Los Pueblos más bonitos de España, según la Wikipedia, es una asociación española creada en 2011 para promocionar, difundir, fomentar y preservar el patrimonio cultural, natural y rural en áreas geográficas con menor nivel de industrialización y población. Se trata de una herramienta de difusión cultural basada en el modelo francés de ‘Les Plus Beaux Villages’ de France y difundida a nivel internacional desde 1982.
Según los estatutos la asociación persigue los siguientes fines: fomentar, difundir y preservar el patrimonio cultural, natural y rural; sensibilización y educación hacia el respeto de los valores del patrimonio rural; fomento del turismo cultural; promoción de zonas geográficas con menor nivel de industrialización; reducción de desequilibrios territoriales y poblacionales, con respeto de la diversidad cultural de las distintas nacionalidades y sus correspondientes lenguas.
Varios municipios extremeños ostentan este galardón y reconocimiento.
Acebo
Municipio de la mancomunidad de Sierra de Gata localizado al noroeste de la provincia cacereña, en la hondonada del valle formado por la Rivera de Acebo y rodeado por las cumbres del Jálama, el Teso Porras o el Teso Carranco.
Su nombre procede de la abundancia de acebos existentes en la zona donde se alza el municipio.
Entre sus sitios de interés destaca la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, del siglo XVI, que se comenzó a construir en el siglo XV; la Ermita del Cristo, del siglo XVI; y el barrio judío con su sinagoga.
Merece mencionarse un juego con mucha tradición local, el zápiti, muy parecido al mus, que se creó en el municipio y que se juega únicamente con tres cartas y que no tiene descartes.
Su gentilicio es acebanos, aunque también se les conoce como naranjeros, por la abundancia y bondad de este producto.
Alburquerque
Municipio situado al noroeste de la provincia de Badajoz, en la sierra de San Pedro y muy próximo a Portugal. El nombre de la localidad es de origen latino, pues deriva de ‘albus quercus’ (encina o roble blancos), de ahí que su significado sea país de los alcornoques, “lo cual tiene lógica por la abundancia de estos árboles en la zona”. (Wikipedia).
Y aunque sus orígenes parecen remontarse a la Prehistoria, su fundación estaría relacionada con los vetones que se establecieron en la parte oriental de Portugal, cuyo territorio linda con el de Alburquerque.
Tiene un rico patrimonio, comenzando por las pinturas rupestres de la Edad de Broce del Risco de San Blas, que fueron declaradas Monumento Nacional en 1942; la fortaleza medieval conocida como Castillo de Luna por don Álvaro de Luna, maestre de la Orden de Santiago y condestable de Castilla, uno de sus principales constructores; y el castillo de Azagala, hoy abandonado, a 12 kilómetros de la villa, cuyo nombre podría deberse a la batalla de Zalaca, Zagalla o Sagrajas, donde las tropas cristianas de Alfonso VI de León, que salvó la vida huyendo a caballo, fueron derrotadas por las almorávides de Yúsuf ibn Tasugín en 1086.
En el aspecto religioso destaca la iglesia de Santa María del Mercado, construida entre los siglos XIII y XV, en cuyo interior se encuentra la talla del Cristo del Amparo; la de San Mateo; la de San Francisco; la de Santa María del Castillo; la ermita de Nuestra Señora de la Soledad; y el santuario de Nuestra Señora de Carrión.
También debe destacarse el barrio gótico medieval, conocido como ‘Villa Adentro’, que fue declarado Conjunto Histórico-Artístico.
Su gentilicio es alburquerqueños, aunque también se les conoce como pelinos (vecindario en Portugal) por la proximidad de sus territorios.
Feria
Este municipio badajocense se integra en la comarca de Zafra-Río Bodión, afluente del Ardila, en la cuenca hidrográfica del Guadiana.
En el lugar se han encontrados restos prehistóricos del Calcolítico, siendo ocupado posteriormente por celtas, romanos y árabes debido a su privilegiada ubicación como bastión defensivo.
