El alcalde de Badajoz en funciones, Ignacio Gragera, ha presidido el solemne acto en el que se ha concedido el título de Hijo Adoptivo de Badajoz, a título póstumo, al comendador Manuel Rui Azinhais Nabeiro, además de la Medalla de la Ciudad, por su enorme vinculación y cariño hacia Badajoz en un acto en el que estuvieron presentes diferentes miembros del consejo de administración de Delta Cafés; el alcalde de Campomayor, Luis Rosinha; el delegado del Gobierno en Extremadura, Francisco Mendoza; la subdelegada del Gobierno en Badajoz, Maribel Cortés; el presidente de la Diputación de Badajoz en funciones, Miguel Ángel Gallardo, y algunos miembros en funciones del consistorio, junto con responsables de la Guardia Civil, la Policía Local y las Fuerzas Armadas.

En la ceremonia también estuvieron presentes familiares del comendador, fallecido el pasado 19 de marzo, como su hija, Elena Nabeiro, sus nietos, y su hijo, Joao Manuel Nabeiro, quien recogió el título en nombre de su padre, que había sido concedido por el Pleno del Ayuntamiento.

El comendador había sido portada de la revista Grada en marzo de 2011, sin olvidar el reconocimiento especial durante la primera edición de los Premios Grada, en 2009. Además, con posterioridad han sido reconocidos proyectos muy vinculados a su persona, como el centro educativo Alice Nabeiro, que en 2011 recibió el Premio Grada a la responsabilidad social empresarial; o el Centro de Ciencia del Café, Premio Grada al emprendimiento social en 2014.

En su intervención, Ignacio Gragera admitía que se trataba de un día especial para Badajoz, ya que se reconocía la labor de una persona que no solo hizo mucho por Campomayor y Portugal, sino también por la ciudad.

Para la Eurociudad que conforman Badajoz, Elvas y Campomayor, así como para España y Portugal, este nombramiento supone un hermanamiento entre las localidades. En este sentido, defendía Ignacio Gragera que Rui Nabeiro era una figura sin la cual no se entendería no solo la historia de Badajoz, sino también la de la frontera con Portugal, la cual es cada vez más invisible gracias al trabajo de personas como él.

Esfuerzo, generosidad y espíritu de lucha, son los adjetivos que ha usado el alcalde de Badajoz para referirse al comendador, en cuyo legado se hace visible que el éxito empresarial no está reñido con la responsabilidad social.

Por su parte, Joao Manuel Nabeiro ha comenzando dando las gracias a la ciudad de Badajoz manifestando que el legado que su padre dejó es atemporal; un legado que enfatiza la importancia de las raíces; de compartir; de la generosidad; del aprecio por la dignidad humana y del amor a la vida.

Era conocido el gran cariño de Rui Nabeiro por la ciudad de Badajoz y sus habitantes, a quienes calificaba como sus “hermanos pacenses”. Además, consideraba que había ofrecido una humilde contribución para la creación de la Eurociudad Elvas-Badajoz-Campomayor, haciendo todo lo que estuvo en su mano para unir con fuertes lazos a la ciudad española y las portuguesas.

Siendo un hijo orgulloso de Campomayor, Joao Manuel Nabeiro, ha reconocido que su padre sentía que una parte de él estaba en Badajoz. Asimismo, ha recordado que disfrutaba trabajando sin hacer sombra a nadie, sacando siempre lo mejor de cada persona, valorando a cada ser humano por sus talentos, competencias, singularidad y esencia.

En su opinión, Rui Nabeiro era un humanista en el sentido completo de la palabra, puesto que, para él, las personas estaban en primer lugar, y su dedicación al prójimo lo convirtieron en un ejemplo vivo de lo que predicaba. También ha defendido que era un líder al servicio de todos: “servía antes de servirse a sí mismo”, anteponiendo las necesidades de los demás a las suyas.