El Grupo de Decisión e Inferencia Bayesiana de la Universidad de Extremadura, formado por Fernando Calle Alonso, Jacinto Martín Jiménez, María Isabel Parra Arévalo y Carlos Javier Pérez Sánchez, ha elaborado un informe que recoge los hábitos de consumo de productos derivados del tabaco en Extremadura referidos a 2022, cuya principal conclusión es que el tabaco es la sustancia psicoactiva más consumida entre la población de 15 a 64 años después del alcohol.
1 Introducción
La epidemia del tabaquismo es una de las mayores amenazas para la salud pública mundial, a pesar de que hace décadas que se conoce que fumar tabaco causa diversas enfermedades graves y que se dispone de amplios estudios epidemiológicos, con un seguimiento más prolongado y un mejor control de los factores de confusión.
A pesar de esto, sigue aumentando la cantidad de tipos o subtipos de cáncer causados por productos derivados del tabaco. Según datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Informe Mundial del Cáncer,1 el tabaco se considera responsable de provocar el 33% de los tumores detectados, y es la causa principal de muerte en el 22% de los pacientes con cáncer. Se prevé que los productos de tabaco causen mil millones de muertes en todo el mundo durante este siglo, principalmente en países con ingresos bajos y medios.
El último informe presentado en 2021 por la OMS sobre las tendencias mundiales acerca del consumo de tabaco2 indica que el 22,3% de la población mundial consume tabaco, con una diferencia significativa entre el porcentaje de hombres (36,7%) y de mujeres (7,8%). Más del 80% de los 1.300 millones de personas que consumen tabaco en el mundo viven en países con ingresos medios o bajos, donde la carga de morbimortalidad asociada a este producto es más alta.
Las tendencias en el consumo desde el año 2000 muestran que la aplicación de políticas eficaces e integrales de control del tabaco impulsada por el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco y el plan de medidas ‘Mpower’ ha permitido salvar millones de vidas, lo que constituye un gran logro en la lucha contra la epidemia del tabaquismo y se insta a los países a seguir trabajando para conseguir reducir aún más fumar tabaco. Si nos centramos en Europa, destaca el hecho de que las mujeres europeas son las que más lentamente reducen fumar tabaco en el mundo, presentando el mayor porcentaje de mujeres fumadoras (18%).
Un total de 60 países se propusieron reducir fumar tabaco en un 30% entre 2010 y 2025, según el informe de la OMS de 2019 sobre la ayuda al abandono del uso de tabaco.3 A pesar de todo esto, según la encuesta bianual sobre alcohol y otras drogas en España ‘Edades’,4 unas 284.000 personas iniciaron a fumar tabaco en España durante los 12 meses previos a la encuesta, con una proporción similar entre hombres y mujeres.
Este informe indica que el tabaco es la sustancia psicoactiva más consumida entre la población de 15 a 64 años después del alcohol, con una prevalencia actual de consumo alguna vez en la vida del 69,6%. Además, el consumo diario de tabaco es más frecuente entre los hombres, con independencia de la edad. La mayoría de los fumadores consumen cigarrillos de cajetilla (72,3%) frente al 18,9% que afirma consumir tabaco de liar y el 8,8% restante que fuma ambos. Analizando los datos por sexo y edad, las mujeres fuman cigarrillos de cajetilla en mayor medida que los hombres, mientras que los más jóvenes consumen mayor cantidad de tabaco de liar.4
La Figura 1 muestra la tendencia en el hábito de fumar desde 1997 a 2022. A lo largo de toda la serie se ha producido un descenso en la prevalencia de los que han fumado en los últimos 12 meses, últimos 30 días y fuman a diario. Si se comparan los porcentajes de fumadores publicados en 2022 con los de 2020, se observa que se mantienen en niveles similares, descendiendo ligeramente los porcentajes de los que fuman alguna vez y han fumado en los últimos 12 meses y aumentando ligeramente los porcentajes de los que han fumado en los últimos 30 días y a diario.
La Encuesta Europea de Salud en España (EESE),5 realizada por el Instituto Nacional de Estadística y coordinada por Eurostat, recoge información sobre los hábitos de salud de la población residente en España de 15 años en adelante. Analiza las tendencias del comportamiento de la población española con respecto a distintos aspectos relacionados con la salud, entre los que se encuentra fumar tabaco. En este caso, se facilitan las respuestas por edad, sexo y comunidades autónomas, lo que permite tener una visión detallada de la situación. Según esta encuesta, en líneas generales, el porcentaje de fumadores diarios en España ha ido descendiendo, pasando del 26,2% de 2009 al 19,8% en 2020. La Figura 2 muestra la prevalencia por comunidades autónomas entre 2009 y 2020.
