El arte como herramienta de transformación social en defensa de los derechos humanos, ha sido el leit motiv de esta actividad que ha dado como resultado una serie de murales que se han pintado en las paredes de sitios emblemáticos de la localidad, ejecutados por Digo Diego, Alba Delíz y Alva Moca.
Zalamea de la Serena se ha transformado en un espacio de estancia y trabajo a artistas regionales y nacionales, favoreciendo los vínculos entre creadores y fomentando el trabajo conjunto. La localidad ha hecho las veces de laboratorio de creación artística, y se ha establecido en un territorio único, inspirador y cuyo componente rural ha servido de hilo conductor para la creación de las obras, pero también ha sembrado las semillas de la convivencia, el compromiso y el artivismo conjunto.
Se trata de un proyecto de la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional al Desarrollo, llevado a cabo por la Asociación de Desarrollo Rurex en colaboración con el Ayuntamiento de Zalamea de la Serena.
Digo Diego, Alba Delíz y Alva Moca han sido las personas seleccionadas en compartir estancia y trabajo durante 15 días, dando como resultado cuatro manifestaciones artísticas con el objetivo de fomentar en la ciudadanía, conciencia sobre la defensa y respeto de los derechos humanos.
La placentina Alba Delíz ha intervenido en el antiguo edificio de la casa de la cultura de Zalamea de la Serena, que en la actualidad alberga la banda municipal de música y próximamente un nuevo espacio para jóvenes en la primera planta. Su intervención artística versa sobre los artículos 4 y 5 de la declaración de los derechos humanos, prestando atención a la figura de la mujer en defensa la libertad de sus derechos y denunciando sus distintas formas de esclavitud.
El mural ‘La flor de la libertad’ es todo universo de color, naturaleza y pasión, en el que mujeres se convierten en plantas para renacer y escapar de la opresión, hacia la búsqueda de la libertad. Tal y como cuenta la propia artista, “son seres libres de esclavitud, como las flores que crecen en libertad buscando el sol”. Para la obra la artista se ha inspirado en las flores y plantas endógenas de la zona.
La creación del madrileño Digo Diego se encuentra en la plaza Calderón de la Barca, en uno de los muros del edificio de las Antiguas Escuelas. El compromiso social por la defensa de los derechos humanos ha sido abordado desde el artículo 9, en el que ha puesto de manifiesto la distorsión de información, que limita el ejercicio de la plena libertad de expresión.
Su obra ‘Vuelo dual’ muestra cómo el movimiento hace fluir y trasladar la información, a través de la figura metafórica de un ave que hace llegar los mensajes, pero, y tomando las palabras del artista, “sin los abrazos de la censura ponen anillas a los mensajes, se rompen las dinámicas de vuelo de la información y la expresión”.
El oscense Alva Moca ha sido el encargado de generar un espacio de reflexión con su intervención en la pedanía de Docenario, en el edificio que alberga el Centro de Energías Renovables y la Asociación de Vecinas y Vecinos de Docenario, denominada ‘Equilibrio’. Su mural de gran tamaño refleja el artículo 23, y sienta las bases en el ejercicio del trabajo, que no se ha ejercido en pleno derecho de igualdad por mujeres y hombres.
La historia de la evolución del papel que ha ocupado la mujer en el mundo laboral, incidiendo de especial manera en el contexto rural, se convierte en filamento usado para tejer esta pieza, que hace las veces de ventana al mundo. El artista expone su propia perspectiva del mundo que le rodea, creando un universo de figuras contrarias y dicotómicas, en las que entre la aparente inestabilidad de las figuras confrontadas que, a simple vista se aprecian en la obra, nace el equilibrio que se asienta sobre la experiencia de vida de las mujeres de campo y dehesa.
Por último, como resultado del proceso de creación conjunta surgido en la Residencia de Artistas Activistas y a iniciativa del grupo de artistas, se ha generado una obra conjunta que sirviera como referente de esta Residencia y de la defensa de los derechos humanos desde lo rural.
Así, Digo Diego y Alva Moca han interviniendo en el depósito de agua que da la bienvenida a la pedanía de Docenario, con el resultado de un mural de gran formato, en el que las cuatro caras del depósito se convierten en un grito que clama, desde el campo extremeño, por la construcción de un mundo en el que todas las personas, sin distinción de nacionalidad, sexo, identidad sexual, religión u origen, puedan vivir de manera libre, crecer de manera sostenible y tener acceso a sus libertades y derechos.
El mural ‘Acceso indirecto’ pretende mostrar la complejidad del acceso a los derechos humanos, poniendo de manifiesto el entramado de un sistema que distorsiona las realidades, para hacernos prescindir de algunos derechos logrados hasta hoy. “Los derechos humanos fundamentales deben proteger al mundo entero” es la frase que firma la cartela del mural.
Este proyecto es un claro ejemplo del compromiso artivista de los muralistas de Extremadura, de otras partes de España y de otros países que trabajan el activismo a través de sus intervenciones, dando sentido y compromiso a su trabajo.
Los murales de ‘Art Rural Artivismo desde lo Rural’ son portadores de un mensaje de igualdad, solidaridad y justicia social hecho desde lo rural y que sostiene el poder del arte como herramienta para generar una mirada crítica y un compromiso en las gentes que habitan Zalamea de la Serena y comarca.
