Pedro Monty es uno de los educadores más completos de nuestra región, un referente a nivel nacional, un fantástico músico y un constante colaborador y organizador de multitud de actos solidarios.
Como educador creativo se encuentra en una búsqueda constante, abriendo nuevos caminos en el mundo de la educación y desarrollando interesantes proyectos como el aula virtual ‘PianoTie’, a través de la cual ha realizado 12 programas con una media de más de dos horas y media de duración.
Como músico se mueve con desenvoltura en diferentes estilos, colaborando con grupos y artistas de prestigio nacional e internacional, desarrollando una extensa, variada y rica carrera musical.
La solidaridad es su tercer gran pilar, sobre el que se cimienta sus grandes principios y valores, siendo presidente de la asociación ‘Músicos solidarios sin fronteras’ en Extremadura.
La ilusión, la innovación, la originalidad, el entusiasmo, la inspiración y la pasión, junto con un trabajo serio, hacen que cada uno de sus proyectos, como esta aula virtual, no deje indiferente a nadie, siempre repletos de emoción y sentimiento. Desde 2009 viene desarrollando su proyecto más personal y ambicioso. ‘El reino de las musas’, que está inspirado en la mitología. Existe una leyenda de la antigua Grecia en la que Zeus, después de haber creado el mundo, llamó a todos los dioses para enseñarles su obra; los dioses admiraron el mundo sin decir palabra, y cuando Zeus preguntó si le faltaba algo a su obra respondieron “Tu obra es magnífica y gloriosa, pero falta la voz que pueda inspirar la alabanza de esta gran obra”; y así Zeus dio forma a las nueve musas, para alabar la creación por medio de las artes.
Esta leyenda le inspiró, y le enseñó una nueva forma de mirar al mundo desde una triple perspectiva: la Educación, el Arte y la Solidaridad, los pilares fundamentales transformadores del mundo, y son la clave para poder entender a este artista natural de la localidad pacense de Montijo, de donde saca su nombre artístico, ‘Monty’.

Este año cumples 25 años como docente; ¿cómo valoras esta etapa?
Empecé a estudiar Magisterio en la especialidad musical en Cáceres, recién estrenada esta especialidad. Tres años de aprendizaje y vivencias que se fueron asentando en los centros donde fui trabajando: Montijo, Puebla de la Calzada, Calamonte y Esparragalejo fueron los inicios, que aunque suelen ser duros fueron los más ilusionantes. Todo era nuevo para mí, y aprendí muchísimo de mis compañeros durante esos seis años: su curiosidad, su cercanía con los alumnos… empecé a disfrutar con mi vocación. Conservo aún muy buenos compañeros y amigos.
Después de seis años tuve la suerte de poder dar clases en el colegio ‘Príncipe de Asturias’ de Montijo. Con la incertidumbre de cómo sería dar clases en mi pueblo, y con la suerte de tener como compañeros a grandes amigos, mi etapa en Montijo fue una etapa de crecimiento, donde pude perfilar mi estilo como maestro y profundizar sobre el sentido de la educación. Fueron 10 años inolvidables y muy satisfactorios. Siempre que voy a Montijo me saludan muchos antiguos alumnos, incluso con algunos de ellos tengo una buena amistad. Desde hace nueve años estoy dando clases en Badajoz.
Actualmente trabajas en el colegio Las Vaguadas, en Badajoz; ¿qué ha supuesto esta etapa como docente?
Mi etapa en Las Vaguadas está siendo apasionante. Fue aquí donde entendí y puse en práctica el verdadero sentido de la educación, que los protagonistas del proceso de aprendizaje son los alumnos. El docente debe ser el guía que despierte la curiosidad, el interés, la motivación, la creatividad… en sus alumnos. Se cumple así esa maxima de “dame un niño motivado y lo aprenderá todo”.