En Extremadura se ha producido el menor descenso a nivel de comunidades autónomas en el período 2009-2020 (solo un 1%), disminuyendo en el resto de las comunidades entre un 3% (Región de Murcia) y un 11,1% (País Vasco). Además, Extremadura y la Región de Murcia son las únicas comunidades autónomas que han incrementado sus fumadores diarios (en 1,4% y 0,4% respectivamente) en el periodo de 2017 a 2020.5
La introducción de sistemas electrónicos de suministro de nicotina, productos de tabaco calentado y otros productos emergentes de nicotina y tabaco desafía los enfoques regulatorios para el control del tabaco, situando esta cuestión en el centro del debate mundial.2 Algunos países, como Reino Unido, fomentan el hábito de consumir cigarrillos electrónicos como herramienta para reducir el daño causado por el tabaco de combustión. Otro claro ejemplo es Suecia, que debido al consumo de alternativas sin humo se acerca al objetivo de rebajar por debajo del 5% el consumo de cigarrillos. Sin embargo, en otros países, como Australia, se han implantado duras legislaciones en contra de su uso, prohibiendo su compra e importación, salvo por prescripción médica.6
En este tema han surgido dos enfoques distintos. Por un lado, algunos ven este tipo de productos como una alternativa para aquellos fumadores que no consiguen dejar de fumar, ya que permiten inhalar nicotina sin alcanzar la combustión, provocando una exposición menor a ciertas sustancias nocivas.7 Sin embargo, otros los rechazan por la falta de evidencia científica a largo plazo sobre la reducción de los posibles riesgos8 y por la posibilidad de atraer a nuevos fumadores (especialmente jóvenes) debido a su aspecto novedoso y atractivo.9 La corta trayectoria en el mercado hace evidente el desconocimiento de su impacto a largo plazo y, por esto, es objeto de considerable debate.10
La evolución del consumo de cigarrillos electrónicos continúa con una tendencia creciente,4 habiendo pasado del 6,8% en 2015 al 12,1% registrado en 2022 de consumo alguna vez en la vida. En la Figura 3 se observa que, en todos los años, los hombres tienen un porcentaje de uso superior al de las mujeres.
Fumar tabaco puede conducir a la dependencia y a problemas de salud graves, mientras que el abandono de este hábito reduce en gran medida el riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con el tabaquismo. La dependencia del tabaco/ nicotina a menudo requiere de varios intentos para deshabituarse. Según los últimos datos recogidos de la EESE,5 la proporción de exfumadores es similar a la de fumadores. La encuesta ‘Edades’4 destaca que aproximadamente dos de cada tres consumidores de tabaco a diario se han planteado dejar de fumar, siendo ligeramente mayor el porcentaje de mujeres (66,1%) que el de hombres (62,7%). Sin embargo, entre quienes se lo plantean, menos de la mitad lo han intentado realmente (41,9%). En este sentido, el 44,9% de los consumidores de cigarrillos electrónicos lo usan motivados por reducir el consumo del tabaco tradicional, o incluso para intentar dejar de fumar, siendo esta idea más habitual conforme aumenta la edad, como puede apreciarse en la Figura 4. También puede verse un mayor porcentaje en mujeres.
La diversidad de productos emergentes, de nicotina o tabaco, plantea un importante desafío para su seguimiento y vigilancia, ya que se mezclan en la mayoría de los informes. Al no haber estudios específicos para cada tipo de producto, sino que se suelen analizar de forma conjunta, se dificulta el análisis de la información específica de cada uno de ellos.4 Se hace necesaria la realización de estudios que capturen los matices y la evolución tanto de los productos derivados del tabaco más habituales como de los nuevos productos existentes en el mercado. En este contexto, se presenta este estudio que analiza los hábitos de consumo de productos derivados del tabaco en la población de Extremadura de 18 a 65 años.
2 Objetivo general
Se plantea como objetivo principal conocer los hábitos de consumo de tabaco de los fumadores en la Comunidad Autónoma de Extremadura que tienen entre 18 y 65 años, con especial interés en los que no consiguen o no tienen la voluntad de dejar de fumar. También se pretende recabar información sobre el nivel de conocimiento y uso de productos alternativos al tabaco tradicional.
