Qué momentazo, qué carrera, qué fin de semana, qué manera de gestionar neumáticos, qué forma de correr, qué inteligencia leyendo la carrera, tanto la suya como la de su compañero. Qué más se puede decir, grande el Nano, muy muy grande Fernando.

Ha vuelto para quedarse, para luchar, para ganar. Ese es su ‘Plan’.

En el Gran Premio de Qatar la Fórmula 1 hizo su estreno en un circuito que era solo de Moto GP. Y vaya qué estreno, con un podio con, probablemente, los tres mejores pilotos de este siglo: Fernando, Verstappen y Hamilton. Sin menospreciar a un Schumacher ya retirado y poco más.

Comenzaba el fin de semana vislumbrándose que el Alpine se adaptaba muy bien a la pista, pero no menos los pilotos, que hasta dicho por el propio Fernando, le encantaba, le divertía y por él mismo se habría pasado toda la noche conduciendo.

¿Eso sería un presagio, una señal? Pues cuando acaban los libres y llega la clasificación vuelve a dejar muestra de su grandeza e inteligencia, donde hace una vuelta tras otra a cuál mejor, sabiendo aprovechar el rebufo de Hamilton, sabiendo levantar en bandera amarilla, cuando otros no lo hicieron, y así un largo etcétera, y volvía a dejarnos otra señal. Y la mejor de todas es ver su cara cuando le entrevistan, cuando se deja entrever lo poco que ahora podemos por culpa de la mascarilla, pero se le veía contento, feliz, confiado, la señal más clara de que la cosa iba bien.

Y después llega el domingo; cierto es que una gran parte de los astros se aliaron para que esto sucediera, ya que sin la sanción de Bottas y Verstappen habría salido dos puestos más atrás; aunque, tratándose de Fernando y sus salidas, a saber qué hubiera podido pasar, aunque siendo honestos hubiera sido difícil ya que hablamos de Mercedes y Red Bull, dos cohetes comparados con el Alpine.

El caso es que, si ya teníamos buenas sensaciones, añadimos que por las sanciones sale tercero, vuelve hacer una salida de las suyas, espectacular, adelantando a Gasly con inteligencia y valor, porque el adelantamiento lo requería, y a partir de ahí ya fue otra la lucha.

En velocidad se mostró intratable, hasta el propio Gasly hablando con su equipo por la radio les decía que cómo era posible mantener ese ritmo con ese coche. No contento con esto tiró de su maestría, inteligencia y experiencia para leer la carrera, hablando con el muro de Alpine para que Ocon, que traía detrás a Sergio Pérez con una bala por monoplaza, lo retuviera para que no llegara hasta él.

Y para rematar la faena, si analizamos las telemetrías y la forma de gestionar los neumáticos, fue brutal, bestial; el que más vueltas dio y el único que no pinchó con ese número de vueltas.

O sea, cuando había que correr era una bala y cuando había que gestionar neumático era cuidadoso; el que entienda un poco de esto sabe que es contradictorio, puesto que las dos cosas a la vez no se pueden hacer y además conseguir ganar. Pues ahí está Fernando Alonso, para demostrar que sí se puede.

Qué más hay que decir que no se haya dicho ya; hasta su propio jefe, nada más y nada menos que la leyenda viva Alain Prost, se rinde ante Fernando, al igual que todos los medios.

Por eso, después del sofocón cuando conocimos su salida de la Fórmula 1, después de seguir tirando, animando y empujando para que el campeón volviera, después de celebrar su vuelta y después de siete años y 2.674 días ha merecido la pena cada segundo y cada minuto de esta larga espera.

Igualmente sigo apostando por que habrá más y mejor. Por ello no puedo más que dar las gracias a Fernando Alonso Díaz, alias ‘El Nano’.

Una temporada épica, un final histórico, una última vuelta de infarto
Para terminar este artículo y ante los últimos acontecimientos, debía añadir un breve resumen, que ya ampliaré en el siguiente trabajo, sobre lo vivido en la última carrera de la temporada de Fórmula 1 en el Gran Premio de Abu Dhabi.

Esta campaña ha sido atípica en la Fórmula 1 porque afortunadamente el monopolio de Mercedes llegó a su final, y a la lucha por el Mundial se unió un equipo como Red Bull, que por fin dio con la tecla para, al menos, rebajar las opciones del equipo Mercedes de ganarlo todo, y vaya si lo hizo, de la mano de un ‘Mad Max’ que en ningún momento se achantó, ni ante el equipo ni ante el propio Hamilton, por muchos títulos que tenga a la espalda.

Ha habido batalla, choques, enfrentamientos encarnizados dentro de la pista, pero no menos fuera con los pupilos de cada escudería. Más de una vez se han llevado las carreras a los despachos para que la FIA, que no ha estado muy acertada en la mayoría de sus decisiones, tuviera la potestad de cambiar algunos resultados.

Y tras una temporada con máxima igualdad y luchas en la pista, la última carrera no iba a ser menos. No hubo momento ni para pestañear, y algo que favorece mucho a la Fórmula 1, es que hasta la última vuelta nadie sabía quién iba a ganar. Nos levantaron del sillón, nos volvieron locos y nos hicieron sentir unos privilegiados, al menos a aquellos que amamos este deporte, porque valoramos que hemos sido testigos de uno de los finales más agónicos que pasara a la historia de este bendito deporte.

La carrera da para mucho por algunas controversias, así como la propia temporada; por ello en el próximo artículo desgranaremos todo paso a paso, para dejar constancia por escrito de una de las mejores temporadas y del mejor final que ha tenido la Fórmula 1. Esto si es ‘f1 en estado puro’. Más y mejor en el siguiente artículo.