En el centro siempre intento abrir caminos, buscando nuevas ventanas en la educación, sabiendo también las dificultades que tiene romper con las formas y mentalidades sobre la enseñanza que tenemos. Yo siempre digo que, generalmente, las ideas innovadoras son ridiculizadas, mientras que las tradicionales y más arcaicas suelen ser aceptadas, pero no valoradas. Algunas de las ideas que planteé a nivel educativo fueron rechazadas, aunque la puesta en práctica de ellas y el paso del tiempo suelen dar la razón, y en ocasiones hasta el reconocimiento y aplauso, incluso de aquellos que te criticaban en un principio.

¿Cómo nació la idea del aula virtual ‘PianoTie’?
A raíz del confinamiento el alumnado dejó de ir a los centros, y había que diseñar la enseñanza virtual. En una situación tan complicada tenía clara varias cosas. Por un lado, ser capaz de enseñar desde el entretenimiento; pedagógicamente tenía que conseguir transmitir los contenidos de manera lúdica y divertida. Por otro lado, las artes y la solidaridad tenían que tener también su espacio, no solo porque formen parte de mi forma de transformar el mundo, sino porque los artistas y la solidaridad han sido fundamentales para superar estos momentos tan dificiles. Y también creí que mi actividad debía suponer una acción para el alumnado, exigiendo lo mínimo a los padres y las madres, solo que pudieran ver el programa en YouTube, aunque también quería que se convirtiera en ese programa divertido, de entretenimiento y educativo que pudiera verse de forma distendida en familia, y en ellos hay muchos guiños divertidos a los padres y las madres.
¿Con qué colaboraciones has contado en este proyecto?
Ha habido dos colaboraciones que han sido las fundamentales. Por un lado mi oenegé, ‘Músicos sin fronteras’, en la figura de Mikel Aizpurua, un gran amigo, vasco afincado en Lliria; maestro de música ya jubilado, ha sido fundamental en el éxito del programa; aparte de llevar su sección de manera magistral me ha asesorado en todo momento, ejerciendo la función de co-director. Por otro lado la Fundación Magdalena Moriche ha sido también importantísima, no solo porque de un proyecto solidario que realizamos hace cinco años, unas camisetas negras con una corbata de piano, hemos continuado con el nombre, ‘PianoTie’, sino porque es un centro dedicado a la integración integral de personas con inteligencia límite y discapacidad intelectual ligera, un referente de superación y un ejemplo no solo en Extremadura sino también en España; el ejemplo de Magdalena Moriche, José María Iglesias y todo su equipo son para mí esenciales. Y finalmente José Luis Garralón, profesor de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Extremadura se ha convertido en un eje fundamental en la parte final del proyecto, aportándole esa guinda especial que le hacía falta a este ‘pastel educativo’.
¿Cómo ha estado estructurado ‘PianoTie’?
Ha contado con siete secciones, como las notas musicales:
- ‘Educación musical’, en la que yo hacía una introducción al tema que íbamos a tratar en el programa.
- ‘El rincón de Mikel’, que profundizaba sobre el tema en cuestión, enriqueciéndolo con diferentes aspectos musicales y propuestas auditivas y didácticas.
- ‘Arte’, por la que han pasado multitud de artistas de diferentes disciplinas.
- ‘La lección del maestro don Emilio’, en la que Emilio González Barroso, referente de la música coral y la música popular extremeña, nos ha ido ilustrando cada semana de manera magistral.
- ‘Festival de Eurovisión’, en la que el joven Javier Mendoza, gran especialista en nuestra región del festival eurovisivo, nos ha explicado la historia del festival a través de sus estilos musicales, los valores que transmite, la participación española… de manera fresca y apasionada, lo que ha hecho que se convirtiera en la sección preferida de la gente joven.
- ‘Por un mundo mejor’, en el que madres y padres del centro contaban sus experiencias en sus diferentes trabajos, y aportando optimismo y esperanza en esta situación.
- ‘Final feliz’, con colaboraciones musicales que marcaban la idea de que la vida es como un arco iris, ya que hace falta la lluvia y el sol para ver los colores, y que todos podemos ser un deslumbrante arco iris de posibilidades.

