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Samuel Pimentel. Un extremeño referente de la búsqueda de talento directivo

Samuel Pimentel. Un extremeño referente de la búsqueda de talento directivo
Foto: Beatriz Taracena
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Samuel Pimentel es un profesional de máximo nivel en el mundo de la gestión del talento y la búsqueda de directivos. Executive Chairman de Ackermann y autor del libro ‘El Headhunter’, ha desarrollado una exitosa trayectoria profesional en el ámbito de la selección de directivos, combinando su experiencia internacional con una visión estratégica y cercana del mundo empresarial. Desde los inicios de su carrera ha trabajado en diferentes países y culturas, lo que le ha permitido consolidar una perspectiva global sobre la atracción y gestión del talento.

Natural de Badajoz, su infancia transcurrió entre la calidez de una familia numerosa y las experiencias que le brindó la vida en Extremadura. Desde joven sintió una gran curiosidad por el mundo y por aprender de otras realidades, lo que le llevó a trasladarse a Madrid para completar su formación universitaria y, posteriormente, ampliar sus estudios en prestigiosas instituciones como IESE, Esade y Harvard. A lo largo de su vida profesional, ha sabido combinar el amor por su tierra con una carrera que lo ha llevado a recorrer Europa, América y Asia, siempre con la certeza de que su destino final estaba en España.

Fundador de Ackermann en 2009, ha liderado la compañía hasta convertirla en una firma global con presencia en varios continentes. Su filosofía de trabajo, basada en valores sólidos y en la importancia del factor humano, le ha permitido construir una empresa que no solo busca el mejor talento, sino que también apuesta por generar un impacto positivo en las organizaciones.

 

¿Qué nos puede contar de su familia y cómo se desarrolló su infancia?
Mi infancia fue absolutamente feliz. Tengo una familia grande (ni más ni menos que 26 primos) y todos disfrutamos de una gran sintonía y, sobre todo, de risas, siempre muchas risas.

Mi niñez transcurrió entre el colegio, los amigos, la parcela y la piscina del fin de semana, y los paseos y las carreras en bici por los campos extremeños. Y mi juventud, con mi pandilla, la típica pandilla de los años 80, con la que disfruté y comencé a descubrir un mundo nuevo, sofisticado, europeo, internacional. En esa infancia los idiomas fueron parte fundamental de mi formación y la música de fondo que sonaba era la de Miguel Ríos, Hombres G y Mecano.

Samuel Pimentel. Un extremeño referente de la búsqueda de talento directivo
Con su amigo de la infancia el ex presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago. Foto: Cedida

¿Qué valores de su familia considera que le han influido en su vida?
Diría, sin ninguna duda, que todos. Mi padre era un buen hombre, un gran trabajador, honesto y con grandes y marcados valores cristianos. Me gusta pensar que está mirándome desde el cielo y se siente orgulloso de todo lo que hago. Lo que hacemos en la tierra tiene su reflejo en la eternidad.

¿Por qué decidió marcharse a Madrid a estudiar, qué ilusiones tenía para su futuro?
Escogí una carrera que no existía en Badajoz y me trasladé a Madrid a estudiarla. La gran ciudad me llamaba poderosamente la atención y me atrapó: la cultura, el arte, la gente, la movida madrileña…

Soy un gran amante de Badajoz, donde fui absolutamente feliz en mi infancia, pero Madrid me sedujo y me atrapó en la etapa universitaria. Hoy sigo enganchado o enamorado de ambas ciudades: vivir profesionalmente Madrid y disfrutar el campo de Badajoz los fines de semana es, para mí, la combinación perfecta.

He vivido, además, en varias ciudades europeas, americanas y asiáticas, y creo en el tópico de que como España no hay nada.

Después de la Complutense continuó formándose en escuelas de negocio y universidades de prestigio, como IESE, Esade o Harvard. ¿Ya tenía una idea clara sobre cómo quería desarrollarse profesionalmente?
Siempre recomiendo hacer alguna actualización formativa cada cinco años porque estar al día es fundamental. Mi formación en IESE me marcó muchísimo y quizás sea la que hizo que pensara en el mundo de la empresa, o, más concretamente, de mi empresa. Y es que después de trabajar para británicos, franceses y americanos, decidí que había llegado el momento de trabajar para mí. Y, por su parte, Esade o Harvard son vivencias también que cualquier directivo debería probar una vez en la vida. Fundamentales y muy recomendable todas ellas.

