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Joco-serio estimulante (Mérida). José Luis Rodríguez Plasencia

Joco-serio estimulante (Mérida). José Luis Rodríguez Plasencia

Aunque parezca extraño a ciertas personas, los bares han sido y serán, si es que se acaba la pandemia que nos invade, lugares donde mediante ‘el vino hablao’, ajeno al ‘vino solitario’ propio de borrachines, tomado con amigos u otros parroquianos próximos, tanto en la misma barra como en las mesas, se conocen hechos, dichos y anécdotas que bien pueden pasar a formar parte de la etnografía o el folklore popular.

Y Extremadura no podía ser una excepción. Fruto de estas ‘hablaurías’ tabernarias recopiladas aquí y allá, dentro de nuestra comunidad es este repertorio que ofrezco a los lectores de Grada, en concreto de la zona de Mérida.

Yo siempre llevo encima un bolígrafo y una libretita y anoto cuando escucho cuanto me llama la atención, por si no lo tengo ya recogido.

Dichos y expresiones generales de la comarca emeritense
‘A media caña’. Expresión que se utiliza para indicar que una persona no ha quedado satisfecha con la comida o que algo no ha llegado a su fin. Con iguales significados se dicen ‘A medio aire’ o ‘A media molienda’.

‘Dar cheira’. Darse prisa.

‘A las descáncaras’. Sin recato ni vergüenza.

‘A espantajigo’. Realizar una acción con agilidad, con prisa, sin mesura.

‘Huele a zorrocotroco’. Olor nauseabundo.

‘A seco’. Trabajar para alguien obteniendo solo el jornal; la comida corre por cuenta del obrero.

‘Andar a la cata’. Andar en busca de algo.

‘Andar a relva’. Relvar significa levantar el barbecho. En algunos pueblos del norte extremeño es persona que anda suelta, sin dominio de nadie. También se aplica al ganado que no tiene pastor.

‘Ser más agarrao que un tornillo en el mes de agosto’. Al estar la tierra muy seca resulta muy difícil arrancar algunas plantas. De ahí pasó a referirse a las personas tacañas.

‘Jadel migas con alguien’. Congeniar con él o con ella.

‘Ir a la manta’. Robar. ‘Mantero’. Ladrón.

‘Irse de poyetón’. Quedarse soltero.

‘Salir de trunía’. Salir de fiesta, de jarana.

‘Ir a asomastrospón’. Se dice cuando van unos detrás de otros, ocultándose y riéndose alternativamente.

‘A jancha pellejo’. Comer mucho, hartarse.

‘De jiñijañi, aunque de dañi’. De gañote, comer o beber gratis.

‘Siesta del burro’. Pequeña siesta que se echa uno antes de comer.

‘¡Mira, no te metas, manos de estopa!’. Quiere decir que no es tan fácil conseguir lo que se pretende.

‘Andar a zancas de araña’. Estar metido en asuntos nada claros.

‘Esos son tutulillos o titulillos’. Rumores o bulos infundados.

‘Nadar al turruntuntún’. Andar sin rumbo fijo.

‘La zorra vieja, en el lazo se mea’. Destaca lo difícil que resulta engañar a quien tiene experiencia, pues le hace mostrarse perspicaz y desconfiada.

‘Quien tiene los hijos al lao, no ha de morir ahitao’. Es decir, que no tendrá la pena de quienes se ven solos en el momento de su muerte.

‘Con el agua de febrero
buena avena,
buen centeno
y buena escoba
de baleo’.

Hace alusión a los beneficios que aportan a la agricultura las lluvias de ese mes. El baleo es una planta recia y áspera que se utilizaba en los pueblos para hacer escobas.