¿Cuántos programas se han realizado y cuáles han sido sus temáticas?
En total hemos realizado 12 programas, con una duración media de más de dos horas y media. Los programas, entre otras muchas cosas, han girado en torno a los instrumentos de cuerda, viento y percusión, instrumentos musicales raros, historia de la música, instrumentos-formaciones-obras grandes y pequeñas, canciones del mundo, el silencio, el piano…
Entre esos 12 programas cabe destacar dos especiales que quisimos dedicar a los abuelos; uno dedicado al bolero y Antonio Machín, y otro dedicado a la copla, de la mano de la cantante cacereña Pilar Boyero. Como ella dice, y yo comparto, nuestros mayores, aquellos que en su mayoría se ha llevado por delante el coronavirus, son la mejor generación de nuestro país. Superaron la guerra y la post-guerra, lucharon sin descanso para que nosotros disfrutemos de los privilegios y el bienestar que tenemos en la actualidad, incluso arrimando el hombro en la crisis que nos sacudió en 2008. Ellos son uno de los grandes tesoros de nuestra sociedad, nunca les estaremos lo suficientemente agradecidos.
¿Tenéis preparado algo como clausura de este proyecto?
Precisamente hoy, 21 de junio, Día Europeo de la Música, junto con nuestro programa número 12 publicamos dos programas especiales:
- el primero de ellos es una entrevista muy especial a Serafín Zubiri, participante en dos ocasiones en el Festival de Eurovisión, y a Anabel Conde, segunda clasificada representando a España en la edición de 1995. Una entrevista llevada magistralmente por Javier Mendoza, responsable de la sección de Eurovisión, y que ha contado con la presencia de Mikel Aizpurua, Magdalena Moriche y José Luis Garralón. Una entrevista que no hay que perderse.
- el segundo tiene como protagonista a Edurne Aizpurua, profesora superior de flauta que durante el confinamiento ha ido subiendo cada día a las redes un tema musical, elevando la música a ese Arte con mayúsculas, convirtiéndola en la mejor medicina para el confinamiento, mostrando un mensaje de unión, repleto de esperanza y futuro. Seguramente no somos conscientes de ello, pero escuchando sus canciones, como han hecho muchos otros artistas, se modifica nuestra actitud y nuestro comportamiento, invitándonos a seguir luchando, a pesar de las dificultades, a la vez que nos hace más sensibles a la situación que estamos viviendo, y por tanto, más humanos.
‘PianoTie’ 12. ‘El misterio del piano’
Entrevistas a Serafín Zubiri y Anabel Conde y resultado de la encuesta sobre la mejor canción de Eurovisión
Secciones de ‘PianoTie’ 12
Educación. Pedro Monty
El rincón de Mikel Aizpurúa
Arte. Marcos Deker
La lección del Maestro don Emilio
Festival de Eurovisión. Javier Mendoza
Solidaridad. Banda sinfónica de ‘Músicos sin fronteras’
Por un mundo mejor. Nayara Madera
Final feliz. Coro virtual participativo de Fundación La Caixa
‘PianoTie’ ha tenido una gran repercusión, ya que fue incluido como recurso educativo en la página Educarex de la Consejeria de Educación, y ha llegado al profesorado de Castilla-León, Andalucía, Madrid o Valencia. ¿A qué crees que se debe el éxito?
En primer lugar quiero agradecer al equipo directivo de mi centro, Belén Llera, Lidia de la Cruz y Gladys Ramirez, que ante esta propuesta enseguida me dieron el sí y me animaron. Y, por supuesto, esto es un trabajo coral, donde el mérito lo tienen, junto a los colaboradores, todos aquellos amigos que han querido participar, colaborar y contribuir. La Educación, las Artes y la Solidaridad son más auténticas cuando se realizan desde la generosidad. En estos 12 programas han sido alrededor de 250 personas las que han colaborado para hacer posible más de 30 horas de ‘PianoTie’.
