ cuenta con personajes especialmente reales, en busca del autoconocimiento, con los que todos nos podemos sentir identificados en ciertos momentos; ¿cuánto hay de usted en estos personajes?
Pretendo separarme de ellos y que cobren vida propia. Pero eso no se puede lograr siempre. Inevitablemente, el autor está ahí. El que escribe no puede abstraerse totalmente de sus experiencias personales, sus concepciones del mundo, sus ideas…

El autor
Nacido en 1962 en Villanueva de la Serena, Jesús Sánchez Adalid se licenció en Derecho por la Universidad de Extremadura y realizó los cursos de doctorado en la Universidad Complutense de Madrid. Ejerció de juez durante dos años, tras los cuales estudió Filosofía y Teología.

Ha recibido importantes galardones como escritor, como el Premio Fernando Lara en 2007, el Premio de Novela Histórica Alfonso X el Sabio en 2012, el Premio Grada de Cultura en 2011, o el Premio Hispanidad en 2013. Además, fue distinguido con la Medalla de Extremadura en 2009, el máximo galardón de la Comunidad, y es académico de número de la Real Academia de las Artes y las Letras de Extremadura, cuya biblioteca dirige.

También es patrono de la Fundación Paradigma Córdoba, cuyo fin es recordar los ejemplos positivos de convivencia entre las tres religiones abrahámicas, judía, cristiana y musulmana, que ocurrieron en Al-Ándalus, buscando los principios y fundamentos del ecumenismo y del diálogo.