Volvió febrero y con él, tras un 2020 en blanco y un 2021 fuera de fecha, recupera su estado natural el escaparate por excelencia de arte contemporáneo en España, ARCO y sus ferias satélite.
Dejando a un lado las polémicas amarillistas de prensa (cada vez más descafeinadas, todo sea dicho, bien por la enésima referencia a Franco o bien por una nueva vagina desnuda y no sé cuántas van ya desde la pintura de Courbet, como para seguir escandalizándose), este año, la participación extremeña se asienta con un buen número de artistas participantes, así como galerías que mantienen estand junto a nuevas incorporaciones.
Empezando por ARCO, nos encontramos con la ya tradicional asistencia de la galería pacense Ángeles Baños y sus 20 años recién cumplidos, además de la madrileña Formato Cómodo, dirigida por las extremeñas Pilar y Maite Castellanos, quienes repiten de nuevo en Ifema con la obra de otra pacense de nacimiento, Victoria Gil (cuya noticia saltó hace un par de ediciones por su incorporación a la colección del Mncars) junto a la pareja de artistas afincados en la capital Marta y Publio, este último emeritense.
También la cacereña Ana H. del Amo repite con la galería valenciana Set, como suele ser habitual, con una interesante nueva serie de su particular pintura expandida. Por su parte, un joven Abel Jaramillo, de Medina de las Torres, entra a formar parte de la prestigiosa colección DKV a través de su galería mallorquina, Fran Reus.
Y si seguimos por un feriado orden de antigüedad, vuelve la madrileña de nacimiento y hervasense de adopción Virginia Rivas (quien este año hace doblete) con la galería DDR, colaboración que suma ya tres ediciones consecutivas de las 17 de Art Madrid.
Completa la dupla con la galería de nuevo acuño Beatriz Pereira (homónima de su fundadora, nacida en Plasencia y residente en Madrid) bajo la premisa de la perspectiva de género para, junto a las investigaciones pictóricas de la propia Virginia, incorporar la participación textil de Isabel Flores, natural de Hornachos, en la Just Mad Contemporary Art Fair.
Artista, esta última, que también dobla su presencia, en este caso sin salir de la feria, mediante la muestra de resultados de su residencia en Ras de terra, proyecto, para rizar el rizo, levantado no hace mucho en el norte de Cáceres por dos madrileños.
También se presentaba en esta feria la más reciente publicación de la pacense residente en Sevilla Ruth Moran, con la editorial Fuera de Carta.
Sin olvidar la incursión de los asiduos Jorge Gil (otro extremeño de adopción) y la cacereña Beatriz Castela, con magníficas piezas procedentes de sus últimos proyectos y a través de una de esas galerías que han escrito la historia del galerismo en este país, la almagreña Fúcares.
Por otro lado, la autodenominada feria de nuevo arte contemporáneo Urbanity recoge los trampantojos cerámicos del emeritense Rorro Berjano con Urbanity Lab, mientras que la pacense Lola Zoido repite también en esta feria, ahora en un programa de intervenciones en el espacio público en colaboración con Las Rozas Village. Ambos, residentes en Sevilla y Madrid, respectivamente.
Sin olvidar al fotógrafo Fernando Paramio quien, desde Cáceres, se estrena en el mundillo con su galería/estudio ArtSolutely en la feria de formato pop up Hybrid.
Y es que, aunque el resto del año podamos emular a Federico Luppi cuando aseguraba para Aristarain que ¡la patria es un invento!, estas fechas artísticas enaltecen nuestra voluntad de barrer para casa, de hablar de ecosistemas del arte de provincias, aprovechando el tirón de nuestros artistas exhibiéndose en la capital.
Como podemos comprobar por el listado anterior son muchas las fórmulas por las que adjudicarnos la pertenencia de artistas y galerías, ya sea por nacimiento, residencia, nacidos y residentes, residentes y no nacidos o nacidos y no residentes.
Pero la realidad, probablemente, sea otra. La precariedad y ausencia de profesionalización, la lucha de quien se queda, la fuga de talentos, los museos sin recursos o aquellos otros museos con recursos pero impermeables al sector profesional de su entorno, sacan a la luz las carencias ocultas tras el brillo de los focos de esta semana del arte, que quisiéramos que alumbraran el resto del año hacia la realidad de las periferias, cuya calidad de contenidos alimenta aquellos entornos exclusivos y exclusivistas pero que en la mayoría de las ocasiones se queda sin retorno.
Sin embargo, no es poca la resistencia de las periferias, que aparece a todos los niveles y que lejos del ‘glitter’ capitalino, se niega a quedar reducido a esos números sin cara que aseguraba Martín Echenique en la referida película, ‘Martín (Hache)’.