Entre sus fiestas está la de la Santa Cruz de Mayo, declara de Interés Turístico, cuya institución se atribuye a la IV Condesa de Feria, Ana Ponce de León, para rendir culto a la Santa Cruz. Y en febrero la Candelaria, en honor a Nuestra Señora de la Candelaria, patrona de Feria; en la misa mayor se presentan a la Virgen los niños bautizados en el último año, celebración que concluirá por la tarde con la quema de los candelarios, muñecos elaborados por chicos y mayores, que representan a personas, personajes o temas de actualidad; serán lanzados a la gran hoguera, de cuya quemazón únicamente se salva el candelario más votado por el público.
También merece ser destacada la iglesia parroquial de San Bartolomé, que data del siglo XV.
Según recoge Antonio Rodríguez Moñino en su Diccionario Geográfico Popular de Extremadura, Feria era conocida como la Coscorrita, pues al estar situada en un monte pedregoso que, comparándolo con el pan, llamaron a la sierra ‘el miollo’ (miga) y al pueblo ‘la coscorrita’ (corteza).
A los habitantes se les conoce popularmente como coritos, tal vez por lo montuoso del terreno.
Garganta La Olla
Localidad situada al oeste de la comarca de La Vera, muy cerca de la sierra de Tormantos, prolongación de la Sierra de Gredos, que fue declarada Conjunto Histórico Artístico en febrero de 1978 por la buena conservación de la arquitectura popular de las regiones serranas, a base de mampostería con sillería granítica en las esquinas y entramados de madera con ladrillo o adobe.
La presencia de algunos castros vettones diseminados por el territorio indican que estuvo poblado desde antiguo. Más tarde los visigodos edificaron los monasterios de San Martín de Tours y de San Salvador, aunque el primer asentamiento de la zona se conocería como ‘ad fauces’ (de faux, faucis) que significa ‘junto a las gargantas’.
La población se sitúa entre las gargantas Mayor y la de San Blas y hay quien supone que el nombre original de la garganta Mayor pudo ser de La Olla, dando con el tiempo el nombre de Garganta de La Olla al lugar allí fundado.
Por cierto, geográficamente garganta es una depresión terrestre profunda y rocosa con lados escarpados, más grandes que los barrancos, con un río o arroyo en la parte inferior.
Entre los edificios públicos destacan la Casa de la Seda, la Casa de Contratación de la Seda y la Casa de las Muñecas, prostíbulo habilitado en tiempos de Carlos V para divertimento del cortejo y escolta que le acompañaban en sus desplazamientos por la zona; se distingue de las otras casas del pueblo por el color azul de su fachada y las muñecas esculpidas en la jamba izquierda y en la cerradura de la puerta. También son dignas de visita las casas de Pedro de Carvajal, en el barrio de La Huerta, y la Casa de Postas, o la de Francisco Díaz, maestro de obra de la iglesia del siglo XVI, así como el puente de Cuacos, romano.
Entre los edificios religiosos de la localidad están la iglesia de San Lorenzo Mártir, del siglo XVI, declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento; las ermitas del Santísimo Cristo del Humilladero y de San Martín, y la casa de la Inquisición.
La localidad de Garganta es también rica en leyendas y narraciones fantásticas, aparte la relacionada con la legendaria figura de la Serrana de la Vera, a la que se dedican unas jornadas de ambiente medieval el primer fin de semana de agosto, con representación teatral del romance que a ella se refiere. Que, por cierto, hay quienes afirman que el personaje como lo representan Luis Vélez de Guevara y Lope de Vega nunca existió, sino que se trata de un ser mitológico identificable con un centauro.
Otras leyendas se refieren a seres fantásticos, como los duendes que varios garganteños dicen haber visto o incluso perseguido; una ninfa o dama encantada de gran belleza que surge de las aguas de la Garganta Mayor para ofrecer riquezas a los hombres a cambio de que mantengan relaciones con ella para desencantarla; una serpiente peluda de gran tamaño cuya mordedura no deja de ser mortal; una mención al diablo que se apareció con forma de mujer enlutada, entre otros, a un cabrero que se había refugiado en una cueva como resguardo de la lluvia en la sierra de Tormantos; o apariciones diabólicas que tienen su reminiscencia en la Quema del Judas, un fantoche relleno de petardos y pólvora al que se explosiona en la madrugada de cada Sábado Santo.
