El instituto Valdemedel de Ribera del Fresno ha acogido la iniciativa ‘Encuentros con autores’, promovida por la Consejería de Educación y Empleo, gracias a la Red de Bibliotecas Escolares de Extremadura, que ha tenido como protagonista al historiador carmonense Esteban Mira Caballos, bajo el título ‘Hernán Cortés: una biografía para el siglo XXI’.
Este encuentro con autores que financia la Junta de Extremadura y que ha permitido que varias decenas de escritores puedan tener un encuentro con grupos escolares se llevó a cabo a 10.00 horas. Los alumnos, que previamente habían leído varios trabajos del citado autor de la mano de sus profesores de Historia, llegaron muy motivados y con muchas preguntas a realizar. Además, el autor explicaría qué es ser un investigador y cómo podían llegar a serlo ellos, algo que les interesó mucho, por lo que es posible que haya cantera en Ribera del Fresno en los próximos años.
“El doctor en Historia de América Esteban Mira Caballos, ha impartido una charla a nuestros alumnos de 2° de ESO en la que nos ha contado curiosidades, anécdotas y detalles sobre el descubrimiento del Nuevo Mundo y la importancia de Extremadura en el proceso, centrando la atención en uno de nuestros grandes conquistadores, Hernán Cortés”, ha explicado la coordinadora de esta actividad, la profesora Esperanza Cruz.
Interés es la palabra con la que Esteban define al público: “Los alumnos estuvieron muy atentos e interesados, pues sus profesores habían hecho una gran labor previa con ellos”, comenta este profesor almendralejense quien asume que los últimos años de su carrera docente los va a acabar en el nocturno del instituto Carolina Coronado. “Trabajar en horario verpertino me deja las mañanas libres para dedicarme a mi pasión, que es la investigación”, concluye.
Así, el doctor Mira, quien cita en numerosas ocasiones a esta villa ribereña, apuntaba que nunca había estudiado particularmente la historia de Ribera, pero la villa tiene una larga historia: “De ahí que me salgan ribereños por todos lados y, por tanto, aluda continuamente a la villa en mis trabajos. Me llamó la atención la existencia de una amplia esclavitud en Ribera en la Edad Moderna, y, sobre todo, la miscigenación de estos esclavos y libertos con la población blanca. Especialmente a través del casamiento de mujeres de color con blancos y, ocasionalmente, de algún moreno con mujeres blancas del pueblo”.
¿Quién es Esteban Mira Caballos?
No soy más que un simple historiador que trata de buscar nuestros orígenes para comprender nuestro presente y tratar de crear un futuro mejor. A veces me descorazono cuando coincido con Hegel, quién decía que lo único que enseña la historia es que no se aprende nada de ella. Pero en cualquier caso me gustaría ser recordado como un historiador que trató de hacer su trabajo de manera honesta.
¿Qué te atrajo de esta población, algo que te llamara la atención?
El paseo fue muy breve y además lo hice solo, sin nadie que me pudiera contar o llevar a los mejores rincones del pueblo. Pero ese breve recorrido por las principales calles del pueblo fue suficiente para percatarme de la gran cantidad de casonas blasonadas que había, que conserva la villa y que hay que preservar a toda costa. Eso denota la existencia de una oligarquía histórica poderosa que tuvo muchas tierras y esclavos.
Pero no todo pueden ser elogios: me apenó ver que algunas de esas casas estaban en situación casi ruinosa, lo cual no deja de ser un problema. Comprendo que es difícil porque la mayoría están en manos privadas y ni el ayuntamiento ni la Junta de Extremadura pueden hacer gran cosa. Ese mismo problema lo tienen otras muchas villas y ciudades de España. Pero no nos podemos quedar de brazos cruzados, hay que presionar a los dueños para que busquen soluciones, algo que suele ser efectivo. Esos edificios, que son la esencia del pueblo, solo se pueden mantener si se les da uso, como vivienda, hotel, museo, restaurante… Insisto, sé que es complicado, pero cada casa histórica que se viene abajo es una pérdida irreparable para cualquier pueblo.
Si Cortés hizo un trabajo inmenso que ha legado al mundo entero, no lo hizo solo, y le acompañaron muchos extremeños, como el ribereño Alonso García Bravo. ¿Que me puedes decir de ello?
Llama la atención la presencia de muchos de estos ribereños en muy diversos rincones del Nuevo Mundo, a miles de kilómetros de la tierra que les vio nacer. Ya en mi libro de Hernán Cortés aludí a este ribereño, experto en geometría, que diseñó el plano de la nueva ciudad de México, construida sobre la destruida Tenochtitlan. Cuando paseo por el zócalo y veo el plano en damero del centro de Ciudad de México, me acuerdo de este ribereño y de tantos otros extremeños que estuvieron por aquellos lares hace cinco siglos.
Lo mismo podemos decir de religiosos como el jesuita ribereño Diego Martínez que se dedicó al apostolado en el Alto Perú y que llegó a escribir obras en varios idiomas indígenas, para facilitar la evangelización. Es sorprendente ver a tantos personajes de tierra adentro, de la Extremadura rural, que se metieron en un barco y surcaron miles de kilómetros de océano para iniciar una nueva vida tan lejos de su tierra natal.
Para finalizar, ¿qué recuerdo te llevaste de esta histórica villa, patria chica de nuestro Meléndez Valdés?
Me gustó mucho el Museo de Juan Meléndez Valdés, ese gran político, jurista y escritor de Ribera. Tuve el privilegio que Rosana Pavo, la bibliotecaria, altruistamente abriese el museo para mí y me lo explicase todo minuciosamente. Ha sido un acierto preparar su casa natal como museo, porque a todo visitante le gusta tener algo tangible que ver cuando acude a un pueblo o quiere saber más de un personaje. Es un museo pequeñito, pero con los espacios muy bien aprovechados y magníficamente recreado. Uno se hace una idea muy veraz de quién era Meléndez Valdés y cuál fue su legado.
