Para algunos será novedoso; a otros les hará retroceder en el tiempo; a los que siempre creímos en él nos ha hecho muy feliz; y para todos ha sido difícil contener la euforia.
Se ha hecho un camino un tanto arduo y duro para aquellos que siempre hemos creído en el campeón al que, contra viento y marea, hemos tenido que defender. La verdad es que aquellos que no siguen este deporte y lo único que miran son los resultados siempre han tachado a Fernando de que no sabía, que no era tan bueno como parecía, que rompía máquinas, que iba al equipo equivocado, etc.
Los que hemos vivido esto de cerca, viendo la trastienda y con ello los datos y todo lo que acontecía alrededor, entendíamos lo que estaba pasando. Por un lado, en su día no era fácil para Fernando tomar las decisiones de cambiar de equipo y era más bien jugar a las adivinanzas; es muy fácil decidir cuando ya se sabe algo, como se suele decir es fácil ver los toros desde la barrera; pero no es lo mismo hacerlo a pie de pista, a ciegas, lo que conlleva correr el riesgo de no acertar, y eso es justo lo que le pasó a Fernando.
Fernando rechazó a Red Bull porque era un proyecto recién empezado y porque ya había otro objetivo a largo plazo, irse a la escudería por excelencia, Ferrari. ¿Qué piloto no quiere pasar por ella aunque no gane? Nadie podría predecir lo que pasaría después y lo que Red Bull llegaría a conseguir. Así, entre otras, fueron las elecciones de Fernando, pero lejos de rendirse ha seguido preparándose sin descanso, y parece que esta vez la elección le va a dar lo que merece y le va a devolver a su sitio.
Fernando empezó al revés que cualquier piloto, ganando casi recién llegado a la Fórmula, en 2005 y 2006, por lo que era difícil mejorar aquello. Entró por la puerta grande en la Fórmula 1 y nos malacostumbró a todos, hasta tal punto que para algunos todo lo que no fuera ganar ya no valía, sin pararse a mirar, títulos aparte, lo que los números cantaban y otras proezas que hacía, aunque fuera al final de la parrilla, pero conseguía quedar por encima de la máquina y en muchos casos haciendo adelantamientos a coches mejores.
Por ello, los expertos de este deporte, todo el paddock de la Fórmula 1 (ingenieros, mecánicos, técnicos, jefes de equipos, pilotos, etc.) siempre se han rendido y han tenido un gran respeto al campeón, porque siempre acababa por encima de las predicciones que marcaban las simulaciones que le hacían los ingenieros y técnicos del equipo en cuestión. Y ya sabemos que de la predicción que salía en la simulación de carrera al resultado real que quedaba después la diferencia las marcaban las manos de ‘Magic’, que siempre sabia sacar lo mejor del monoplaza y de sí mismo. Amén de la capacidad que tiene de ir a más de 300 km/hora y estar controlando hasta el mínimo detalle de todo lo que pasa durante la carrera, de cómo va el compañero, de las gomas que desgasta el rival, etc. En palabras de su propio mecánico en Aston Martin, “Fernando es un piloto impresionante, una bestia, alguien fuera de lo normal”.
Aunque algunos dicen que Fernando Alonso ha vuelto realmente nunca se fue, solo que hasta ahora no había tenido un coche competitivo. Y en esta ocasión se han roto todos los esquemas con un podio en la primera carrera de la temporada de Fórmula 1 2023, con un coche que el año pasado estaba el noveno en la clasificación de monoplazas y contra todos los pronósticos, ya sean de los propios profesionales como de los aficionados. Nadie podía apostar por este resultado, ni en nuestros mejores sueños; ni siquiera habiendo visto lo que estaba haciendo en los test de pretemporada y en los libres del propio Gran Premio. Pero finalmente se confirmó y, aun frotándonos los ojos, ya no queda más remedio que creer, porque está ahí y es real.
Aparte del buen resultado, que ya es bastante, destaca cómo lo ha conseguido, con una carrera en la que nadie le ha regalado nada, más bien todo lo contrario, ya que recibió un golpe fortuito de su propio compañero en la salida, que le hizo perder dos posiciones, pero poco a poco fue haciendo adelantamientos, controlando su carrera y la del que llevaba al lado e, imparable, se alzó con el tercer puesto.
Además, si hay algo en concreto que destacar del campeón fue la verdadera maestría con la que adelanto nada más y nada menos que a un heptacampeón del mundo como Lewis Hamilton, quien en el corralito de la prensa, aún asombrado por la proeza, no tuvo otro remedio que ir a presentar sus respetos a Fernando y fundirse en un abrazo que nos dejó a todos sin palabras y con muy buen sabor de boca, viendo la deportividad entre estas dos bestias y leyendas de la Fórmula 1.