El gentilicio normativo es garganteños, aunque en el Diccionario Geográfico Popular de Extremadura Antonio Rodríguez Moñino los mencione como leñadores y maledicentes, sin concretar el motivo de tales calificaciones.
Guadalupe
Se sitúa en la mancomunidad de Villuercas-Ibores-Jara y en el partido judicial de Logrosán. Según unos el nombre provendría, al igual que el río, del árabe ‘wad-al-lubb’ (río oculto) y según otros de la voz morisca ‘wādī l’ (valle del lupum, lobo en latín); nombre híbrido con que se conocería el río Guadalupe o Guadalupejo, nacido en las cercanas Villuercas, por la abundancia de lobos que antiguamente infestaban estos parajes. Sin embargo, como recoge Manuel Terrón Albarrán, de la Real Academia de Extremadura, en el número 38 de ‘Alminar’, de octubre de 1982, Guadalupe sería “un antropónimo procedente de ‘Beni Lubb’ (hijo de Lubb), por lo cual habría sido Ibn Lubb, lugarteniente de Ibn Marwan, fundador de Badajoz, quien dio nombre al río, y más tarde a la imagen que según la tradición fue encontrada por el pastor Gil Cordero junto al río, y a la pequeña ermita que se construyó en el lugar, en torno a la cual surgió la actual Guadalupe con el nombre de Puebla de Santa María de Guadalupe entre finales del siglo XIII o principios del XIV. Lugar que desde la construcción del primer santuario se convirtió en el centro de peregrinación más importante de la Península Ibérica después de Santiago de Compostela.
Guadalupe cuenta con numerosos monumentos además del monasterio, de ahí que esté catalogado como uno de los Pueblos Más Bonitos de España desde 2018, convirtiéndose en uno de los mayores símbolos de Extremadura junto con la Virgen, patrona de la comunidad extremeña.
En lo referente a la imagen en sí, cuenta la leyenda que había sido tallada en Palestina por Lucas el Evangelista en torno al siglo I de nuestra Era, pasando por los templos de la griega Acaya, en el Peloponeso, y Bizancio, hasta que llegó a Sevilla como regalo del papa Gregorio Magno para el arzobispo de la ciudad andaluza Leandro, actualmente considerado santo y uno de los padres de la Iglesia, donde permaneció hasta la invasión árabe, momento en que los cristianos sevillanos la depositaron en una caja, que trajeron hasta los alrededores del río Guadalupe, donde la depositaron y donde finalmente fue encontrada. La imagen, sin embargo, data del siglo XIII, cuando realmente se construyó la ermita que dio nombre a La Puebla.
Los habitantes de Guadalupe son conocidos como guadalupanos, guadalupenses o guadalupeños.
Jerez de los Caballeros
Localidad badajocense enclavada en la Sierra de los Santos y cabecera y sede de la comarca de la Sierra Suroeste, dentro de cuyo término se encuentran los Valle de Matamoros y Santa Ana.
Aunque el territorio de Jerez estuvo habitado desde la Prehistoria se piensa que fue fundada por los fenicios con el nombre de Ceret (ciudad) como centro comercial y minero de toda aquella extensa región, pasando durante la presencia romana a llamarse ‘Seria Fama Iulia’, tal vez como villa rústica o casa de campo dedicada a la explotación agrícola y ganadera, y como ‘Xerixa’ o ‘Xerix’ según los cronistas El-Idisi y Al-Umani durante la ocupación árabe; tras reconquistarla, Alfonso IX de León donó la villa a la Orden del Temple, quienes fortificaron el castillo, construyeron la muralla y levantaron la iglesia de San Bartolomé, consolidándose como ‘Xere Equitum’. Y extinguida la Orden de los Templarios en 1312, por bula de Clemente V, Jerez pasó a pertenecer a la Corona, hasta que Enrique II el Dadivoso la donó a la Orden de Santiago.
Recibe el determinante ‘de los Caballeros’ por haber pertenecido a los caballeros de las citadas órdenes.
Este municipio destacaba por su casco antiguo amurallado, por su castillo templario, por su rico patrimonio con monumentos de estilo mudéjar, gótico o barroco, su arquitectura medieval, por sus torres barrocas construidas con ladrillo, yeso y barro vidriado, y sus estrechas calles de origen islámico, por todo lo cual fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1966.