Sinceramente, reconozco que no tenía un plan de cómo me iba a desarrollar profesionalmente; la vida me mostró o me marcó el camino. Considero que en la vida profesional, que es muy cambiante, hay que tener flexibilidad, estar abierto a las oportunidades que se te presentan, dejarse llevar y disfrutar el camino.

Comenzó su andadura profesional en Gran Bretaña y prosiguió en Francia. ¿Su intención era volver a España?
Además de Gran Bretaña y Francia, he tenido la suerte de sumar otras experiencias internacionales, como vivir en Italia, Oriente Medio y Latinoamérica. Me encanta conocer otras culturas, naciones y mundos, pero siempre tengo claro que voy con billete de vuelta. Soy de esos españoles que han crecido profesionalmente fuera de nuestras fronteras, de los que ha llevado la marca España y la forma de hacer negocios española a cualquier rincón del mundo, y disfruto muchísimo haciéndolo, pero siempre tengo el viaje de vuelta preparado. Y es curioso, porque cuando me encuentro a otros compatriotas en la misma situación lejos de nuestro país, todos, de una forma u otra, añoramos volver a casa.

Samuel Pimentel. Un extremeño referente de la búsqueda de talento directivo
Foto: Cedida

¿Cómo surgió Ackermann y cómo definiría sus servicios?
Ackermann la fundamos en 2009 un grupo de profesionales, que tras una amplia experiencia internacional en el sector de Executive Search (selección de directivos) y la consultoría de recursos humanos, decidimos fundar nuestro propio proyecto empresarial. Nos unía una visión: poder atender las necesidades de talento de las empresas combinando el rigor técnico, seña de las grandes multinacionales, con un enfoque personalizado y cercano más propio de una boutique, para generar un impacto positivo y duradero en las organizaciones con las que trabajamos.

Somos una consultora global especializada en talento. Nuestra actividad principal ha sido la selección de directivos, pero con el paso del tiempo hemos ido ampliando y diversificando nuestra oferta de servicios y soluciones. Hoy nos dedicamos a Executive Search, Consultoría de recursos humanos, Selección de profesionales altamente cualificados, Formación y servicios dirigidos a Consejos de Administración. Contamos con una red de casi 40 oficinas y más de 200 consultores.

La expansión de la compañía le ha llevado a trabajar a nivel global, con oficinas en Iberoamérica o Australia, por ejemplo. ¿Cómo se gestionan equipos tan diferentes en cuanto a cultura de trabajo, o incluso algo tan elemental como los horarios laborales?
No es fácil, y requiere esfuerzo. A nivel de horarios laborales mi día comienza a primera hora hablando con Australia, luego sigo con Europa, y las tardes son para América. En cuanto a la comunicación, puedo utilizar con bastante soltura seis idiomas; creo, por tanto, que puedo decir que lo internacional es parte de mi mentalidad, y eso me ayuda mucho. Uno de los grandes retos, complejo pero, a su vez, que más riqueza aporta, son las diferencias culturales y, en mi caso, reconozco que me apasionan.

Hay un aspecto que para mí es el más importante de todos, y es que haya unos valores compartidos. En el caso de Ackermann nos unen unos valores corporativos muy claros y sólidos; ellos son la guía y referente para todos, y eso ayuda a ‘salvar’ las diferencias culturales y geográficas; hace que todos rememos en la misma dirección, por encima de culturas, horarios o kilómetros que nos separen.

Samuel Pimentel. Un extremeño referente de la búsqueda de talento directivo
Con el CEO de Ackermann Latam, Antonio Catena. Foto: Cedida

¿Puede señalar la mayor dificultad para identificar habilidades y atraer talento?
Atraer talento es el secreto de nuestro negocio y tiene mucho que ver con encontrar puntos en común entre empresa y candidato. Siempre digo que no hay candidato perfecto que valga para cualquier empresa de manera universal y atemporal. Cada empresa, cada momento estratégico, cada proyecto tiene su candidato ideal, y es importante identificar muy bien las necesidades de la empresa y los perfiles de los candidatos para conseguir hacer el ‘match’ correcto. Hay que alinear los intereses de ambos para que la relación sea fructífera y duradera.