Fernando no entiende de imposibles y en este 2023 se abre un panorama inimaginable para muchos hace tan solo una temporada, pero no para Alonso, quien incansable e imparable va a seguir dándonos muchas alegrías, como esta en la que consiguió su podio número 99 en su carrera deportiva: 41 con Renault, 12 con McLaren, 44 en Ferrari, 1 en Alpine y, este último, con Aston Martin.
No queremos desatar euforias, a buen seguro llegarán carreras en la que pueda quedar atrás. No ganará el Mundial, pero estoy segura de que está temporada nos vamos a llevar muchas alegrías y, al menos, lo más importante de todos, vamos a ver a un campeón en su sitio, lejos de tiempos pasados donde prácticamente se tuvo que arrastrar por el asfalto y hasta empujar su monoplaza para cruzar la meta.
Quiero explicar por qué fue toda una proeza el adelantamiento que hizo a Lewis Hamilton. Tuvo lugar entre las curvas 9 y 10 del circuito de Bahréin, donde nadie se atreve a hacer tal proeza, y donde el mismo Hamilton no se lo esperaba, como era lo lógico, ya que es lo que hubiera hecho cualquier piloto, pero Fernando siempre sorprende y va más allá. El bicampeón español y el siete veces campeón británico se encontraron a mitad de carrera, con dos coches parejos, en estrategias y neumáticos similares, pero Fernando cuajó una maniobra memorable para rebasar al Mercedes. Primero la preparó durante dos vueltas y por último la ejecutó entre las curvas 9 y 10, lentas y sin la ayuda del DRS, cuando prácticamente todos los adelantamientos, hoy en día, suceden en las rectas. Hizo un amago a Hamilton por el exterior y le obligó a ceder antes de la recta de atrás.
Así se fraguó uno de los adelantamientos más interesantes que ha dejado la Fórmula 1 en la última década entre dos titanes del automovilismo, que a buen seguro será una lista más añadir a la historia de este deporte y de estas dos leyendas. Con seguridad seguiremos disfrutando, porque queda Fernando Alonso para rato.
Por último, una breve crónica de lo ocurrido en Jeddah, la segunda carrera de la temporada 2023 de Fórmula 1, donde Fernando lo ha vuelto hacer y, pese a un intento fallido por parte de Mercedes y la FIA de quitarle el tercer puesto, finalmente el asturiano se subió al podio y lo mantuvo.
Alonso hizo una salida más de las suyas, donde adelanto al Red Bull de Checo, aunque tardó poco en devolver la posición, puesto que la superioridad del Red Bull en cuanto se pudo activar el DRS fue brutal y lo pasó sin pestañear. El resto de carrera fue más bien visto por la remontada brutal de Verstappen, quien finalmente quedó segundo, y la poca velocidad de Ferrari, que no dejó a Leclerc que culminara la remontada y que relego a Carlos al sexto lugar y a no poder pasar a los Mercedes, que parece que aquí van mejor y quedaron por delante de los dos Ferrari.
Dejamos una breve explicación de toda la controversia que pasó con la FIA y Mercedes respecto al espectáculo dantesco de “ahora sí hay sanción para Fernando, ahora no”. Todo comenzó cuando en la salida la FIA pudo comprobar que Fernando no salió dentro del cajón el que se estima tienen que estar todos los monoplazas, algo que por otro lado no se entiende, ya que si te sitúas por delante eso conlleva que ganas algo de ventaja, pero que se coloque unos centímetros a la izquierda, es tan absurdo y ridículo como la propia sanción que finalmente Fernando tuvo que cumplir.
El segundo problema viene porque, al cumplir la sanción, la normativa dice que no se debe hacer nada en el coche mientras esta se cumple; un mecánico de Aston Martin tan solo toco el coche, pero no trabajó en él. Esto fue denunciado por Mercedes; hasta ahí se puede entender, lo que no se entiende es la mala intención que eso llevaba, ya que eso sucedió a más de media hora de finalizar la carrera y con más de 30 vueltas que quedaban, por lo que, en el caso de ser cierta dicha sanción, le daba tiempo a Fernando a recuperar ese tiempo. Pero lo hicieron con vista, en la última vuelta, con la mala intención de que no diera tiempo a recuperar esos segundos y así llevar al Mercedes de Russell a la tercera posición, levantándole el puesto a Fernando en los despachos, lo que no pudieron hacer en la pista.
En fin, un circo más; pero en esta ocasión, tras la reclamación de Aston Martin, no hubo más remedio para la FIA que agachar la cabeza y reconocer el error.
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