3 Metodología
La metodología utilizada para la recolección de la muestra se basa en el muestreo por cuotas para obtener una muestra representativa de los distintos sectores. Se consideran 10 sectores configurados a partir de franjas de edad y sexo. El tamaño muestral se calcula considerando el caso más desfavorable para una proporción en muestreo aleatorio simple. De esta forma, la precisión obtenida posteriormente será superior a la prefijada por dos razones:
- por la selección de la muestra, ya que, si los individuos de cada uno de los estratos generados por las cuotas son homogéneos, es necesario un número menor de ellos para estimar las proporciones de ese estrato
- porque la muestra se calcula para una proporción 0,5, que es la que tiene una mayor imprecisión. Cuanto mayor sea la distancia de la proporción real a 0,5 mayor será la precisión del estimador
La obtención de muestras con los tamaños exactos en cada uno de los estratos definidos por las cuotas no es viable en la práctica. Por este motivo, para realizar las inferencias correctamente, se utilizan métodos de ponderación de la muestra, que son equivalentes al muestreo estratificado desde un punto de vista matemático. Posteriormente se realiza un análisis de los datos considerando la ponderación desde un punto de vista descriptivo e inferencial, haciendo especial énfasis en las estimaciones que responden a los objetivos, así como en las medidas de error.
3.1 Población objetivo
La población objetivo son los fumadores residentes en la Comunidad Autónoma de Extremadura con edades comprendidas entre los 18 y 65 años. Para obtener el tamaño poblacional se han utilizado como base los datos elaborados por el Instituto de Estadística de Extremadura provenientes de la encuesta EESE,5 que aparecen recogidos en la Tabla 1.
De esta forma, la distribución de fumadores en las 5 franjas de edad por orden ascendente son 10,1%, 20,1%, 24,4%, 25,3%, 20,1%, respectivamente. Así mismo, el porcentaje de hombres fumadores supera al de mujeres fumadoras en más de 23 puntos porcentuales (61,8% frente a 38,2%).
3.2 Cuestionario
Se ha propuesto un cuestionario de elaboración propia, con una extensión breve para evitar el desgaste de los participantes durante el proceso de realización de la encuesta y obtener respuestas fiables. Las preguntas que se han realizado son:
3.3 Selección de la muestra
La selección de la muestra se ha realizado mediante muestreo aleatorio simple hasta cubrir cuotas por sexo y edad. El tamaño muestral se obtiene para el peor de los casos, que es el de máxima incertidumbre y muestreo aleatorio simple sin reemplazamiento (p=q=0,5). Para su determinación se considera un nivel de confianza del 99% y un error máximo del 5%. Con estas especificaciones se obtiene un tamaño muestral de 623 individuos.
Una vez seleccionado el tamaño total de la muestra, a partir de los datos mostrados en la Tabla 1, se realiza una afijación proporcional por cada estrato que proporciona el muestreo por cuotas, obteniéndose los resultados que se presentan en la Tabla 2.
3.4 Recogida de datos
El proceso de recogida de datos se ha realizado mediante la contratación de un socio especializado en realización de encuestas con más de 20 años de experiencia en el sector. El trabajo de campo se ha llevado a cabo de forma telefónica durante el mes de junio de 2022.
En el proceso de recogida de datos se ha utilizado un Sistema de Gestión de Calidad con el Certificado UNE-EN ISO 9001:2000, que rige todos los procesos que intervienen en el desarrollo del servicio. Además de los controles internos, los miembros de este equipo han realizado controles en tiempo real durante el proceso de encuestación.
3.5 elevación de resultados
Las estimaciones producidas se pueden ver afectadas por sesgos debidos principalmente a la falta de respuesta o a la tendencia a sobrerrepresentar/infrarrepresentar a determinados colectivos, debido al desfase temporal entre el momento de la realización de la encuesta y el recogido en el marco de referencia. Con el objeto de minimizar estos sesgos, se plantea la utilización de fuentes externas sobre los tamaños de los estratos, se corrigen los estimadores de los parámetros de interés y de sus medidas de error. Esto se realiza a través de los factores de ponderación. Además, dado el reducido número de preguntas y la calidad del proceso de encuestación, el porcentaje de ‘no respuesta’ ha sido mínimo y no ha sido necesaria la imputación de datos.
Cuando se realiza una encuesta es difícil, como ocurre en nuestro caso, que el tamaño de la muestra obtenida sea exactamente igual al valor teórico de la afijación proporcional al peso del estrato. Por lo tanto, si se consideran los datos en global sin utilizar una ponderación, se estarían sobrevalorando las respuestas de algunos estratos, e infravalorando las de otros. Para obtener la ponderación se dividen los tamaños muestrales teóricos entre los tamaños muestrales reales para cada combinación de sexo y rango de edad. Así, en aquellos casos en los que el tamaño de la muestra real de un estrato sea inferior al de la teórica, el factor de ponderación de sus datos será superior a uno. La Tabla 3 proporciona los valores de los tamaños de muestra por estratos.
