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La ermita de la Excomunión o de la Cruz, de Cáceres

La ermita de la Excomunión o de la Cruz, de Cáceres
Foto: Cedida

Esta ermita se encuentra en el interior del palacio de Abrantes, entre la calle Sancti Spiritu y la Plaza del Duque, regentado por las religiosas de Cristo Rey desde 1986.

A finales del siglo XV se asentó en Cáceres don Juan de Sande y Carvajal, servidor de los Reyes Católicos y de doña Juana ‘La Loca’, que fue el primer Señor de la Enjarada. Casó con doña Leonor de Saavedra. Su hijo don Francisco de Carvajal, arcediano de Plasencia y canónigo de Coria, construyó este palacio.

Heredó la casa su nieta doña Leonor de Saavedra y Carvajal, que casó con don Gonzalo Gómez de Carvajal, a cuyos sucesores llamaron ‘Carvajales de la Casa del Duque’. Mediante este enlace, esta segunda rama de los Carvajales superó a la primera en riquezas y esplendor.

El edificio da la vuelta por la calle de Sancti Spiritu, donde se encuentran los restos arquitectónicos externos de mayor interés: los robustos mensulones labrados de un antiguo matacán y dos escudos cobijados por alfiz y un arco lobulado con los emblemas de las diversas familias que han poseído el edificio, dos acolados bajo un alfiz gótico denticulado. A la derecha, el blasón partido de Álvarez y de Saavedra; y, a la izquierda, cuartelado en cruz de Carvajal, Sande, Trejo y otro sin identificar con dos cerdos atravesados por una espada en dirección de la barra.1

La ermita de la Excomunión o de la Cruz, de Cáceres
Palacio de Abrantes. Foto: Cedida

La fachada principal presenta una artística portada de sillería en arco de medio punto con dovelas; sobre ella hay un escudo cuartelado enmarcado en alfiz de Carvajal, Sande, Saavedra y Álvarez. Una vez que hemos entrado y pasado el zaguán, desde la cancela de entrada se ve un interesante patio, cuyos arcos del primer piso están cegados; pero se conservan los antepechos o pretiles destacando galerías góticas y otros con grutescos y bichas. Es notable la portada de acceso a uno de los salones del palacio, de estilo renacentista, con arquitrabe repleto de angelotes y otras figuras y apoyado doblemente a cada lado por columnillas estriadas y por estípites. Sobre esta portada y por los más diversos lugares de la casa (patio, escaleras…) campean escudos con las armas de los Carvajales, Sande, Saavedra, etc. El último piso aún conserva sus arcos carpaneles. Dentro de la casa hay otro patio más antiguo, del siglo XV, ya que el anterior, lo mismo que la fachada, es del XVI.2

En el interior del palacio se ubica la ermita de la Excomunión o de la Cruz, construida en el siglo XVI por don Francisco de Carvajal, situándose junto a su patio central. La portada es adintelada, presentando sobre la puerta un artístico esgrafiado, en deplorable estado de conservación, con la representación de una especie de templete con la Cruz. La ermita es cuadrada, tiene una sola nave y un altar mayor con cubierta de cúpula sobre pechinas; en el presbiterio aún se conserva el retablo barroco coronado por un cuadro que representa San Jorge, atribuido a Mateo Urones; este pintor avecindado en Cáceres fue el encargado de dorar la caja del órgano de la iglesia de Santa María La Mayor de Cáceres (doró la cortina de madera que envuelve la parte mecánica).

La ermita de la Excomunión o de la Cruz, de Cáceres
Retablo coronado por un cuadro que representa a San Jorge, atribuido al pintor Mateo Urones. Foto: Cedida

En el exterior destaca el escudo que tiene representado una cruz original. El título de la ermita le viene por haber conservado en su interior una reliquia del Lignum Crucis, es decir, una reliquia del madero donde fue crucificado Cristo. Aunque existen diversas teorías acerca de la llegada a Cáceres de esta reliquia, consideramos que fue un regalo del Pontífice Inocencio VII en 1491 a la familia Carvajal.3

El 18 agosto de 1704, según el testamento de don Juan de Carvajal y Sande, se abrió un arcón ante dos testigos y notario, siendo uno de ellos don Bernardino López de Carvajal, apareciendo en su interior, entre otros objetos y reliquias, el Lignum Crucis.4 Por tanto, fue don Juan de Carvajal y Sande el que colocó en 1612 la sagrada reliquia en el interior de una cruz de plata para ser expuesta en dicha ermita ante todos los fieles. Dicha reliquia ha desaparecido; en la actualidad lo único que queda en el interior de la ermita es el retablo.


1 Según Cordero Alvarado, P.: ‘Guía Heráldica de Cáceres’. Cáceres, 1989, p. 17
2 En dichas obras trabajó el maestro cantero Pedro Gómez por encargo de Juan de Sande Carvajal. Archivo Histórico Provincial, Protocolos, ante Diego Pacheco, 30 de noviembre de 1559
3 Hurtado Pérez, P.: ‘Ayuntamiento y familias cacerenses’, op. cit., pp. 250-251. Rubio Rojas, A.: ‘Una ermita cacereña desaparecida, la de San Antón’, op. cit., p. 236
4 Corrales Gaitán, op. cit., p. 44

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