Alexis María Martín-Tamayo Blázquez, conocido en el mundo de los medios como ‘MisterChip’, es un comunicador y comentarista deportivo especializado en el mundo de los datos y la estadística. Alexis nació en Badajoz en 1973 y es licenciado en Ingeniería de Telecomunicaciones.

Accesibilidad promovida por Fundación CB. Locución: Susana Mangut. Sonorización: Daniel López Luna

Con 3,2 millones de seguidores en su cuenta de Twitter es uno de los comunicadores más conocidos en el mundo de las redes sociales, y trabaja para ESPN, Onda Cero y el Diario As. Cuenta con una base de datos de un valor incalculable, con millones de informaciones sobre fútbol, baloncesto, Fórmula 1, ciclismo, o disciplinas olímpicas, entre otras modalidades.

Fiel seguidor del Club Deportivo Badajoz, Alexis no ha dudado nunca en posicionarse como aficionado del club blanquinegro, y sigue desde joven todos los proyectos deportivos de la ciudad extremeña.

Empezamos hablando de tu infancia en Badajoz.
La recuerdo con mucho cariño y nostalgia. Tengo unos recuerdos fantásticos de mi etapa en el colegio y en el instituto. Estudié en el Piloto Guadiana y en los Salesianos, cerca de donde vivía. En general era buen estudiante, se me daban bien los números y jugaba mucho al fútbol y al baloncesto, aunque realmente practiqué muchos deportes. La verdad que casi todos mis amigos actuales son los mismos que los de aquella etapa.

¿En qué momento te empiezas a interesar por el deporte?
La primera vez que vi un partido de fútbol fue poco antes del Mundial de España. Vino a casa un amigo de mis padres, que era muy aficionado al Real Madrid, a ver a su equipo contra el Athletic de Bilbao. Recuerdo que me dijo “ven, que vas a ver futbol conmigo”, y fue el primer partido que vi. En mi casa nunca se había visto fútbol, era la época en la que solo había dos canales y mis padres siempre tenían puesta la cadena que no tuviera deporte.

Semanas después comenzó el Mundial de España y yo me iba a casa de este amigo de mis padres a ver todos los partidos, y empecé a aficionarme a este deporte. Esto era el año 1982. Dos años después, en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles fue la primera vez que consumí el deporte de forma activa, viendo todas y cada una de las competiciones, informándome de todo, etc.

¿Seguías también el deporte local y regional?
Desde que me aficioné al fútbol seguí al Club Deportivo Badajoz. En aquella época estaba en Tercera División y ya iba con vecinos al Vivero. Desde muy pequeño también iba a partidos de baloncesto del BBC cuando era el equipo más representativo de la ciudad; recuerdo también al Cafés Delta, cuando estaba en la actual LEB Oro, yo era abonado y veía todos los partidos, así como la etapa del Círculo Badajoz. Siempre he estado muy vinculado al deporte local.

A pesar de esta pasión por el deporte iniciaste tus estudios universitarios por la rama de Ciencias.
Sí, se me daban muy bien los números y las Matemáticas. Tenía muy buenas notas y me daba pena desperdiciarlas en otra carrera y por eso elegí ‘Teleco’. Tampoco es que tuviera mucha vocación, lo único que sabía es que me gustaban los números, la Ciencia y los retos. Siempre mantuve mi pasión por el deporte y por el fútbol, pero en esa época tuve que abandonarlo un poquito.

Y pronto empezaste a utilizar esos datos deportivos en un proyecto en Badajoz.
Efectivamente. Lo primero que hice fue una página web del Club Deportivo Badajoz en una época en la que era muy poco común el uso de estas tecnologías. Aprendí a programar en HTML, hice algo muy básico para ir probándome en esta materia y aplicaba mis conocimientos a pequeñas ideas de este tipo. Hice una web de la Liga de Campeones con resultados y demás; en paralelo hice la del Club Deportivo Badajoz, que era algo tan poco común que vinieron del programa ‘El día después’ a grabar cómo subía la información y actualizaba el sitio.

A finales de los 90 me sumé al proyecto del Círculo Badajoz, el equipo de baloncesto, que en aquella época jugaba en Segunda División. Conocí a Martín Fariñas y empezamos a trabajar juntos. Él confeccionaba el equipo con un presupuesto muy bajo, los agentes le ofrecían distintos jugadores y yo investigaba en mi base de datos los números de cada jugador. Había que fichar jugadores desconocidos pero que pudieran ofrecer buen rendimiento. Mi base de datos en aquellos años tenía más valor porque esa información no era pública y no se podía acceder a ella de ninguna forma. El míster me decía “compruébame qué tal este jugador”, yo le pasaba los datos y él decidía. Martín tuvo un ojo fantástico, formó un equipo espectacular que se paseó por la categoría siendo un conjunto debutante. Estuvimos cerca de la ACB.

¿Cuál es la magnitud y el valor de tu base de datos?
El valor es más sentimental que otra cosa. Son demasiados años trabajando cada día, por lo que no sabría decirte un precio. ¿Cuánto vale una vida trabajando? Eso nunca lo sabes, es muy difícil ajustar un precio. En cuanto a la dimensión hay de todo. Hay datos de fútbol, de casi cada competición que se juega en el mundo; de baloncesto, de Fórmula 1, de ciclismo, de todos los deportes olímpicos… Si a alguien a quien que le gusten los datos deportivos y las curiosidades le dejase un día delante de mi ordenador sería como si estuviese en un parque temático.