3.6 Análisis estadístico
El análisis estadístico de la información se inicia con técnicas de estadística descriptiva que proporcionan una visión general sobre el comportamiento de la muestra seleccionada. Mediante la utilización de tablas y gráficos se muestran los valores principales, así como las relaciones más importantes. Los datos se presentan en valores globales y también segmentados por edad y sexo.
También se aplican técnicas de inferencia en poblaciones finitas para la obtención de las estimaciones de los parámetros poblaciones (proporciones y medias). Asociado al proceso inferencial se encuentra el error de muestreo, que es el que se comete al extraer conclusiones a partir de un subconjunto de la población. Afecta a la precisión de los estimadores y tiene carácter aleatorio. Se calculan los intervalos de confianza al 95% (IC 95%) de los parámetros estimados. Los porcentajes muestrales de combinaciones de categorías que sean muy bajos deben interpretarse con precaución.
Para estudiar las diferencias y relaciones entre variables estadísticamente significativas y relaciones entre variables se han aplicado contrastes de hipótesis en función de las variables y las condiciones de aplicabilidad como la prueba chi-cuadrado, la prueba exacta de Fisher, la prueba ‘t’ de Student para muestras independientes y la prueba de Kruskal-Wallis. Se ha considerado que un resultado es significativo cuando el p-valor ha sido inferior a 0,05 (nivel de significación del 5%). Se ha utilizado el paquete estadístico IBM SPSS versión 26 para la gestión de datos, ponderación y obtención de resultados.
4 Resultados y discusión
4.1 Información general
En este apartado se presenta información sobre la distribución de la edad, la provincia y el nivel de estudios.
Edad
La edad de la muestra varía entre 18 y 65 años, con una media de 42 años (mediana de 43) y una desviación típica de 12,2 años. La Figura 5 presenta la distribución de frecuencias de la edad.
La Tabla 4 muestra medidas desagregadas por sexo. La edad media de los hombres fumadores es ligeramente superior a la de las mujeres (p-valor = 0,017).
Provincia
De los fumadores extremeños de la muestra, más del 60% son de la provincia de Badajoz (Figura 6). Este desequilibrio está relacionado con una mayor población general en esta provincia. De hecho, se obtienen proporciones muy parecidas a las de la población general de Extremadura, que son del 63,3% para Badajoz y del 36,7% para Cáceres.
Al relacionar la variable provincia con el sexo, se observa que no hay diferencias estadísticamente significativas entre las proporciones de mujeres y hombres, tanto en la provincia de Cáceres como en la de Badajoz (p-valor = 0,609). La Tabla 5 muestra los porcentajes desglosados.
Nivel de estudios
Los fumadores tienen mayoritariamente un nivel de estudios básicos (42,2%), seguido de estudios de formación profesional (21,3%). Únicamente el 3,7% no tiene estudios (Figura 7).
La Tabla 6 representa la distribución de los fumadores por sexo y nivel de estudios. No existe asociación estadística entre el sexo y el nivel de estudios (p-valor=0,095).
4.2 Hábitos de consumo de tabaco
En este apartado se abordan cuestiones relacionadas con el hábito de consumo de tabaco. Esto es, productos usados, frecuencia de uso y situación personal en relación con el abandono de fumar tabaco.
Productos de tabaco y relacionados que consume prioritariamente
En la Tabla 7 se puede observar que el consumo de cigarrillos es mayoritario con un 68%, seguido de consumo de tabaco en picadura para liar con un 27%. Obsérvese que el porcentaje de consumidores es muy bajo en todas las opciones diferentes a cigarrillos o tabaco de liar. Concretamente, alternativas como Vapeo/cigarrillos electrónicos o tabaco para calentar no llegan al 1%.
Desglosando por sexos (Tabla 8) se puede observar que esta tendencia se mantiene. Además, existe una asociación estadísticamente significativa entre el sexo y el consumo prioritario de productos de tabaco (p-valor=0,03). Se puede observar que todos los consumidores de puritos son hombres y que el porcentaje de consumidores es muy bajo en todas las opciones diferentes a cigarrillos o tabaco de liar.
En la Tabla 9 se puede observar que un alto porcentaje de consumidores de cigarrillos, tabaco para liar y puritos tienen únicamente estudios básicos (>40%), mientras que la mayoría de los usuarios de vapeadores/cigarrillos electrónicos (57,4%) tienen estudios universitarios. Por otra parte, los usuarios de tabaco para calentar tienen mayoritariamente bachillerato (43,6%) o estudios universitarios (37,4%).