‘Joder la marrana’. Es común oír en nuestra Comunidad esa expresión o alguna de sus variantes: ‘se jodió la marrana’, ‘joderse la marrana’. ‘has jodido la marrana’, en referencia a algo que se fastidia o estropea. Aquí, el verbo ‘joder’ no hace referencia al acto sexual, sino a fastidiar, estropear, jorobar. Y ‘marrana’ tampoco alude a la hembra del cerdo o marrada, sino al eje de la rueda de la noria, artilugio compuesto por dos ruedas engranadas con la que, mediante cangilones, se subía el agua de los pozos. Se le llamó así porque el ruido que hace guarda cierta semejanza con el gruñido de las cerdas. De lo cual se deduce que el origen de esta expresión proviene de la acción de sabotearle la noria a alguien para fastidiarle, atascándosela con algún palo o barra de hierro o incluso echando arena, impidiendo así que girase.

Foto: Cedida
Foto: Cedida

Dichos y expresiones propias de Mérida
‘Como el chocho de la Lola’ es un antiguo dicho de Mérida para indicar que alguien está a disposición de quien lo desee. La Lola era una vieja prostituta que tenía su chozo a las afueras de la ciudad, en los barrancos de Araya, y que por 1 peseta ‘aliviaba’ las necesidades sexuales de quienes no eran muy exigentes a la hora de elegir compañera de cama.

‘Ves menos que la gata de María Ramos’. En alusión a la gata de porcelana que tenía sobre un mueble.

‘Limpiar el charco’. Pagar lo que se debe en el bar hasta un momento determinado.

‘Bailaor que baila y no se arrima es porque la tiene seca’. Sin comentarios.

‘Ves menos que la Quica’. Es que la tal Quica vendía cupones de la ONCE.

Sobre las personas que no tenían más remedio que acatar algo:
‘Si pica el caldo
de la ensalá,
pique o no pique,
te lo tienes que tragar’.

Sobre las mozas:
‘Ventanas a la calle
son peligrosas
para los padres que tienen
las hijas mozas’.
Porque las mozas o jóvenes que se exhibían más de la cuenta corrían el peligro de ser consideradas lo que no eran, o de caer sentimentalmente en los brazos de quienes no les convenían.

‘Y a lo demás, picón’. Cuando en un testamento, a alguno de los familiares no le han dejado nada en la herencia.

‘Mejor es quedarse con ganas que estar enfermo mañana’. Recomienda no abusar de algo que pueda perjudicarnos si se toma en demasía; por ejemplo, el vino.

‘Eres como el tío Zarramplas’. En Mérida y comarca, zarrapastroso; es decir, persona que presenta un aspecto muy poco aseado, viste con ropa sucia, rota o vieja, o descuida el aseo y arreglo de sus cosas.

‘Aún no es alcalde y ya quiere comer de balde’. Hace referencia a quienes pretenden beneficiarse de algo que no les compete o corresponde.

‘¡Con cuentos a Guareña!’. Se aplicaba a la persona que iba diciendo chismes o enredos para hablar mal de otra.

Estos versos se dicen como alusión a quienes no hacen caso de recomendaciones o consejos:
‘Predique, padre;
predique madre,
que por un oído me entra
y por otro me sale’.

‘Lo que a la mujer no le gusta, al hombre no le hace daño’. Porque por más que se empeñe no llegará a catarlo.

‘De la vieja el consejo y de la joven el conejo’. Sin comentarios.

Cuando las corrobras tabernarias se despedían era corriente decir:
‘Por ahí va un toro,
por ahí una vaca:
Cada uno a su casa’.

Esta coplilla se usaba en múltiples casos, especialmente entre equipos deportivos o incluso individuales:
‘El Mérida pensaba
que iba a ganar la copa;
llegaron los de Calamonte
y le partieron la boca’.

En Mérida, cuando se ganaba algo, al fútbol por ejemplo, se decía:
‘Hemos ganao
la copa del meao,
Y los que han perdío
se la han bebío’.

Otros versos emeritenses propios de niños:
‘La vara de San José
todos los años florece;
la vergüenza de los hombres
se ha perdido y no aparece’.