Hablando de datos y estadísticas, ¿cuál dirías que es la probabilidad de ver a un equipo extremeño en la máxima categoría del futbol español en los próximos años?
Eso no se puede calcular [risas]. Yo creo que es algo que ahora mismo está lejos, los equipos que están más arriba están en el tercer nivel, y es muy complicado saber qué puede pasar de aquí a dos o tres años. En estas categorías los equipos y los proyectos son muy cambiantes y el ascenso no es una cosa matemática, depende de muchos factores, como hemos visto este año. Lo único que sabemos es que hasta hoy hemos estado durante cuatro temporadas con representación extremeña en Primera División.

¿Cuáles crees que son los motivos por los que una población de un millón de habitantes no consigue tener un equipo de fútbol en Primera División?
Tenemos otras preferencias más allá del deporte. En Extremadura un apoyo total por parte de las instituciones y de la afición solo ha existido en Cáceres con el baloncesto. Quizás se acercó algo el Mérida con el fútbol, pero con un proyecto muy inestable que acabó desapareciendo por vivir por encima de sus posibilidades, aunque se lograron unos hitos enormes para el deporte extremeño. El Cáceres ha sido siempre más estable, con muchos años en ACB y en la LEB Oro.

Respecto a Badajoz creo que nunca hemos tenido un apoyo de este tipo. Estuvimos cerca con el Círculo Badajoz, cuando metíamos a 6.000 personas en el pabellón, pero la gente se desengancha rápido y si el proyecto pierde un poco de gas acaba desapareciendo. Ha pasado con multitud de clubes en la ciudad, hasta con el propio Club Deportivo Badajoz. Hablando de mi ciudad, que es la que conozco, creo que la afición, con el paso de los años, no es muy fiel y acaba desenganchándose de los proyectos. Seguramente acogen los nuevos proyectos con mucho furor, con mucha ilusión, pero si el proyecto pierde gas la afición también.

¿Cómo un ‘teleco’, apasionado de los datos, llega al mundo de los medios de comunicación?
Mientras estudiaba la carrera seguía recopilando datos, y la formación académica me permitió profesionalizar bastante mi base de datos. Empecé a darme cuenta de que lo que yo tenía ahí guardado suscitaba mucho interés en mis amigos, y cuando veíamos partidos me hacían muchas preguntas sobre probabilidades, curiosidades… Entonces empecé a pensar que mi base de datos tendría cierto interés público.

Cuando acabé la ‘mili’, trabajando en Telefónica, le escribí una carta al periódico As, basándome en un estudio estadístico que hice. El Real Madrid había superado la Fase de Grupos en la Liga de Campeones y, por primera vez, se iba a realizar un sorteo condicionado, en el que no se podían enfrentar determinados equipos entre sí. Calculé las diferentes probabilidades que tenían los rivales de enfrentarse al Real Madrid y les indicaba que había un rival que destacaba frente al resto. Esto les gustó mucho y me llamaron para preguntarme cómo lo había hecho. Gustó tanto que se tiraron un poco a la piscina y al día siguiente salieron con este tema en portada. “Las matemáticas apuntan al Leverkusen” titularon la primera página. Finalmente tocó el equipo alemán, se volvieron locos y me ofrecieron repetirlo más veces; así llegué a los medios.

Actualmente eres uno de los comunicadores con más seguidores en redes sociales. ¿Qué opinión te merece la relación del periodismo con los canales sociales virtuales?
Yo estoy muy contento en las redes sociales. Me sirven de mucho y me permiten no solo difundir mi trabajo, sino también completarlo. Siempre que necesito algo y lo pregunto cientos de personas me ayudan y acabamos verificando las informaciones. Además, cuando estoy trabajando las bases de datos y descubro algún dato curioso es muy interesante poder compartirlo con el mundo en lugar de quedármelo entre mis amigos y yo.

Para mí las redes sociales son un invento fantástico, de las que hay que quedarse con la parte buena, que es la mayoría. Yo creo que hay gente que le da demasiada importancia a la toxicidad que existen en las redes, los insultos, las faltas de respeto, las envidias… Al final es un reflejo de la vida y la educación que uno tiene en su vida la proyecta en las redes. La gran diferencia es que en las redes sociales te puedes enmascarar detrás de un icono y cualquier pseudónimo, y eso despierta voces que seguirían dormidas en la vida real; sin embargo, creo que es un grupo reducido de gente que busca llamar la atención. La mayoría somos personas que buscamos información, aprender y pasar el rato.

Uno de los objetivos de la revista Grada es dar voz a los colectivos ‘invisibles’, como las personas con discapacidad, ¿Qué papel puede tener el deporte para mejorar la sociedad?
Mira, no hemos mencionado durante la entrevista al Mideba Extremadura, que tiene un papel inclusivo muy importante. El deporte siempre es un factor integrador muy importante para colectivos minoritarios y mayoritarios. El deporte siempre sirve para unir, hacer familia e igualar a la gente.