La vida aparece como un lienzo en blanco donde cada uno de nosotros vamos dando pinceladas con más o menos acierto. Al principio los trazos pueden ir acompañados de temor o incertidumbre, pero poco a poco, paso a paso, vamos adquiriendo las técnicas y herramientas adecuadas para perfilar y dar matices a esa obra de arte que es nuestra vida.
En cada boceto apreciaremos muchos y variados colores. Según sea nuestro estado de ánimo encontraremos tonos neutros, fríos o cálidos. En algunos cuadros apreciaremos un gran colorido, con pinceladas de calidad; en otros, sin embargo, existirán zonas donde solo se percibirán ciertos brochazos aislados. Según las circunstancias y cómo las enfoquemos, los trazos serán más débiles, las pinceladas más curvilíneas o más rectas…
Nuestros pensamientos o creencias rigen nuestras conductas. La interpretación que hacemos de cada situación no es 100% objetiva. Impregnarnos de gotas de realidad nos ayudará a desarrollar nuevos puntos de vista y, de este modo, conseguir que nuestro pincel se deslice con mayor facilidad sobre el lienzo.
Aunque existan imperfecciones debemos seguir utilizando otras mezclas y aplicar otros recursos. De las malas pinceladas se aprende, son oportunidades para definir nuevas estrategias o cambiar la perspectiva. El buen pintor no desiste en su actitud de esfuerzo, tiempo y constancia, ahí radica su grandeza.
Esta Navidad toma un pincel en tus manos y comienza a pintar un hermoso cuadro. Ten en cuenta que la calidad de tu trabajo dependerá de tu maestría. A medida que damos más pinceladas vamos descubriendo las líneas que son más adecuadas en cada momento. En este nuevo año que va a dar comienzo elige nuevas formas y herramientas, aplica los colores que te lleven a darle sentido a tu vida.
Recuerda que todos somos artistas y el valor de tu obra lo decides tú. ¡Felices fiestas y próspero y colorido 2023 para todos vosotros!