Buscar

Pasado con memoria (XXX)

Pasado con memoria (XXX)
Léeme en 11 minutos

Alimenta tu pasado con amor y el miedo morirá de hambre.

El Ratoncito Pérez
Como se sabe, el Ratón o Ratoncito Pérez es un pequeño animal imaginario (mágico, por más señas) que compensa a los niños que han perdido un diente de leche con el dinero o los regalos que les deja debajo de la almohada por la noche. Ser fantástico que es conocido con dichos nombres en los países de habla hispana, excepto en México, donde se le llama estrictamente ‘El ratón de los dientes’. Aunque dentro de la Península también se le conoce con distintos nombres. Así, en Cataluña es ‘La Rateta’ (La Ratita), en Vizcaya ‘Maritxu Teilatukoa’ (Mari la del tejado) o ‘L’Esquilu de los dientis’ (La Ardilla de los dientes) en Cantabria.

Según algunos autores el origen más probable del ratoncito proviene de un cuento francés del siglo XVIII de la baronesa d’Aulnoy, ‘La Bonne Petite Souris’ (El buen ratoncito). Aunque, al parecer, este ratoncito no recogía los dientes de los niños.
La introducción del ratoncito en España se atribuye al jesuita Luis Coloma, pues le pidieron que escribiera un cuento para el futuro Alfonso XIII, que por entonces tenía 8 años, al que se le había caído un diente.

La historia de Coloma contaba que el Ratón Pérez era un ratoncito que vivía con su familia en una caja de galletas en el almacén de una casa de Madrid, desde donde acudía por las cañerías a casa de los niños (entre los 5 y los 12 años) que habían perdido un diente para cambiárselo por monedas, dulces o regalos. Este cambio lo hacía durante la noche cuando en casa todos dormían. El ratoncito miraba debajo de la almohada y se llevaba el diente a cambio del regalo.

Según puede leerse en la Wikipedia, en algunos países asiáticos, como Corea, India, Japón y Vietnam, cuando un niño pierde un diente, es costumbre que lo lance al techo si viniera del maxilar inferior, o en el espacio debajo del piso si viniera del maxilar superior. Mientras se hace esto, el niño expresa un deseo de que el diente se sustituya por el diente de un ratón: “Esta tradición se basa en el hecho de que los dientes de ratones crecen durante toda su vida, una característica de todos los roedores. En Japón, una variación indica que los dientes superiores se lancen directamente hacia abajo a la tierra y los dientes inferiores hacia arriba al aire, la idea es que los dientes entrantes crezcan derechos”.

Y concluye: “En países del Cercano Oriente (incluyendo Irak, Jordania, Palestina, Egipto y Sudán) existe una tradición de lanzar un diente de leche al cielo hacia el Sol o hacia Allah. Esta tradición puede tener su origen en una oferta preislámica que se remonta, al menos, al siglo XIII”.

Esta costumbre también existe, o existió, en algunas comarcas extremeñas como Sierra de Gata, La Vera, Plasencia, Valle del Jerte o Tierras de Granadilla, donde el niño que había perdido un diente lo cogía con su mano derecha y, puesto de espaldas, lo arrojaba a un tejado por encima de la cabeza o del hombro, mientras formulaba un deseo. Por ejemplo, en Cerezo decían mientras tiraban el de leche:

Un diente viejo p’allá,
un diente nuevo p’acá.

Y en Marchagaz:
Pan panito,
toma este diente chiquito;
pan panito,
que crezca otro más bonito.

Por cierto, la costumbre de cambiar los dientes de leche de los niños por dinero tiene su origen en la cultura vikinga. Los vikingos creían que llevar encima alguna parte de un niño les daría suerte en la batalla y por esta razón compraban los dientes a los niños y los incrustaban en collares que les servían de amuletos.