La competencia por el talento es muy elevada porque hay escasez de talento y la mayor dificultad radica en ser capaces de seducir a los candidatos que necesitas, conseguir que elijan trabajar contigo, y es a esto a lo que nos dedicamos en Ackermann, a identificar el talento que cada empresa necesita, localizarlo y atraerlo.

¿Qué competencias considera más importantes en un directivo?
Las competencias que considero más relevantes actualmente son la capacidad de adaptación, la capacidad de aprendizaje, el trabajo en equipo y el liderazgo.

¿Cuál es el futuro de la gestión del talento, especialmente con los vertiginosos cambios en la tecnología?
Dicen que en pocos años habrá profesiones que podrán tener un jefe que será una máquina. ¡Quién sabe! Lo que sí sabemos es que la inteligencia artificial está irrumpiendo con fuerza y va a traer cambios relevantes a todos los niveles y en todos los sectores; por ejemplo, las posibilidades que ofrece a nivel de automatización de tareas son muy atractivas y nada desdeñables para liberar a los humanos de ellas y permitirnos dedicar nuestro tiempo y capacidades a tareas realmente valiosas y para las que, a día de hoy, somos insustituibles.

Me confieso un apasionado del momento que nos ha tocado vivir y de todo lo que está por venir. Y un optimista también; no concibo un mundo dirigido por la inteligencia artificial, creo que la supervisión humana siempre ha de prevalecer; pero sí un mundo con inteligencia artificial donde seamos capaces de aprovechar todo su potencial y minimizar los riesgos que también presenta.

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Sesión de geopolítica en las oficinas de Ackermann. Foto: Cedida

¿Cómo se puede enfocar la gestión del talento para mejorar la inserción laboral de las personas con discapacidad?
El talento no entiende de discapacidad y, en un mundo que necesita los mejores profesionales, una discapacidad no significa no ser el mejor en algo determinado. Me gusta pensar que todos tenemos uno o muchos dones, y los genios son los que han sabido encontrar para qué son buenos. El compromiso con la integración de personas diversas ha de estar en todos y cada uno de nosotros. Hemos de ser capaces de identificar lo que cada persona puede aportar. Por nuestra parte, colaboramos con diferentes instituciones que trabajan por esa inclusión e intentamos normalizar lo diferente. La diversidad se ha demostrado ya como una palanca fundamental de rentabilidad.

¿Tiene alguna filosofía o un lema personal que siga en su día a día?
Hay una frase que me encanta decir, que se ha hecho lema de Ackermann: “More human, more impact”, más humanos y más impacto; lo dice todo. Por otra parte, tenemos otro lema interno que me gusta repetir mucho a nuestros equipos cada vez que anunciamos algún proyecto, alguna novedad, algún éxito en nuestra compañía: “Esto es solo el principio”.

¿Ha cambiado su visión de la vida a medida que se ha desarrollado su carrera profesional?
Me gusta creer que sigo siendo el mismo chaval de Badajoz, con sueños, con inquietud, con ganas de reír, de hacer muchas cosas y, aunque en otro nivel, que sigo siendo igual.

Me gusta rodearme de personas que no tienen límites, que no ven el final y que disfrutan el camino. Creo que la vida es maravillosa, hay que encontrar el camino personal y profesional, y para mí la clave es hacerla en compañía.

¿Y hay alguna experiencia personal que le haya marcado en su trayectoria profesional?
Muchas, sería imposible quedarme con una. Lo bueno de una vida personal o profesional es vivir mil historias, mil vivencias, mil fracasos, mil problemas, mil tristezas y mil alegrías. ¡La vida hay que vivirla porque merece la pena!

Acabamos de conocer su libro ‘El Headhunter. La sabiduría del emprendedor en busca del talento’. ¿Cuál ha sido su objetivo con esta ‘aventura’ literaria?
El libro es un guiño al emprendimiento. He querido compartir mi propia historia, la historia de la fundación de Ackermann, una empresa que comenzó en una pequeña oficina con seis personas y ha llegado a convertirse en una multinacional con 36 oficinas en el mundo. Cuento cómo lo hice y doy consejos a futuros emprendedores.

Samuel Pimentel. Un extremeño referente de la búsqueda de talento directivo
Foto: Cedida

¿Cuánto de experiencia personal, y concretamente de Badajoz, encontraremos en el libro?
Hay mucho, muchísimo de mi querida tierra extremeña, en la misma cantidad que está presente en mí. De hecho, el libro comienza con “Samuel Pimentel, natural de Badajoz…”.

