La Diputación de Badajoz ha acogido la presentación, a cargo de su vicepresidente primero, Ricardo Cabezas, del libro ‘25 años en la Suerte de Saavedra’, escrito por el sacerdote del populoso barrio pacense Pepe Carracedo.
De don José el cura a Pepe a secas; de Fregenal de la Sierra a Badajoz. Así fueron los inicios de Pepe Carracedo como sacerdote en la capital pacense tras aceptar la propuesta del entonces obispo Antonio Montero para trasladarse a Suerte de Saavedra, barrio que por aquel entonces estaba en pañales y ni siquiera contaba con iglesia. “Me comentó que había un proyecto nuevo en Badajoz, una parroquia nueva y que quería que me encargara de ella”, recuerda el párroco jubilado de aquella conversación con el prelado.
Este libro recoge aquellos comienzos y las décadas posteriores como titular de la parroquia de San Pedro de Alcántara. “A Pepe no podríamos tildarlo como un clásico sacerdote, pues entre sus muchos méritos promovió en Fregenal cooperativas de trabajo”, ha explicado Ricardo Cabezas. De hecho, al llegar a Badajoz y conocer la barriada dijo que “pertenecía a la corona de espinas que rodeaba a la ciudad”, ha añadido.
En Suerte de Saavedra se planteó empezar desde cero con un grupo de cuatro jóvenes vinculados a la comunidad ‘Pueblo de Dios’, a la que se fueron sumando nuevos miembros. Implantaron un estilo diferente, “donde la comunidad era la que apoyaba al párroco y al alma de la parroquia”, en palabras de Ricardo Cabezas.
Con tiempo y esfuerzo Pepe Carracedo creó un gran centro parroquial, que además de su labor propia realizaba cursos de formación para jóvenes, desempleados y otros colectivos. Destacan de él su capacidad e iniciativa, su lucha por la dignidad que la barriada necesitaba y su ayuda a los más necesitados. En este aspecto nunca ha dudado en dar si lo tenía, como cuando le sustituyó un párroco peruano al que cedió su casa en la parroquia por no disponer de vivienda, mientras él se mudaba al domicilio familiar.
El libro se divide en tres partes: una descripción de la barriada, el realojo de las Cuestas de Orinaza; y los logros finales. Para el autor el relato de la urbanización de los polígonos y otras obras que se levantaron gracias a las instituciones, sostiene el primer capítulo de la publicación. “Por entonces creamos la coordinadora de barrio y de ahí nació la asociación de vecinos”, ha rememorado. También ha recordado el realojo de vecinos de las Cuestas de Orinaza: “fue bonito pero difícil, aunque pudimos atenderlos dignamente”; aun así reconoce que las dos comunidades, la natural del barrio y la realojada, viven de espaldas. Como logros finales menciona el centro social, el centro de salud, el mercadillo y otras dotaciones; en el colofón incluye un apéndice final con una mirada al futuro, hacia los próximos 50 años y todo lo que queda por hacer.
Aunque se jubiló en 2009 tras 26 años como párroco, continúa colaborando en la parroquia y también en la ermita de San Isidro. Tiene una calle con su nombre desde 2010 en la barriada y ha realizado un papel ejemplar como impulsor y promotor de asociaciones, sin olvidar su labor como transmisor de las inquietudes del barrio.
‘25 años en la Suerte de Saavedra’ ha sido editado por la Imprenta Provincial, con una tirada de 325 ejemplares.
