El callejero oliventino cuenta con la palabra ‘diversidad’ entre sus odónimos tras la redenominación del Paseo de General Infante, ahora Plaza de la Diversidad, en un acto apadrinado por la activista trans Carla Antonelli y el presidente de Fundación Triángulo España, Jose María Núñez.
En el acto de inauguración también se dio a conocer la solicitud realizada a la Comisión de Honores y Distinciones del Ayuntamiento de Olivenza para que los pilares de la nueva plaza lleven los nombres de activistas LGTB+, como el caso de Jose Maria Núñez y Carla Antonelli, a quienes se les hizo entrega de una réplica de las placas que en su día se colocarán en esta plaza; réplicas que, en forma de azulejo, entregaron las presidentas de Fundación Triángulo Extremadura, Silvia Tostado; y de Extremadura Entiende, Pilar Milanés.
Durante el acto el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, tuvo un recuerdo muy especial para quienes durante toda su vida tuvieron que “vivir a oscuras”, en referencia a quienes tuvieron que esconderse para poder ser ellos mismos.
También asistieron a la inauguración el alcalde de Olivenza, Manuel González; la diputada de Igualdad y Juventud de la Diputación de Badajoz, Cristina Valadés; y el presidente de la asociación Limbo Cultura, Luis Ignacio González, entidad promotora de esta iniciativa.
La visibilización como muestra de las diversas realidades existentes en la sociedad llevó a Limbo Cultura a iniciar en 2016 una recogida de firmas para solicitar el cambio de nombre del Paseo de General Infante a Plaza de la Diversidad. La solicitud, en la que se implicaron más de 800 personas, iba acompañada de una petición para que el nombre del político liberal Facundo Infante Chávez no desaparezca del callejero.
La elección de este espacio estuvo motivada por distintas cuestiones, entre las que se encuentra el hecho de que el edificio que hoy alberga el Centro de Salud de Olivenza fue en otro tiempo un colegio al que se llegaba cruzando un ‘largo’ situado en la actual Plaza de la Diversidad. Atravesar ese lugar fue para algunos menores un verdadero calvario de insultos y ataques por su condición.
Desde 2017 ese pequeño parque se ha convertido en espacio para celebraciones y actividades relacionadas con el movimiento y el activismo LGTB+. Es además punto de encuentro intergeneracional, gracias a su pista de petanca y sus columpios infantiles, y una interesante muestra de biodiversidad.
