Lo ideal es que cada tres meses nos cojamos unos días de vacaciones, con un máximo de cinco días, en función de nuestro ritmo de vida diario. No obstante, es más recomendable, si tenemos la posibilidad a nivel laboral, que cojamos las vacaciones en dos periodos de 10 a 15 días, en vez de cogerlo todo de golpe, dado que desconectar demasiado durante tantos días nos provoca que cueste volver a nuestros horarios y rutinas, desencadenando cambios en nuestro organismo a nivel físico y mental.
Es evidente que hay que desconectar para volver a conectar, pero lo recomendable es planificar adecuadamente este descanso en función de nuestras cargas de trabajo y de nuestra vida personal. Además, la persona que se coge demasiadas vacaciones puede notar a la vuelta de vacaciones decaimiento, falta de energía, tristeza e inestabilidad emocional, costándole más todo.
No obstante, las reacciones antes comentadas también les ocurren a las personas que no se cogen ningún tiempo de descanso, sufriendo cambios negativos en todas las esferas de su vida, debido a estar sobrecargadas, provocándoles a la larga enfermedades, debido a no darse ese tiempo de reposo.
Por tanto, descansar en su justa medida es sano y saludable.