Dar calabazas
Como se sabe, la calabaza es un fruto de la calabacera, muy vario tanto de forma, tamaño y color, por lo común grande, redondo y con multitud de pipas o semillas. Nombre aplicable también a la cabeza humana, a la persona inepta y muy ignorante, a la puntuación de suspenso en un examen o al rechazo a alguien que está interesado por ti, especialmente en relación con una proposición amorosa. Por eso cuando decimos que nos han dado calabazas, nos referimos a que alguien a quien estimamos o nos gusta, nos rechaza.

La frase o expresión ‘dar calabazas’ parece proceder de la antigua Grecia, cuando esta fruta se consideraba un alimento que contribuía a eliminar el apetito sexual; creencia que continuó durante la Edad Media, cuando el clero recomendaba utilizar las pepitas de las calabazas para realizar las oraciones, porque ayudaban a alejar los pensamientos lascivos e impuros de frailes y monjas. De hecho, esas pepitas también se mascaban, como apoyo para el cumplimiento del voto de castidad. Aunque con el paso del tiempo la expresión fue evolucionando, de modo que en el siglo XVI ya hacía referencia a cualquier tipo de rechazo, como sucede en la actualidad, y no solo sentimental o amoroso.

¿Sabía usted que…?
… la relación que hoy existe entre muchas de nuestras fiestas populares procede de un intento de asociar rituales paganos al cristianismo, con la diferencia que en la actualidad esos rituales no van acompañados de uno o varios animales en honor del santo que se festeja?

… la expresión ‘punto filipino’ se utiliza para designar a la persona pícara, deshonesta, desvergonzada e inmoral y que deriva de una forma de estafa que usaba el timador (el punto) que decía tener negocios realmente inexistentes en Filipinas, a cuenta del cual conseguía dinero timando a los más ingenuos?

… según cuenta una tradición no confirmada Mariola, nombre con que se conoce la sierra situada entre las provincias de Alicante y Valencia, provino del nombre de la hija de un importante repoblador romano llamado Sextus Marius, que vivió y murió de amor por estos lares?

… hay quien piensa que…
A los 18 años la mujer encuentra interesantes al 10% de los hombres.
A los 25, considera adorables a la cuarta parte.
A los 40, le parecen encantadores la mitad.
A los 50, cree que todos son agradables.

… ‘echar una golía’, en Arroyo de la Luz es curiosear, fisgar, tratar de ver lo que hacen los demás?

… en Las Hurdes se conoce como ‘trastornijo’ a cualquier tipo de enfermedad o dolor de los que se desconocían las causas? Aunque los antiguos hurdanos creían que tales contrariedades eran producidas por las brujas, los duendes y otros seres maléficos.

… en algunas partes de Extremadura se creía que por cada castaña asada que comieras el día de Todos los Santos sacabas un alma del Purgatorio, y que en las tierras del Alagón y en la comarca de Las Hurdes la noche del 1 de noviembre se dejaba en la chimenea, junto a la lumbre, un plato de castañas pilongas cocidas con miel (calbotes) para que los difuntos de la familia comieran cuando aquella noche visitaran la casa familiar?

… sobre los caracoles existieron en nuestro país algunas leyendas mágicas? Por ejemplo, si se permitía que sus babas estuvieran en la puerta de la casa, en esta nunca se conocería la desgracia, pero sí traería buena suerte al hogar; al igual que si se trazaba un cuadrado con la baba en la parte interior de la misma. Y, si dejabas la cáscara vacía de un caracol cerca de tu cama, él te ayudaría a conciliar el sueño y a ahuyentar las posibles pesadillas.

… las mocitas solteras y sin compromiso que quieran encontrar novio y casarse deben de ir al santuario gallego de San Andrés de Teixido, en La Coruña, y que es requisito esencial llevar la conocida como Herba de Namorar? Según la leyenda, hay que ponerle unas hojitas de dicha hierba a aquel o aquella que quiere que se enamore de ti, sin que se entere, en un lugar escondido que la persona en cuestión use frecuentemente, como por ejemplo un bolsillo. Es facilísimo y dicen que da buenos resultados.