Su gentilicio normativo es jerezano, aunque también se les conoció como gansos, calificados así por considerarlos presumidos y sin gracia.
Llerena
Integrado en la comarca de Campiña Sur, el lugar fue ocupado desde la antigüedad por diferentes pueblos, aunque el origen de la actual población se deba a los árabes que a principios del siglo XII se asentaron en torno a una vieja fuente llamada Pellejera, que aún se conserva, estando probada su existencia durante la época medieval bajo los topónimos árabes ‘Ellerina’ y ‘Ellerena’, que Menéndez Pidal atribuye a una raíz etrusca derivada de ‘Larius’ o ‘Larenus’.
Reconquistada por el maestre de la Orden de Santiago Pelay Pérez Correa a mediados del siglo XIII, pasó a ser residencia de los Maestres de la Orden en el siglo XV y sede del Priorato de San Marcos de León, donde se instaló el Tribunal del Santo Oficio de la lnquisición por recomendación del consejero de los Reyes Católicos Luis de Zapata, del que se conserva su palacio en la localidad, decisión que fue valorada positivamente por la existencia de una importante población hebrea en la Baja Extremadura. Este tribunal incluía los obispados de Ciudad Rodrigo, Plasencia, Coria y Badajoz.
Famosa por su importante patrimonio artístico, que incluye la iglesia de fachada barroca de Nuestra Señora de la Granada, llamada así por la granada que la imagen porta como símbolo de unidad; el palacio de los Zapata; y la Plaza de España, que permitieron que su centro histórico fuera declarado Conjunto Histórico Artístico en diciembre de 1966.
Su gentilicio normativo en llerenense, aunque también se les conocía como alumbrados en recuerdo de la famosa secta considerada herética y relacionada con el protestantismo que allí tuvo su morada a finales del siglo XVI.
Puebla de Alcocer
El término municipal de este municipio badajocense se ubica en la comarca de La Siberia, en la umbría de la sierra, coronada por su castillo medieval y rodeada por los embalses de la Serena y de Orellana.
No se conoce la fecha de su fundación, aunque debió de ser muy antigua por los restos prehistóricos y neolíticos encontrados en la zona. Y también es posible que donde se encuentra hoy la población existieran restos de otras civilizaciones, pero el primer asentamiento conocido se localizó en un llano a los pies de la sierra, conocido como Lacimurga Constantia Iulia, que alcanzó su mayor esplendor en el siglo II a.C. durante la época romana. Aunque el historiador Vicente Paredes sitúa en este lugar a la antigua ciudad cartaginense Akra-Leukra, fundada por Amílcar Barca, el año 230 a.C. También hay quien opina que también fue conocido como Popula Coqueres y Populas Succosas, “este último cuya traducción más acertada sería, pueblo o lugar de agua finas, que sí le va bien a Puebla, puesto que tiene muchos manantiales de aguas finísimas” (Wikipedia).
Por su parte, los lugareños dicen que el nombre antiguo de Puebla era Aldea Vieja, pero como había un horno y la gente iba allí a cocer, cambió el nombre y se empezó a denominar Puebla de Al.. cocer. Y que más tarde, bien por razones de seguridad o bien de salud (posible peste), el lugar se trasladó a su actual emplazamiento en la ladera de la sierra, cercano al castillo y rodeado por una muralla de la que aún quedan restos medievales.
En la localidad existen muchos edificios y palacios, casonas señoriales (la casa de Zaldívar, las más antigua de la localidad) y edificios religiosos como la iglesia de Santiago (mudéjar, con fachada plateresca), el convento de San Francisco, la ermita de Nuestra Señora de la Cuevas, además del impresionante castillo, del siglo XIII.
De sus monumentos destacan la iglesia de Santiago Apóstol, de estilo románico-mudéjar, que originariamente fue una mezquita árabe; el convento de San Francisco; la ermita de San Isidro Labrador; y el convento de las Agustinas, sobre cuya construcción existe la leyenda donde se cuenta que la Virgen se apareció sobre un peral al párroco de Talarrubias para recomendarle su construcción para la Orden de la Inmaculada Concepción; “También existe otra leyenda sobre una monja que estuvo sudando tres días después de muerta, y al sacar sus restos con el paso del tiempo se observó que tenía una cruz macada en el cráneo”.