¿Qué podemos esperar después de esta ‘primera temporada’ de ‘PianoTie’?
Han sido tres meses muy intensos, en el que he tenido muchas alegrías. Por un lado, el eco que ha tenido en los diferentes medios de comunicación, a los que les agradezco enormemente el cariño que siempre han tenido conmigo y con los proyectos que desarrollo.
Por otro lado, quiero agradecer a Charo Guerra y Gemma Delicado la realización de una masterclass sobre ‘PianoTie’ para el alumnado de las áreas de didáctica de expresión musical y de lenguas extranjeras de la Facultad de Educación del Profesorado de la Universidad de Extremadura.
Por último, ya nos han pedido que publiquemos un libro-didactico con todos los contenidos que hemos desarrollado en el programa, a la vez que quieren que le demos continuidad al mismo, no con un carácter semanal, como el que hemos tenido, sino mensual. Todo se andará, sin prisas, y a su debido tiempo.

¿Cómo ves la educación musical en la actualidad?
La música tiene muy poco peso en los planes de estudio actuales. Se la sigue considerando la ‘hermana pobre’, y nos cuesta ver la función social tan importante que desempeña, como hemos comprobado en el confinamiento, que ha servido de bálsamo para superar tan dificiles momentos. La música puede no parecer una necesidad prioritaria, pero si todo el mundo desarrollara su creatividad, y para esto la música es la mejor herramienta, la gente estaría más satisfecha con su vida y tendríamos una sociedad mejor.
La música es un reflejo de cómo estamos hechos, de cómo funciona nuestra mente, de cómo ordenamos los sonidos, de cómo las vibraciones que nos rodean nos emocionan, de cómo el ritmo hace mover nuestros cuerpos. El sonido y el ritmo, y la percepción que tenemos de ellos, contribuyen de manera fundamental a nuestra constitución como personas; y es que somos lo que oímos. Si tenemos claro esto entenderemos la importancia de la enseñanza musical en la infancia: para comunicar, para relacionar, para expresar, para conmover, para abrir canales, para cantar, para bailar, para emocionar, para aprender, para interpretar… para sentir.
¿Y qué opinas sobre la educación extremeña en general?
Creo que lo fundamental es entender que la educación extremeña necesita preparar a los ciudadanos del mañana para el futuro que les aguarda, siempre diferente e imprevisible. En una sociedad en crisis total, evolución y cambio, como la que nos va a tocar vivir, tenemos que potenciar las destrezas físicas y emocionales, el equilibrio y la armonía personal, así como la capacidad de relación y convivencia, desarrollando la creatividad y el pensamiento divergente. Ahora más que nunca, y después de lo sucedido, hay que apostar y mucho por la Educación.
¿Cómo has vivido como músico el confinamiento?
Ha sido una situación muy complicada, y he pasado momentos muy difíciles. Pilar Boyero y yo llevamos desarrollando desde hace muchos años un programa de copla, piano y voz, con el que hemos recorrido más de 130 residencias de mayores de toda Extremadura. Teníamos preparado prácticamente nuestra siguiente edición para abril y mayo con 12 residencias, y conocer la dura realidad que en ellas estaban pasando ha sido muy duro. En cuanto podamos retomaremos el proyecto, para recordar la memoria de los que nos dejaron y agradecer a los que siguen con nosotros todo lo que les debemos como generación.
Aparte de esto, he participado en el Festival ConfinArte organizado por la Concejalía de Cultura de Badajoz, y he colaborado con todas aquellas personas, asociaciones, instituciones y oenegés que me lo han pedido.

¿En qué momento sentiste la vocación por la música y quiénes te animaron a ello?
Tuve mucha suerte. Desde muy niño en mi familia, mis padres, que pertenecían a la coral montijana, junto con mi abuelo, que era músico, no dejaban de animarme a que estudiara música. Él amaba la música sobre todas las cosas, además cualquier tipo de música, tenía una mente muy abierta. Solía decir que había dos tipos de música, la buena y la mala, y que él prefería la buena. De él aprendí que la grandeza de un músico no viene dada por el tamaño de un nombre en su cartel anunciador, o por tener más o menos nombres en su ‘ridiculum vitae’, o por haber tocado en tal o cual sitio. La verdadera grandeza de un músico está en la generosidad y verdad que proyecta, que hace que su música se convierta en un regalo para todos.