¿Quién debería leerlo: alguien que busca trabajo, que selecciona equipos, que quiere emprender y formar su propia compañía…?
Creo, con mucha humildad lo digo, que puede ser interesante para aquellos que tengan inquietud por emprender, que quieran conocer cómo se crea una empresa desde cero; personas con ganas de hacer cosas, de salir de su zona de confort. He tratado de ser muy sincero y transparente, y compartir todo, tanto lo bueno como lo no tan bueno, para que resulte de verdad de utilidad.

Mi hermana Ruth es profesora de instituto y es una de las grandes valedoras de mi libro. Hay muchos clientes, amigos, profesionales que se lo están leyendo porque quieren conocer mejor cómo es Ackermann y cómo soy yo, y les agradezco enormemente ese interés.

¿Se imaginaba en ese papel de ‘escritor que habla de su libro’, después de tantos años como ejecutivo de primer nivel, y que incluso lo presentaría en Iberoamérica?
Este capítulo no lo tenía programado. Como decía anteriormente, hay que aprovechar las oportunidades que surgen en la vida y reconozco que esta está siendo para mí una fuente de satisfacciones. Mi trabajo sigue siendo el mismo, sigo al frente de mi compañía, pero tener la oportunidad también de hablar de emprendedores y proyectos empresariales en Latinoamérica es algo que me está encantando. Latinoamérica recuerda siempre a España y mucho a Extremadura: tenemos oficina en Medellín, Colombia; hago muchos viajes por Cuenca, en Ecuador; por Mérida, en México… Es sencillamente una felicidad sentirte en casa a más de 10.000 kilómetros de ella.

Samuel Pimentel. Un extremeño referente de la búsqueda de talento directivo
Con directivos de Ackermann en Perú. Foto: Cedida

¿Cómo suele desconectar del trabajo?
En un capítulo de mi libro desarrollo este tema de la desconexión. Reconozco que es muy difícil en general, y en particular para los consultores, que tendemos a llevarnos el trabajo a casa, pero es fundamental hacerlo. Recomiendo muchas cosas: el deporte, la lectura, los amigos…

Y de una forma jocosa, pero creyéndolo firmemente, siempre digo que la mayor desconexión es tener un hijo. De hecho, el día de la presentación de mi libro, el gerente más joven que tenemos en la compañía me anunció que iba a ser padre y, entre risas, me confesó que había seguido la recomendación de mi libro.

Samuel Pimentel. Un extremeño referente de la búsqueda de talento directivo
Presentación de su libro ‘El Headhunter. La sabiduría del emprendedor en busca del talento’. Foto: Cedida

¿Cómo se ve Extremadura desde la distancia, pensando en su desarrollo económico y las expectativas de futuro?
Estoy muy ligado a Extremadura, sobre todo en su vertiente económica. Creé con un amigo un club de directivos extremeños en Madrid, y creo que están pasando muchas cosas buenas, aunque aún nos queda mucho camino por recorrer. Somos una gran región, con una gran extensión, poco poblada, con grandes reservas de agua y excedente de electricidad. Nos falta creérnoslo para seguir creando empresas, seguir creando riqueza y seguir ‘conquistando’ el mundo con nuestros productos.

Por estas páginas han pasado extremeños muy destacados en el mundo empresarial fuera de nuestra región, como Javier Ildefonso (Kaspersky), Antonio Huertas (Mapfre), José Luis Vallejo (Sngular) o Jaime de Jaraíz (LG); ¿Podríamos identificar alguna cualidad común a estos casos de éxito y al suyo propio?
Concretamente Antonio, José Luis y Jaime son buenos amigos, además de miembros de ese club de directivos que mencionaba. Lo que más me gusta de ellos es que son gente normal con capacidad para hacer cosas extraordinarias; son grandes líderes, humildes, afables, y unos grandes amantes de Extremadura.

¿Qué consejo daría a un joven interesado en el mundo de los recursos humanos y el emprendimiento?
Que crea en su sueño. Emprender es duro, difícil, arduo, pero apasionante, es adrenalina, es retarte… Es importante tener el valor de empezar y, aun más importante, tener el coraje de continuar.

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