A continuación se daban la mano.
‘Cazo con cazo,
contigo me caso;
sartén con sartén,
contigo me casaré’.

Sobre el padre nuestro, dicho infantil:
‘Padre nuestro,
metío en un cesto,
de pie o de cabeza
verás cómo reza’.

Infantiladas emeritenses:
‘Líbreme Dios
de un manco,
de un cojo
y de uno
al que le falte un ojo.
Los cojos de pierna tiesa
van diciendo contentos:
-Aquí la llevo, aquí la llevo
y para no insistir,
¡to pa mí, to pa mí!’.

También canturreaban después de haber jugado y ganado un partido de fútbol:
‘Le metimos, le metimos,
le metimos treinta y dos,
y no le metimos más
porque se pinchó el balón’.

Otra coplilla oída en Mérida. Sobre las habas.
‘Ay, señora Catalina,
despácheme bien las habas,
que somos muchos hermanos
y nos quedamos con ganas.
Habas puse el lunes,
habas puse el martes,
el miércoles habas
y el jueves tomate.
El domingo puse frijones
por ver si me convenía,
y viendo que no me convino
habas puse el otro día
Habas pues el lunes,
habas puse…’.

Otros versos escuchados al cliente de un bar que sin venir a qué, canturreó por lo bajini:
‘Al que toca la zambomba
le tenemos que decir,
que se vaya de este pueblo,
que no nos deja dormir’.

Gabriel María Vergara Martín, en su Diccionario Geográfico Popular, recogió lo siguiente sobre Mérida:
‘Santa Olalla, la patrona
de Mérida la florida,
el sangriento Diocleciano
le mandó quitar la vida’.

Y este dicho aplicable al que es muy cuidadoso de sus intereses: ‘Tienes más ojos que el puente de Mérida’.

Andrés, dueño del Mesón Extremeño. Foto: Cedida
Andrés, dueño del Mesón Extremeño. Foto: Cedida

Versos oídos a algunos contertulios cuando ya el vino va haciendo sus efectos
Piropos en verso:
‘Eres rosa del rosal,
clavel de la clavelera
y a ti te digo yo
que eres la pura canela’.

‘Cuatro limones
y cinco flores,
seis naranjitas
¡cómo te ‘víá’ de amores!’.

Epitafio de un marido decepcionado por cómo había transcurrido su matrimonio:
‘Tú estás tendida
y yo de pie.
Tú ahora descansas
y yo también’.

Alusivos a las personas que son unos inútiles que no produce provecho, servicio o beneficio:
‘No sirve para nada,
para nada sirve;
no sirve para nada
ni para esconderse sirve’.

Anécdotas emeritenses
Dos emeritenses cruzan en pleno agosto junto al templo de Diana y se fijan en un grupo de turistas japoneses que, cámara en mano, aguantaban estoicamente las explicaciones del guía.
-No comprendo -dice uno de los emeritenses- cómo estos japonesitos pueden estar tan tranquilos con el calor que hace a esta hora para ver unas piedras por muy romanas que sean.
-¿Aguantar dices? -le responde el otro-. ¿Acaso los japoneses no son hijos del Sol Naciente?

Un comisario del Cuerpo de Policía local no puede contener una carcajada cuando uno de sus subordinados le pasa el informe de las diligencias que ha llevado a cabo respecto a un robo perpetrado en una vivienda de la ciudad. El susodicho agente, entre otras cosas, había recogido en el informe:
“…y también falta del domicilio un ‘condón’ con medalla de oro, valorado en 500.000 pesetas que…”

Dicen que iba un mozo medio ‘tomado de vino’ por la calle cuando se cruzó con una joven algo rellenita de trasero. Y le dijo:
-¿A dónde va la culona con ese culo?
-A la pescadería a por un besugo -le replicó ella.

En un bar el componente de un grupo, estimulado por el vino, salió por peteneras y canturreó:
‘Ahora sí que estoy a gusto
comiendo y bebiendo
con personas de mi gusto’.

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