Mis padres, sin embargo, más allá de que fuera músico o no, me decían: “hagas lo que hagas, lo importante es hacerlo con dignidad y estar orgulloso con uno mismo de haberlo hecho”. Así que con la motivación de mi abuelo y el esfuerzo de mis padres pude estudiar música.
Con apenas 7 años me apunté a la Escuela de Música, para después pasar al Conservatorio de Montijo, donde acabé el Grado Elemental. Continué en el Conservatorio de Cáceres, donde me saqué el Grado Profesional, para acabar en el Conservatorio de Badajoz, donde terminé el Grado Superior.
¿Por qué elegiste el piano?
Uno estudia música porque tiene muchas ganas; después las circunstancias, más allá de tus gustos personales, hacen que elijas un instrumento u otro. De hecho, aparte del piano, estudié el Grado Elemental de trombón, que junto con el chelo son mis instrumentos preferidos. Aunque he de reconocer que, desde pequeño, cada vez que veía a alguien tocando el piano, sentía una emoción especial que me impulsaba a querer tocarlo.
¿El músico nace o se hace?
Normalmente todos los que han llegado lejos en esto no es solo porque tengan talento y facilidad, sino porque tienen mucha voluntad y ganas de aprender y de echarle muchas horas. Creo también que como músico es importante saber evolucionar y aportar algo nuevo.
La música es un reflejo de cómo uno escucha la música. Cuando se escucha a un músico se escucha también como este escucha la música. Y cuánto más escuches esta música, cuentes algo, y digas cómo te hace sentir esta música, mejor músico serás. Esto es muy importante. La gente a veces solo se queda con los estilos, olvidándose de lo básico. Creo que si un músico es bueno lo es tocando el piano, la flauta o las castañuelas, sea clásico, jazz o jotas extremeñas. Lo importante son las personalidades y los sentimientos y emociones que se logra transmitir.
Dentro de los diferentes estilos musicales hay uno que prefieres, el jazz; ¿por qué?
Me encantaría ser un auténtico pianista de jazz. Creo que poca gente es consciente de la cantidad de horas estudiando y escuchando que hay que echar para poder tocar dignamente algún standard de jazz. El jazz no es solo un estilo de música, sino que encierra toda una filosofía, cuyo concepto principal es la libertad de expresión, creando un camino donde es posible integrar a todas las culturas. Jazz como actitud, como inspiración, como riesgo. Los músicos de jazz hacen música sin etiquetas, solamente incluidos por las pautas culturales con las que crecemos y convivimos, con una curiosidad natural por todo lo que otros hacen con las mismas posibilidades, pues solo son 12 notas, ¡y lo que dan de sí!
En tu carrera como músico han sido muchos los conciertos con diferentes grupos, proyectos artístico-musicales, grabaciones, que has realizado; ¿con cuál de ellos te quedarías?
Es difícil elegir y quedarse con uno, pues cada uno de ellos forma parte de una etapa de mi vida. Emociona poder tocar en el Vaticano delante del Papa, no menos que dar un concierto íntimo en el salón de casa a una amiga ya mayor y enferma. Impresiona dirigir a un coro de 300 personas en Caen (Francia), pero también impresiona ver cómo una clase de mis alumnos son capaces de cantar afinados una canción o memorizar un tema de flauta y tocarlo con gusto. Disfrutas tocando el piano para la ‘alta sociedad’ en Sotogrande o Alemania, pero no más que tocando en una residencia de mayores. Cuando se es joven, uno busca los grandes escenarios y los grandes eventos, pero con el tiempo te das cuenta que lo más importante es disfrutar de cada momento, como algo único, especial e irrepetible.