De arquitectura civil, además del castillo del siglo XIII, hay una serie de casas solariegas, como el palacio de los Duque de Osuna (donde vivió Gutierre de Sotomayor, maestre de la Orden de Alcántara), la casa de la Inquisición, la del Comendador o la de los Chacones, entre otras.
Mención aparte debe hacerse del museo de ‘El Gigante Extremeño’, Agustín Luengo Capilla, también conocido como ‘El Gigante de la Puebla’, por haber nacido en la Puebla de Alcocer a finales del siglo XIX. Medía 2,35 metros, y ha sido considerado como uno de los hombres más altos del mundo.
Los habitantes de esta localidad son conocidos como pueblacorecense o alcocereños.
San Martín de Trevejo
Se trata de un municipio de la provincia de Cáceres, en la comarca de Sierra de Gata, enclavado en un valle a los pies del monte Jálama, que fue catalogado en 2019 como uno de los pueblos más bonitos de España.
No se conoce mucho sobre su fundación, aunque tal vez se produjera con anterioridad al siglo IV, poniéndosele el nombre de San Martín de Tours, un obispo católico elevado a la santidad, natural de Panonia, en Europa Central. El primer nombre de la localidad fue San Martín de los Vinos, pasando posteriormente a cambiarle el determinante por el actual de Trevejo, por el nombre de una de las encomiendas de ese nombre, cuando los leoneses y gallegos bajaron a repoblar las tierras de la Sierra. También se cree “que con esta repoblación nació la curiosa lengua del valle denominada ‘a fala’, hablada también en los municipios colindantes Eljas y Valverde del Fresno, denominando mañego o mañegu a la variante de San Martín. (Wikipedia)
San Martín de Trevejo está considerado Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico, galardón que se la adjudicó por la buena conservación y el atractivo de su arquitectura, pues su vivienda tradicional se define por sus al menos dos alturas, de las cuales la planta baja se utiliza como bodega, donde también se guarda el grano. “Sobre esta planta baja, que suele ser de piedra, se elevan, sobre un entramado de madera y adobe, las otras dos plantas que son la vivienda y el desván. Para acceder al primer piso, antecediendo a las escaleras interiores, suelen encontrarse poyos de cantería. Junto a estas viviendas existen casas señoriales con sus correspondientes escudos de armas”. (Wikipedia)
También es destacable el arroyo de agua excavado en las calles que corre durante todo el año, agua que es aprovechada a la salida de la localidad para el regadío.
Como monumentos o lugares de interés están la iglesia parroquial de San Martín de Tours, que guarda tres tablas del siglo XVI de pintor badajocense Luis de Morales ‘El Divino’; el convento de San Miguel; la ermita de la Cruz Bendita; diversas casas-palacio repartidas por el casco antiguo, la plaza mayor porticada, pilas para hacer el vino excavadas en la roca, una almazara que data del siglo XII…
Valencia de Alcántara
Esta localidad cacereña se sitúa en el extremo más occidental de la provincia, a poca distancia de la frontera portuguesa.
Los vestigios megalíticos (sepulturas, dólmenes…) constituyen la primera prueba de un poblamiento que aumentó con elementos celtas, vettones y lusitanos, que ocupaban el territorio cuando llegaron los romanos, como lo demuestra las numerosas villas rurales próximas al casco urbano.
Sobre la fundación del municipio hay quien dice que tuvo lugar tras el enfrentamiento entre los pastores lusitanos acaudillados por Táutalo, sucesor de Viriato, y las tropas romanas. Y que, al rendirse el lusitano, el procónsul Quinto Servilio Cepión les cedió tierras para establecerse y vivir en paz. Otros piensan que fueron los veteranos romanos quienes ocuparon el territorio.
La decadencia del Imperio Romano facilitó que a partir del siglo III en la zona se instalaran una serie de pueblos invasores, de entre los cuales el visigodo alcanzó la hegemonía, hasta la llegada de los musulmanes a comienzos del siglo VIII; pueblos que convivirían en paz, teniéndose siempre en cuenta la presencia de los vencidos, que llegaron a disfrutar de ciertos privilegios, hasta que el maestre Nuño Fernández conquistara el municipio en el siglo XIII, incorporándolo a la Orden de Alcántara, municipio que, por pertenecer a dicha Orden, tenía categoría de realengo, pues el rey era su gran maestre.