Frecuencia de consumo diario de estos productos
En la Tabla 10 se presentan los porcentajes de fumadores por frecuencia de consumo diario. Se observa que la frecuencia de consumo mayoritaria se sitúa entre 11 y 20 veces al día, destacándose que un 13,5% de los fumadores consumen más de 20 veces al día.
Cuando se desglosa la frecuencia diaria de consumo por sexo, se encuentran diferencias estadísticamente significativas entre hombres y mujeres (p-valor=0,002). Los hombres tienen mayor frecuencia de consumo (Tabla 11).
Por último, la Tabla 12 muestra los porcentajes observados al relacionar los productos de consumo prioritario y con su frecuencia de uso. Existe una asociación estadística entre los productos de consumo prioritario y la frecuencia de consumo diario (p-valor=0,011).
Ha intentado dejar de fumar en alguna ocasión
Esta pregunta es de respuesta múltiple, ya que cada individuo ha podido intentar dejar de fumar de más de una forma. La Figura 8 muestra los porcentajes sobre las respuestas de una categoría o de combinaciones de más de una sobre el total de individuos. Se destaca que más de uno de cada tres fumadores no han intentado dejar de fumar por ningún medio y más de la mitad ha intentado dejar de fumar sin ayuda. En total, el 64,9% ha intentado dejar de fumar sin éxito.
Si se presenta la información para cada categoría, en la Tabla 13 pueden observarse los porcentajes para cada opción de dejar de fumar. Cada fila se corresponde con una respuesta de Sí/No para la pregunta de si ha intentado dejar de fumar con ese método. Más de la mitad de los fumadores (55,7%) ha intentado dejar de fumar sin ayuda, seguidos por un 8,5% que lo ha intentado con medicamentos y, finalmente, un 4,4% lo ha hecho con ayuda psicológica.
En cuanto a la relación con el sexo, no se han encontrado diferencias estadísticamente significativas entre hombres y mujeres en cuanto a la forma en la que han intentado dejar de fumar (p-valores>0.05).
Por último, tampoco se encuentran diferencias estadísticamente significativas entre las proporciones de fumadores que han intentado dejar de fumar según el tipo de producto que consume prioritariamente (p-valor=0,149). En la Tabla 14 se pueden ver los porcentajes observados para cada producto en relación con el hecho de si ha intentado dejar de fumar o no.
Número de veces que ha intentado dejar de fumar
El número de veces que los fumadores extremeños han intentado dejar de fumar varía entre 1 y 20. El número medio (mediano) de veces que han intentado dejar de fumar es 2,6 (2), con una desviación típica de 2,1. El intervalo de confianza al 95% para la media es 2,4-2,8. La Figura 9 presenta el histograma de la distribución de frecuencias. Existe una clara asimetría positiva y varios valores atípicos.
En la Tabla 15 se observa que la media del número de intentos para dejar de fumar es ligeramente superior en hombres que en mujeres. Sin embargo, no existen diferencias estadísticamente significativas (p-valor=0,091).
Tampoco existen diferencias estadísticamente significativas entre el número medio de veces que han intentado dejar de fumar en función del tipo de producto que consumen (p-valor=0,492).
Planteamiento de dejar de fumar en la actualidad
Más de la mitad de los fumadores estarían dispuestos a dejar de fumar en la actualidad (Figura 10); concretamente, el 53,1% con un IC 95% de 49,2%-57,0%.
Si se compara por sexos (Tabla 16), se obtiene que no existen diferencias estadísticamente significativas entre las proporciones de hombres y mujeres que se plantean dejar de fumar en el momento de ser encuestados (p-valor= 0,649).
4.3 conocimiento y uso de ‘Productos de potencial riesgo reducido’
Este apartado aborda cuestiones relacionadas con el conocimiento y uso de ‘Productos de potencial riesgo reducido’, así como el planteamiento de cambiar el hábito de consumo pasando a usar estos productos.
Conocimiento de alternativas al cigarrillo convencional
Esta pregunta es de respuesta múltiple y, por tanto, los encuestados pueden responder más de una alternativa al cigarrillo convencional. La Figura 11 muestra los porcentajes de las respuestas de una categoría o de combinaciones de más de una sobre el total de individuos. Obsérvese que solo un 12,4% de los fumadores extremeños no conoce ninguna alternativa al cigarrillo convencional y, por tanto, el 87,6% conoce al menos una alternativa.