Siempre has estado dispuesto a colaborar con asociaciones, organizaciones e instituciones benéficas; ¿qué te empuja a ello?
Tengo un buen amigo, con el que hablo mucho sobre la música, la educación, la política, y siempre llegamos a una conclusión: más allá de profesiones, ideologías, religiones, lo que realmente puede definir a una persona es su capacidad de entrega a los demás desde la generosidad. Creo que ese es el valor más importante que se puede tener. Tengo la suerte de poder vivir de lo que me apasiona, la educación y la música, me siento afortunado por ello, pero no sería completo si no hiciera algo por los demás, aportando mi granito de arena para construir un mundo mejor. Creo que ayudar a los demás da sentido a lo que hago, y me hace más feliz. Siento también que, al dar, recibo más de lo que doy. Probablemente estar en contacto con los niños me hace recordar diariamente la alegría que produce el hecho de dar. Cuando, por ejemplo, en medio de clase, uno de ellos dice en voz alta desde su sitio: “Maestro, ¿con qué borro? No tengo goma”, en menos de tres segundos tiene cinco gomas encima de la mesa, y hay otros cinco sacándolas del estuche. Creo que el mundo iría mejor si sintiéramos como ellos.

¿Qué es para ti tu oenegé, ‘Músicos sin fronteras’?
‘Músicos sin fronteras’ es lo que unifica todas mis acciones solidarias. Tengo la suerte y me siento orgulloso de ser el presidente regional, y soy un afortunado por tener a dos grandes personas con las que comparto inquietudes, ideas, proyectos, como Jesús María Alegría, ‘Pinttu’, en Vitoria y Mikel Aizpurúa en Valencia. Son los espejos donde mirarme, a los que admiro profesionalmente y personalmente. ‘Músicos sin fronteras’, Pinttu y Mikel, es como llegar al hogar después del día de trabajo, uno se descalza, se sienta en el sofá y se relaja.
¿Cómo crees que va a ser la vuelta al cole en septiembre?
Ahora mismo es muy complicado saber qué escenario nos vamos a encontrar. En el mejor de los casos, que tuviéramos una vuelta total, con todas las medidas de seguridad, tengo claro qué haría; como maestros, le haríamos un pasillo para aplaudir a las madres y a los padres por el esfuerzo que han hecho estos meses, y les pediríamos perdón por si en algún momento no hemos sabido estar a la altura en una situación que nos ha desbordado. Después maestros y maestras, junto a madres y padres, le haríamos ese pasillo a alumnos y alumnas, quienes más lo merecen. Y terminaríamos todos con un recuerdo a la memoria de los fallecidos por el coronavirus y un agradecimiento especial a nuestros mayores, nuestros abuelos que aún tenemos con nosotros.
¿Y el aplauso a los maestros?
Nuestro reconocimiento tiene que venir de la Administración, que las autoridades sepan valorar el esfuerzo que los equipos directivos de los centros y el profesorado han hecho en esta cuarentena. A nivel político solo pido que se llegue a un pacto educativo. Sólo desde la Educación se puede construir un mundo mejor, más justo, más solidario, en definitiva, más humano.
AULA VIRTUAL ‘PIANOTIE’
‘PianoTie’ 1. ‘Entre las cuerdas’
‘PianoTie’ 2. ‘Viento en popa’
‘PianoTie’ 3. ‘Percutiendo sin parar’
‘PianoTie’ 4. ‘No hay límites’ (especial Aexpainba)
‘PianoTie’ 5. ‘Toda una vida: A. Machín’ (especial 1 abuelos)
‘PianoTie’ 6. ‘Arte en la Copla: P. Boyero’ (especial 2 abuelos)
‘PianoTie’ 7. ‘Somos muy raros’
‘PianoTie’ 8. ‘Estamos haciendo Historia’
‘PianoTie’ 9. ‘Virus y dinosaurios’
‘PianoTie’ 10. ‘Canciones para todos’
‘PianoTie’ 11. ‘Silencio… se escucha’