Hablamos siempre de la importancia de las artes para la revitalización de las lenguas en peligro de extinción como la nuestra, el extremeño. Hemos hablado en esta tribuna de música y literatura en extremeño, pero este mes nos queremos detener en el teatro.
Porque el extremeño tiene presencia ya en obras teatrales desde el siglo XVI, con Diego Sánchez, autor y clérigo de Talavera la Real. También obras como ‘Jarrapellejos’, de Felipe Trigo, incluían al extremeño, eso sí, siempre en boca de sus personajes más humildes.
Y porque desde entonces ha seguido habiendo teatro en extremeño, aunque siempre relegado al ámbito amateur. Es decir, asociaciones y grupos de teatro como ‘Amuca’ o ‘Albolargas’, que a lo largo de los años han puesto en escena poemas, relatos o conversaciones cotidianas.
Pero algo está cambiando. En estos últimos años, compañías como ‘De la Burla Teatro’, con sus ‘Bruxas’; o ‘La Familia Política’, con ‘La lengua incompleta’, han llevado el extremeño a escenarios de España e incluso a Portugal, en el marco de ‘Lingua’, el I Festival de Teatro en Lenguas Minoritarias, celebrado el pasado año en la localidad de Barcelos.
Y es que este año, en su trigésimo séptima edición, el célebre Festival de Teatro Clásico de Alcántara nos ha abierto sus puertas para hablar del tema que nos ocupa. Tanto ha gustado que podríamos resumir todo lo dicho con el lema que se ha podido leer en las camisetas del personal de organización del propio festival: “Ahila pal teatru!”.