… según los ‘historiadores’ catalanes del Institut Nova Historia Cristóbal Colón se llamaba realmente Joan Colom y no salió con sus tres naves de Palos de la Frontera, en Cádiz, sino de Pals, un pueblo de Gerona en el Bajo Ampurdán? Y no solo él era catalán, sino también Santa Teresa de Jesús, Miguel de Cervantes, Leonardo da Vinci… y ¿Cómo no? nuestro Francisco Pizarro, que se llamaba realmente Francesc de Pinós de So i Carrós, que no nació en Trujillo sino en Cataluña; al igual que Hernán Cortes, que se llamaba Ferrán Cortés, no era metelinense, sino catalán de pura cepa.

… si tienen malos partos o abortos en San Andrés de Teixido cuentan con un remedio que no falla? Se conoce como ‘los juncos del bien parir’ (‘os xuncos de ben parir’ en gallego).

Algo así le sucedió a un matrimonio que había visto malogrados tres embarazos y, que por cumplir el dicho popular galleo a San Andrés de Teixido ‘Vai de morto quen non foi de vivo’ (‘San Andrés de Teixido: Va de muerto quien no fue de vivo’), decidieron hacer el camino. Y mientras hablaban durante un descanso con unos naturales, estos les recomendaron el remedio de dichos juncos. Uno se lo tendría que poner durante nueve días alrededor de la cintura, bajo la ropa, en el momento que se sintiera embarazada; y el otro, al tiempo de ir a parir.

El resultado no pudo ser más provechoso. Según escribieron a los vecinos gallegos que le hablaron del junco, este matrimonio ya tenía un niño y una niña, y que no descartaban nueva descendencia.

Hablando de mujeres
Las mujeres han sido protagonistas de muchas paremias y cancioncillas populares en toda Extremadura. He aquí algunas, recogidas en la provincia de Cáceres. Y que conste, esta recopilación únicamente tiene un fin folklorista.

A la mujer la comparo
lo mismo que a las gallinas,
que faltándoles el gallo
a cualquier pollo se arriman.

La mujer que salga brava
aunque la lleven al río
y la metan de cabeza,
no se le quita el bravío.

A la mujer la comparo
con la botella de cerveza,
que, en quitándole el tapón
se le va la fuerza.

Yo tuve, en tiempos, una novia,
que comparé con las brevas;
pues la estuve madurando
p’a que otro se la comiera.

Cuando quise, no quisiste;
y ahora que tú quieres, no quiero,
pásate la vida triste,
que yo la pasé primero.

Cuando paso por tu puerta,
cojo pan y me voy comiendo,
p’a que no diga tu madre
que con verte me mantengo.

Todas las mujeres tienen
en la barriga un lunar
y un poquito más abajo
la raya de Portugal.

En una fila de mozos
me pusieron a escoger;
en un Juan puse los ojos,
y en un Antonio mi querer.

Tu madre a mí no me quiere,
ni la mía a ti tampoco;
el campo no tiene llaves,
vámonos allí nosotros.

Y con un poco de chispa:

Lavando unos calzones
decía una moza:
¡Quién pillara el lagarto
que aquí retoza!

Mi marido me enseña
cuando voy al huerto
un lagarto sin patitas
que nunca se queda quieto.

El mandil de la pastora
tiene un lagarto pintao,
cuando la pastora baila
el lagarto mueve el rabo.

Mi marido fue a segar
y me dejó sin un cuarto
y he oído que vender
el vival de su lagarto.

Debajo del mandil tiene
toa mujer un buraco
y lo que tiene la mía
es el vival de un lagarto.

Mucho se mueve el lagarto
cuando va buscando el nío,
pero entrando en el vival
sale el pobre retorcío.

Estando una moza meando
en Casas de Miravete
y un lagarto fue corriendo
y le entró por el ojete.