Si se presenta la información para cada categoría, en la Tabla 17 se observan los porcentajes de fumadores con conocimiento acerca de cada alternativa al cigarrillo convencional. Cada fila se corresponde con una respuesta de Sí/No. De esta forma, el producto de potencial riesgo reducido más conocido es el cigarrillo electrónico, que lo conocen el 63,4%, seguido de otros vaporizadores de nicotina con un 47,6% y, por último, el producto menos conocido es el tabaco para calentar (40,6%). En la Tabla 17 se presentan estos porcentajes junto con sus intervalos de confianza al 95%.
Utilización de productos alternativos al cigarrillo convencional
Esta pregunta también es de respuesta múltiple; por tanto, los encuestados han podido responder más de una alternativa al cigarrillo convencional. Esta pregunta solo se ha realizado a los fumadores que en la pregunta anterior (pregunta 8) respondieron que tenían conocimientos sobre productos alternativos. La Figura 12 muestra los porcentajes sobre las respuestas de una categoría o de combinaciones de más de una sobre el total de individuos. De los fumadores que conocen estos productos, los usan el 14,8%.
Si se presenta la información para cada categoría, en la Tabla 18 se observan los porcentajes de utilización de alternativas al cigarrillo convencional. Cada fila se corresponde con una respuesta de Sí/No. El producto alternativo más usado es el cigarrillo electrónico (8,5%), seguido de otros vaporizadores de nicotina (6,9%), y, por último, el menos utilizado es el tabaco para calentar (2,7%).
En la Tabla 19 se puede observar que el porcentaje estimado de mujeres que consumen este tipo de productos es ligeramente superior al de los hombres que los usan. Sin embargo, no se aprecian diferencias estadísticamente significativas en ningún caso.
Aunque estos productos son bastante conocidos entre los fumadores, únicamente un pequeño grupo de los que los conocen, además, los usan. El tabaco para calentar es usado por un 5,8% de los que lo conocen, y el cigarrillo electrónico y los vaporizadores por un 7,7% y 8,1%, respectivamente. Se aprecia que más de un 80% de los que conocen estos productos de potencial riesgo reducido no los usan (Tabla 20).
Intención de cambiar completamente el hábito de fumar a ‘Productos de potencial riesgo reducido’
Esta pregunta solo se aplica a quienes han indicado previamente que no utilizan productos de potencial riesgo reducido. Aproximadamente uno de cada seis individuos (IC 95% 13,3%-19,1%) están dispuestos a cambiar completamente el hábito de consumo de tabaco a productos de potencial riesgo reducido (Figura 13).
No hay diferencias estadísticamente significativas por sexo en cuanto a su intención de cambiar completamente el hábito de consumo de tabaco a productos de potencial riesgo reducido (p-valor=0,356).
Por otra parte, de los consumidores de cigarrillos, tabaco/picadura para liar, puritos y otros, el 15,2%, 18,6%, 16,7% y 11,1%, respectivamente, están dispuestos a cambiar de hábito de consumo (Tabla 21). No hay diferencias estadísticamente significativas en cuanto al cambio de hábito entre los distintos productos de tabaco (p-valor=0,755).
4.4 Comparación con resultados procedentes de otras fuentes
Los resultados obtenidos de diversas fuentes en relación con el hábito de consumo de productos derivados del tabaco muestran algunas divergencias importantes. La mayoría de los resultados no son comparables debido, fundamentalmente, a las distintas preguntas planteadas y distintas metodologías utilizadas, incluyendo los tamaños muestrales, las franjas de edad y los productos que se consideran. No obstante, en algunos aspectos se marcan tendencias coincidentes. En este apartado se realiza una revisión comparativa de los principales aspectos de fumar tabaco y algunos de ellos se ponen en relación con los resultados obtenidos en nuestro estudio.
En España, el porcentaje estimado de fumadores diarios según la EESE5 es del 19,2% para personas de 15 años o más, mientras que según ‘Edades’4 es del 33,1% para personas de 15 a 64 años. Además, según la OECD,11 en España el porcentaje de fumadores es del 19,8%, situando a nuestro país en el puesto 13º en proporción de fumadores a nivel mundial. En todos los estudios se observa que el porcentaje de hombres fumadores es superior al de mujeres fumadoras.
La tendencia, según la encuesta EESE,5 marca resultados a la baja, pasando de un 22,1% en 2017 a 19,2% en 2020. En el período 2017-2020, la encuesta de la OECD11 mostró un descenso del 22,1% al 19,8%, mientras que en el estudio de ‘Edades’4 se muestra un ligero incremento, pasando del 32,3% que se observaba en 2020 al 33,1% de 2022.
