El espectáculo de producción propia de la Orquesta de Extremadura ‘En busca del instrumento perdido’, creado por Juan Pablo Valencia y Santiago Pavón, ha proporcionado aprendizaje y diversión a alumnos de 90 centros escolares de toda la región, a través de conciertos celebrados en Badajoz, Cáceres y Mérida.
La propuesta consiste en un viaje apasionante a través de la música en busca de un instrumento mágico de fabulosos poderes. En compañía de la Orquesta de Extremadura, su director, Juan Pablo Valencia, y con la guía exploradora de Santi Pavón, sigue las pistas en un divertido recorrido de la mano de compositores de todos los tiempos, que invitan a descubrir la capacidad de la música para hacernos navegar en el tiempo, el espacio y el mundo de las emociones.
Se trata de un espectáculo completamente autoproducido por la Fundación Orquesta de Extremadura en el seno de su área socioeducativa, ‘Afinando’, creado e ideado por sus protagonistas, Juan Pablo Valencia y Santiago Pavón, director asistente de la Orquesta de Extremadura y músico profesor de la plantilla, respectivamente.
’Afinando’ es un proyecto social y pedagógico de la Fundación Orquesta de Extremadura que cuenta con la colaboración de todos sus músicos profesionales. Partiendo de la frase de Pablo Picasso “Todos los niños nacen artistas. El problema es cómo seguir siendo artistas al crecer”, pretende acercar la música y todos sus valores desde distintos apartados sociales: música como formación, música como acción social y música como terapia.
Existen numerosos estudios que determinan que la música tiene una influencia muy positiva en el desarrollo cognitivo, creativo, intelectual y psicológico de los más pequeños y en determinadas enfermedades degenerativas.
La intención de la Fundación Orquesta de Extremadura es ‘afinar’ a cualquier amante de la música para construir futuros consumidores de cultura en Extremadura. Además, la educación musical temprana favorece el desarrollo de las áreas del cerebro involucradas en la capacidad del razonamiento y el lenguaje, y estudiar música y otras artes favorece la capacidad de relacionarse con otras culturas y enseña a ser empáticos con esas otras personas.