El libro ‘Ermitas, oratorios y capillas callejeras de Trujillo y sus consideraciones constructivas’ es la nueva publicación de José Antonio Ramos y Raúl Gómez, una aportación más a la localidad cacereña.
De perfil analítico e investigador respecto a edificaciones o construcciones de culto, el libro ha sido prologado por el primado de España y arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, y cuenta, además, con las colaboradores de Tino Escribano, con sus excelentes leyendas, y las láminas e ilustraciones del trujillano José Barrado. Editado por Tau Editores, tiene 400 páginas con una gran variedad de fotos a color.
“Con esta obra no queremos presentar una simple relación de lugares dedicados al culto de ciertas advocaciones, sino un trabajo que pretende ser completísimo, para llegar a un mayor conocimiento de las ermitas, oratorios y capillas de Trujillo, algunos de ellos ya inexistentes. Conocer la historia de estos lugares de culto es entender en gran parte la vida de nuestros antepasados”, explica José Antonio Ramos.
Por su parte, Raúl Gómez incide en que “Trujillo se ha caracterizado por ser una sociedad estamental con una clara organización gremial, y una economía sustentada, en gran parte, por la agricultura y las explotaciones ganaderas; sector que, como bien es sabido, es muy dependiente de las condiciones climatológicas de nuestra tierra. Estos motivos, tal vez, han debido de ser claves para que en Trujillo se desarrollase una cultura muy impregnada de elementos religiosos de singular belleza y con detalles constructivos muy específicos”.
Esta publicación recoge datos documentales sobre las continuas crisis de producción agraria, las frecuentes epidemias y las constantes guerras, circunstancias que favorecieron que se establecieran votos ante una imagen sagrada, que obligaban a toda la población y a sus descendientes durante siglos, pero también que surgieran con cierta frecuencia mecenas agradecidos a una determinada advocación, o a que se crearan cofradías que se verían en la necesidad de construir aposentos adecuados donde recoger sus efigies veneradas.
Las cofradías desempeñaron un papel fundamental en este proceso. Eran asociaciones agrupadas en torno a una imagen, formadas generalmente por laicos, creadas en un principio en torno a un oficio, que con posterioridad se abrieron al barrio, al resto de la población e incluso a los devotos de localidades vecinas. Dieron un gran empuje a la cristianización de la sociedad al hermanarse los cofrades y desempeñar un papel asistencial de ayuda a los enfermos, socorrer a las viudas y huérfanos, distribuir limosnas, enterrar a sus muertos y, sobre todo, celebrar el día de la fiesta de su devoción.
Esta obra supone un estudio histórico, antropológico y hagiográfico de cada una de las devociones, así como datos constructivos de los diferentes edificios, y artísticos de imágenes, retablos u objetos sagrados que han existido en las ermitas, los oratorios y las capillas estudiadas.