Respecto a Extremadura, el estudio ‘Edades’4 presenta una prevalencia de fumadores diarios del 43,3% (de 15 a 64 años), más de 10 puntos por encima de la prevalencia nacional (33,1%), situándola en el primer lugar en porcentaje de fumadores, seguida muy de cerca por la Comunidad Valenciana (42,3%). Por otra parte, según la encuesta EESE,5 el porcentaje de fumadores en Extremadura es de un 25,3% (de 15 años o más), e igualmente sitúa a Extremadura como la comunidad autónoma que mayor prevalencia presenta en fumadores de todas las edades seguida, en este caso, por Murcia (23,7%). Resulta llamativo que en Extremadura haya aumentado el porcentaje de fumadores en la encuesta EESE de 2020, respecto a la encuesta de 2017. Precisamente el año en que se realizó la última encuesta (2020) hubo un confinamiento en España que produjo, en general, una reducción del consumo de productos relacionados con adicciones,12 y en concreto del tabaco debido a su relación con sintomatologías graves del COVID19.13 Según el estudio ‘Tabaco, otras formas de consumo y confinamiento’14 el número de fumadores diarios nacional se redujo en un 2%. Este estudio también destaca que el 15,7% de los fumadores diarios en 2020 redujo la frecuencia de consumo mientras que el 10,8% la aumentó. Con respecto al sexo, la prevalencia de fumadores extremeños hombres es del 51,5% y en fumadoras extremeñas mujeres llega al 34,8%, según ‘Edades’.4
Según la encuesta EESE5 el 41% de los fumadores españoles viven en hogares con rentas por debajo de 1.550 €/mes y el 55% tienen estudios de la ESO como máximo. Además, la edad media de inicio al consumo es de 16,6 años a nivel nacional, mientras que en Extremadura se sitúa ligeramente por debajo, en 16,4 años.5 Castilla y León, Comunidad Valenciana y Navarra son las comunidades más precoces con una edad media de inicio de 16,1 años y Ceuta la más tardía llegando a 17,1 años de media.
Con respecto al tipo de producto derivado del tabaco, el más usado sigue siendo el cigarrillo, seguido por el tabaco de liar. En nuestro estudio, los cigarrillos suponen un 68% y el tabaco de liar un 27%. En comparación, los resultados que ofrece el Observatorio Nacional de Drogas y Adicciones15 muestran un porcentaje ligeramente superior en cigarrillos (73,3%). Respecto al sexo, los resultados de ‘Edades’4 coinciden con los de nuestro estudio, siendo las mujeres las que fuman cigarrillos en mayor medida que los hombres. Los más jóvenes consumen mayor cantidad de tabaco de liar.5
Otros productos como los vapeadores o los productos de tabaco calentado son minoritarios. En nuestro estudio no llegan ninguno de los dos al 1% sobre el total de los fumadores, pero de los que lo conocen, el 5,8% lo usan. En el Observatorio Nacional de Drogas y Adicciones17 se muestra además que lo han probado alguna vez el 10,5%, siendo la mayoría usuarios de productos con nicotina (73,2%). Según ‘Edades’4 el consumo de este tipo de productos en alguna ocasión está en pleno crecimiento, pasando de un 6,8% en 2015 a un 12,1% en 2022, y siendo la prevalencia por sexos superior en hombres al igual que ocurre con el tabaco convencional, llegando en este caso al 13,6% frente a un 10,7% de mujeres en 2022. También se indica que usan los cigarrillos electrónicos como sustitutivo del tabaco casi la mitad de sus usuarios (44,9%). En nuestra encuesta, el 16,1% de los fumadores extremeños estaría dispuesto a cambiar completamente el hábito de consumo de tabaco por el consumo de productos de potencial riesgo reducido.
Los productos de potencial riesgo reducido son bastante conocidos, a pesar de tener un porcentaje de usuarios bajo respecto al total de fumadores. El 87,6% de los fumadores de nuestro estudio conocen algún producto alternativo al tabaco convencional. Una parte de la difusión de estos productos se ha debido a estudios que apuntan a posibles beneficios en los productos que no se basan en combustión frente al consumo de tabaco por combustión.16 17 En este sentido, la percepción de riesgo, según ‘Edades’,4 es superior en el tabaco convencional (90,7% de hombres y 93,6% de mujeres creen que pueden producir bastantes o muchos problemas) frente a los cigarrillos electrónicos (70,1% en hombres y 75,6% en mujeres). Todo esto parece indicar que la prevalencia de productos de potencial riesgo reducido continuará aumentando en los próximos años.
