Cuando el viajero llega a Ponta Delgada, capital de la isla de Sâo Miguel, en el archipiélago atlántico de las Azores, descubre una preciosa ciudad con numerosos atractivos, más allá de ser un buen campo base donde alojarnos si queremos conocer una isla en la que la naturaleza (oceánica, terrestre y subterránea) ha sido especialmente generosa con esta tierra.
De esa multitud de convincentes argumentos (arquitectónicos, gastronómicos, naturales, históricos, urbanos, culturales, etc.) existentes para visitar la capital de las Azores (y la mayor de sus ciudades), los párrafos de hoy se enfocan en uno de sus monumentos más emblemáticos: las llamadas ‘Portas da cidade’.
Construidas en el siglo XVIII, allá por 1783, y ubicadas en el casco histórico de la ciudad, cerca de la iglesia matriz y del Ayuntamiento, son un incuestionable símbolo arquitectónico micaelense (con algún elemento ornamental barroco) y fotografía obligada de cualquier turista.
Su actual emplazamiento, en la plaza Gonçalo Velho Cabral (llamada así en honor a ese marino, descubridor de la isla y gran colaborador del Infante Dom Henrique), no corresponde con su ubicación original, que se encontraba en el viejo muelle. La construcción de una gran avenida, paralela al mar junto al puerto, motivó ese cambio.
El suelo de esta plaza, construído con la típica ‘calçada portuguesa’ (a base de piedra basáltica para los tonos oscuros y mármol traído del continente para las tonalidades claras), da realce a este entorno urbano donde estas puertas se convierten en la entrada para conocer las maravillas de la ciudad vieja. Un impresionante marco histórico con gran interés turístico en el que, cuando visitan la ciudad importantes personalidades a nivel mundial (de la política, las artes o los negocios) inmortalizan su paso por Ponta Delgada con una fotografía junto a estos arcos.
Clasificadas como Inmueble de Interés Público desde 1953, constan de tres grandes arcos de medio punto, siendo el del medio algo mayor. En la parte alta central se esculpieron en piedra basáltica los escudos de armas reales y de la ciudad.
Este privilegiado espacio urbano es, además, por su inmejorable localización, el escenario perfecto donde celebrar numerosos eventos y festividades de la vida de Ponta Delgada (‘Festas do Divino Espírito Santo’, ‘Festa Branca da Cidade’, Navidad, Nochevieja…).
Destaca de estas simbólicas puertas, a primera vista, el contraste de los colores blancos calizos y el negro de esta piedra volcánica tan propio de la arquitectura de las islas del archipiélago.
En fin, un monumento icónico que parece darnos la bienvenida, abriéndonos figurativamente las puertas de esta acogedora urbe, capital económica de las Azores.
Datos útiles
www.visitazores.com
¿Cómo llegar? La compañía aérea SATA ofrece vuelos directos desde ciudades como Lisboa, Oporto o Barcelona.