De entre sus monumentos religiosos destaca la iglesia de Nuestra Señora de Rocamador, del siglo XVI, declarada Monumento histórico-artístico de interés nacional. En ella tuvo lugar el matrimonio entra la infanta Isabel de Aragón, hija de los Reyes Católicos, y el rey de Portugal Manuel ‘el Afortunado’, enlace que presenció la misma Isabel de Castilla.
Otros edificios religiosos son la iglesia de la Encarnación, las ermitas de Los Remedios, la de Valbón, la de la Virgen de la Cabeza y el convento de Santa Clara.
En lo referente a la arquitectura civil destaca el conjunto urbano conocido como barrio gótico-judío, declarado Conjunto Histórico por decreto de 18 de marzo de 1997, además de numerosos palacios y casonas con portales ojivales y blasones de gran belleza artística.
El patrón de Valencia de Alcántara es San Bartolomé y su patrona Nuestra Señora de los Remedios.
Por lo que respecta al gentilicio el correcto es llamarlos valencianos, que aparece ya en documentos del siglo XIX. Aunque, sin saber por qué razón, en los últimos años han comenzado a denominarse valentinos.
Valverde de la Vera
Está ubicado en la mancomunidad de La Vera, al sur de la Sierra de Gredos en el partido judicial de Navalmoral de la Mata.
Es una de las poblaciones que conservan las mejores muestras de arquitectura popular, tanto por sus calles empedradas y estrechas, plazuelas irregulares, corrientes de agua canalizadas en el mismo pavimento, como por la arquitectura doméstica, con casas de entramado de madera y adobe, balcones repletos de flores e incluso con soportales, y voladizos a distinto nivel. Todo ello influyó para que en enero de 2021 fuese considerado uno de los Pueblos Más Bonitos de España.
No se sabe a ciencia cierta en qué circunstancias se fundó la aldea de Valverde, aunque debió de estar poblada desde tiempos prehistóricos, como lo demuestran los restos de un dolmen, entre otros restos de la época, hallados en la zona. Igualmente, el término fue ocupado y poblado por los celtas y por los árabes, de cuyo tiempo data la fortaleza, más tarde reconvertida en castillo. También parece plausible pensar que tal hecho estuvo directamente relacionado con la necesidad de ampliar el poblamiento de estos territorios después de la Reconquista. Igualmente hay ruinas de un castro celta con grandes murallas.
En cuanto al origen de su nombre, proviene de su emplazamiento, en ‘Valle Verde’.
El pueblo es conocido por sus arraigadas tradiciones; destaca la procesión de ‘Los Empalaos’, que sale todas las noches del Jueves y Viernes Santos. El ’empalao’ es un hombre que se viste con un timón hecho con madera de castaño al que atan fuertemente los brazos con una soga. Y aunque sobre su origen y significado existen varias interpretaciones, la actual procesión se remonta a la Edad Media, cuando la Cofradía de la Vera Cruz salía a las calles en cumplimiento de sus penitencias. Cada ’empalao’ porta una corona de espinas en la cabeza, una falda, dos espadas cruzadas en la espalda, un velo y unas vilortas muy pesadas colgando de las muñecas. “Los empalaos realizan su penitencia caminando descalzos por el pueblo y recorriendo las catorce cruces del municipio y arrodillándose ante cada empalao con el que se cruzan. Las mujeres acompañan a cada empalao vestidas de nazarenas vistiendo una tela morada, una corona de espinas en la cabeza y una gran una cruz de madera. Al igual que los empalaos, van descalzas y efectúan el mismo recorrido”. (Wikipedia)
Entre los monumentos religiosos destaca la iglesia parroquial de Nuestra Señora de las Fuentes Claras, del siglo XVI, con una mezcla de estilos románico, gótico y renacentista. De los edificios civiles destaca el castillo de los condes de Nieva, construido entre los siglos XIII y XIV y el museo del empalao, ubicado en una casa tradicional respetada en sus formas originales.
El gentilicio de los naturales es valverdano.