En la población general se puede encontrar un 22% de exfumadores, que se considerarían casos de éxito de abandono del hábito, y un 55,9% que nunca han fumado.5 El resto son fumadores que no han conseguido dejar de fumar, que no han querido dejarlo o que no lo han intentado. Si nos centramos en los fumadores, según la encuesta ‘Edades’,4 a nivel nacional el 64,2% se han planteado dejar de fumar (62,7% de los hombres y 66,1% de las mujeres), pero sólo un 41,9% lo han intentado realmente. En Extremadura, según nuestro estudio, se lo ha planteado un 53,1% de los fumadores (52,4% de los hombres y 54,2% de las mujeres). Esto nos indica que, a pesar de ser una de las comunidades con mayor porcentaje de fumadores, el porcentaje que se plantea dejar de fumar es menor que en fumadores del conjunto nacional.
5 Conclusiones y líneas futuras
El hábito de consumo de productos derivados del tabaco es un tema de gran interés para la salud pública. La encuesta ‘Edades’ del Instituto Nacional de Estadística es el estudio principal a nivel nacional y tiene carácter bianual. Presenta resultados generales muy interesantes, pero los nuevos hábitos de consumo no se abordan suficientemente. El estudio que aquí se presenta complementa tanto a ‘Edades’ como a otros estudios que se han discutido en este informe, aportando información relevante que permite conocer con mayor detalle algunos aspectos fundamentales sobre los fumadores en la Comunidad de Extremadura. Además, este estudio constituye la mayor fuente de información sobre fumadores en Extremadura en 2022, incluyendo preguntas más detalladas sobre los productos de potencial riesgo reducido que las obtenidas en otras encuestas nacionales.
A continuación, se presentan las principales conclusiones obtenidas:
- El cigarrillo sigue siendo el producto consumido mayoritariamente en Extremadura (68%) y el tabaco de liar se posiciona en segundo lugar (27%)
- Los usuarios de vapeadores o cigarrillos electrónicos no llegan al 1%. El tabaco para calentar, a pesar de ser un producto comercializado más recientemente, se encuentra en niveles de consumo similares a los vapeadores/cigarrillos electrónicos
- Más del 40% de los consumidores de cigarrillos, tabaco de liar, y puritos tienen estudios básicos. En el otro extremo, los usuarios de vapeadores, cigarrillos electrónicos y tabaco para calentar tienen mayoritariamente estudios secundarios o universitarios
- Dos de cada tres fumadores extremeños han intentado dejar de fumar en alguna ocasión(64,9%), sin conseguir dejar el hábito tabáquico
- Más de la mitad de los fumadores ha intentado dejar de fumar sin ayuda (55,7%) y el 12,9% con ayuda, todos ellos sin éxito
- El número medio de intentos de dejar de fumar sin éxito en Extremadura ha sido de 2,6. Los hombres lo han intentado en mayor medida que las mujeres, 2,8 frente a 2,4 veces respectivamente, aunque no existen diferencias estadísticamente significativas
- El 53,1% de los encuestados se plantea dejar de fumar en la actualidad, con un 54,2% de mujeres y un 52,4% de hombres, no existiendo diferencias estadísticamente significativas entre ambos sexos
- Entre las alternativas al cigarrillo convencional, el cigarrillo electrónico es el más conocido (63,4%), y el tabaco para calentar o los vaporizadores son conocidos por menos de la mitad de los fumadores.
- Aproximadamente el 8% de los que conocen los vaporizadores y los cigarrillos electrónicos los usan y el 6% de los que conocen el tabaco para calentar lo consumen
- Uno de cada seis fumadores (16,1%) está dispuesto a cambiar completamente fumar tabaco por productos de potencial riesgo reducido.
Estos resultados, junto con los de otros estudios discutidos en este informe proporcionan una visión del hábito de consumo de productos derivados del tabaco, que puede ser de utilidad en la toma de decisiones de responsables sanitarios para abordar políticas sanitarias en relación con este consumo.
Extremadura es la comunidad autónoma con mayor porcentaje de fumadores en la actualidad. Esto supone un problema de salud pública que debería abordarse con más recursos. En este contexto, sería de gran interés la creación de un observatorio del consumo de tabaco en Extremadura que permita evaluar los cambios y tendencias que se vayan produciendo a lo largo de los próximos años, ante políticas sanitarias encaminadas a reducir el consumo de los productos más nocivos, proponer tratamientos de ayuda o alternativas, e investigar y generar evidencia científica sobre los efectos de los productos de potencial riesgo reducido.
Referencias