Independientemente de los trabajos que José María de Cossío incluyó en su monumental tratado sobre los toros en las antiguas colonias españolas y en algunos países poco conocidos como taurinos, otros han realizado algún estudio histórico-social con la tauromaquia como protagonista. Poco popular es el que se incluyó sobre la historia taurina de Guatemala, por capítulos, en la mexicana revista ‘La Lidia’, a partir del número 55, que vio la luz en 1943, y del que fue autor Jorge Aguirre. Tampoco ha sido muy divulgada una monografía aparecida en 2022 y titulada ‘Bullfighting in the Philippines (1602-2022)’, escrita por Gaspar A. Vibal. Supongo que existirán más y que desconozco.
En los últimos años parece existir un cierto interés por esta relación de Cuba con las corridas de toros y, fruto de él, son dos interesantes publicaciones. La primera en alojarse en mi biblioteca fue ‘De Cuba et des toros’, de Joël Bartolotti, publicado en 2020 por la Unión des Bibliophiles Taurins de France. En la bibliografía aportada se citaba otro texto, editado en La Habana en 2018, escrito por Santiago Prado Pérez de Peñamil y que lo tituló ‘Las corridas de toros en La Habana, una enconada polémica republicana [1902-1959]’. Este texto, a diferencia del anterior, que es más taurino, es un ensayo con la historia de la prohibición de las corridas de toros en Cuba como protagonista. También, de todos los intentos y argucias para volver a celebrarlas después de la Orden Militar número 187, de 10 de octubre de 1899, que las prohibía. Así mismo de la influencia de las sociedades protectoras de animales y, muy especialmente, de las campañas de la norteamericana, afincada en Cuba, Jeannette Ryder. Esta había fundado en 1906 la Sociedad Protectora de Niños, Animales y Plantas, también conocida como el Bando de Piedad.
Como he anotado, el de Joël Bartolotti se centra más en la historia taurina de la Isla de Cuba, mientras que el segundo es un ensayo socio político con las prohibiciones y el deseo de volver a ver corridas en aquella tierra como protagonistas. Pero estas dos novedades no deben ocultar otros trabajos, algunos quizás menos conocidos pero de indudable calidad.
Revolviendo en mi biblioteca, quizás debería escribir dejando que mi ordenador lo hiciera por mí, he encontrado un estudio interesante que publicó la Academia de Ciencias de Cuba, en su revista del Instituto de Etnología y Folklore de Cuba, del que es autor José Rivero Muñiz y que lo tituló, en 1968, ‘Las corridas de toros en Cuba’.
Desde luego no pueden dejarse en el olvido los dos folletos que Miguel Luna Parra publicó en 1999 con los títulos siguientes: ‘Toros en Cuba. I. ¿Primera corrida de toros celebrada en América …?’ y ‘Toros en Cuba. II. Auge, independencia y prohibición…’. Aunque sus conclusiones se centran fundamentalmente en la historia de las plazas de toros de Regla, es necesario dar a conocer la ponencia de Adolfo Sarrias Enrique, del Departamento de Documentación del Museo de Regla, en el III Coloquio de Historia Local de Regla y que tituló ‘Las plazas de toros de Regla, 1835-1895’. Pocos estudios monográficos más conozco, o al menos puedo tener en mis manos, excepto el de Santiago Gonzalo, un folleto escrito en Madrid, aproximadamente en 1980, para una cadena de hoteles establecida en Cuba y con la intención de sondear la posibilidad de celebrar allí alguna corrida suelta. Lo tituló ‘Un coso para Hemingway ¿Toros en Cuba? ¿Por qué no?’.