Usías, petimetres y currutacos
En una discusión durante un partido de fútbol sobre el fuera de juego.

– Es que hay reglas injustas – dice uno.
– La de la mujer y qué otra – replica otro.

Tan real como la vida misma: El marino, en pleno frenesí de la riña familiar, le chilla a la mujer:
– ¡No me enfades, no me enfades! ¡Que soy capaz de salir a la calle y cargarme al primero que pase!

Un jubilado a otro:
– Pues aquí, en el pueblo, hay algunos que pagan diez o doce mil pesetas mensuales a una Mutua y cuando se mueren cobran cuatro millones o más.

El otro:
– Sí; eso tengo entendido.

La conferencia-coloquio versa sobre la Atlántida. En la sala cinco personas o seis, no más. El conferenciante:

– Critias, de alguna manera muy joven, guardó las noticias que, de alguna manera, le había dado Solón sobre el continente perdido, que de alguna manera…
– No – susurró uno de los asistentes a otro que estaba a su lado –: Si de alguna manera también hemos llegado aquí. Sin embargo, ahora no recuerdo cómo.

En una charla distendida unos amigos bromean, y uno de ellos, que aboga por una
profunda revisión de las obras de misericordia, dice:

– Hay que dar de beber al sediento.
– Y de joder al peregrino – matiza otro.

-¡Oye, Manolo! – dice uno –. Creo que tu mujer ha estado muy enferma.
-Pues sí; un apéndice casi me la mata.
-Vaya, vaya… ¡Con que por poco nos quedamos sin mujer!

Oído en una televisión: El periodista pregunta a una señora acusada de tráfico de drogas:

– Y usted, señora, ¿por qué pasaba droga?
– Porque mi marido se había quedao parao.
Quien esto escribe reflexionó: Seguramente pensó que podía ponerse en marcha con unas papelinas.

La bucólica despreocupación de quienes han vivido.
Luce el sol en la tranquila plaza aldeana. El grupo de mayores, indolente, apura sus horas de tedio con parsimonia. Uno de ellos, el tío Macario, dice:
– He oído en el arradio que ayer los de ETA sucursaron a otro empresario.
– Sí. También lo he oío yo – asegura el tío Patilla, dando una larga chupada a su colilla.

Dos viandantes cruzan en pleno mes de agosto junto al templo de Diana, en Mérida, y observan cómo un grupo de turistas japoneses, cámara en ristre, aguantan estoicamente las explicaciones del guía.
– No comprendo cómo estos japonesitos pueden estar tan tranquilos con el calor que hace a las cuatro de la tarde por ver unas piedras, por muy romanas que sean.
– ¿Aguantar dices? ¿Acaso no son hijos del sol naciente?

Un comisario de policía no puede contener la risa cuando uno de sus subordinados le pasa el informe de las diligencias que ha llevado a cabo respecto a un robo perpetrado en una vivienda de la ciudad, concretamente Mérida. El susodicho agente, entre otras cosas, había escrito: “y también falta del domicilio un condón de oro, valorado en 500.000 pesetas”.

ENTRADAS RELACIONADAS

Los Pueblos más bonitos de España, según la Wikipedia, es una asociación española creada en 2011 para promocionar, difundir, fomentar...
¡Ojo con los policías del pasado, no vayan a publicar nuestras oscuras intenciones! Humoradas de antaño En una ciudad española...
No cabe duda de que el escritor madrileño Francisco de Quevedo, muerto (pobre y abandonado, en la miseria) en Villanueva...
Los recuerdos puntuales también suelen pasar de la memoria. ¡Vete al infierno! Son numerosas las expresiones coloquiales que se aplican...
¡Ojo! No vaya a romperse el hilo de tu memoria. Candil sin torcía, mujer sin guarida Demuestra la triste situación...
Que los pequeños recuerdos de tu memoria te llenen el alma Miedo a las sombras La nictofobia, o fobia a...

LO MÁS LEÍDO