La nueva temporada de la revista Alcántara, que edita la Diputación Provincial de Cáceres, muestra en su número 89 la cruz de la Orden de Alcántara en tonos rojos y verdes, y da inicio a una nueva etapa, su sexta época, con Fernando Ayala como director.

Son 75 años los que han transcurrido desde el número 1 y muchos los cambios, pero manteniendo siempre el espíritu “de la única publicación de la provincia de estudios locales”, como ha apuntado el diputado de Cultura y Turismo, Fernando Grande. “A partir de este principio seguimos trabajando para añadir nuevos contenidos, incorporar nuevos colaboradores, sumándolos a los ya habituales, y, sobre todo, aportar a los lectores interesantes estudios, alentar el análisis y el debate e invitar a disfrutar de la literatura y el arte en el más amplio sentido de la palabra”, ha añadido.

La revista se divide en Estudios Generales, Ensayos, Creación literaria y Reseñas de libros. Precisamente, en este último apartado se incorporan en la nueva temporada las reseñas de las obras ganadoras del último certamen literario de la Diputación de Cáceres.

Entre los nombres nuevos, en este número se pueden encontrar Ivar Matusevich y Mila García García, en el apartado literario; Luis Carlos Sánchez Bueno, que viaja hasta Valdeobispo con el estudio ‘El templo de San Pedro Apóstol de Valdeobispo (Cáceres): una construcción peculiar del Instituto Nacional de Colonización’; y José Vidal Lucía Egido, que se introduce en el aljibe de la Casa de las Veletas de Cáceres, con el artículo ‘El agua quieta del aljibe’.

Estos cuatro nuevos nombres se suman a otros como José Luis Rodríguez Plasencia, que aporta sus conocimientos sobre la historia del vino; Jesús Fernando Bravo Díaz, que acerca al patrimonio arqueológico de Castra Caecilia; o el viaje al que invitan Enrique Casadomet, José Antonio Ramos Rubio y Francisco Pérez Solís a los dólmenes en tierra de Cáceres; y sobre Garrovillas de Alconétar y su festividad de San Antón Abad habla Julio Saavedra Gutiérrez.

En las páginas literarias, además de Matusevich y García, se incluyen los escritos de Ismael López Martín, Sebastián Martín Ruano y Miguel Ángel Rodríguez Plaza, además de las reseñas de libros realizadas por Félix Pinero.

“Daremos difusión a jóvenes y veteranos investigadores, así como, una vez más, apostaremos por la plausible creatividad de aquellos que deciden dar luz a sus inquietudes literarias”, ha incluido en la presentación Fernando Ayala, quien coge el testigo de Salvador Calvo en la coordinación de la publicación.

Licenciado en Filosofía y Letras en la División de Geografía e Historia por la Universidad de Extremadura, y doctor en Historia, Fernando Ayala ha desarrollado su trabajo en el Servicio de Programas Educativos de la Consejería de Educación, Ciencia y Tecnología de la Junta de Extremadura, así como la Jefatura de Servicio de Formación del Profesorado. Además, ha prestado sus servicios en el Consejo Escolar de Extremadura.

La revista Alcántara fue fundada en 1945 por Tomás Martín Gil, Fernando Bravo y Bravo, José Canal Rosado y Jesús Delgado Valhondo como una publicación literaria. A lo largo de estos 75 años ha pasado por distintas épocas.

La primera llegó hasta 1979, y se publicaron 197 números. Dirigida por Tomás Martín Gil, comenzó siendo sufragada por sus propios colaboradores; sin embargo, a partir del número 15 la Diputación de Cáceres se encargó de su edición y publicación, nombrando director a Pedro Romero de Mendoza, quien figuró hasta su muerte, en 1969.

Desde 1970 hasta 1979 la revista estuvo dirigida por Carlos Callejo Serrano, y contó con colaboradores como Antonio Rodríguez Moñino, José Canal, Jesús Delgado Valhondo, Enrique Segura, Manuel Monterrey, Fernando Bravo, Pedro Caba, Valeriano Gutiérrez Macías o Miguel Serrano Gutiérrez, entre otros.

En 1980 se inició una segunda época, dirigida por Domingo Tomás Navarro, de carácter eminentemente literario, pero que también reflejó el mundo político-social de la provincia cacereña. Pertenecieron a esta segunda redactores como José María Parra Talavero y Fernando Hernández Pelayo.