Hace unos días, nuestro protagonista de esta tarde recibía un sencillo, emotivo y sorpresivo homenaje en la Biblioteca Pública María Jesús Rodríguez Villa de Montijo, en el que un nutrido número de amigos y familiares (ante los cuales, por cierto, debo excusar mi ausencia) quisieron brindar un más que merecido reconocimiento a este trotamundos de la música que es Juan Luis Núñez Díaz, conocido por todos como ‘Luichi’.
He de reconocer que desde hace varios meses tenía en agenda entrevistarme con este pedazo de músico porque, sin duda, es uno de los imprescindibles en nuestra comarca; y no es menos cierto que este homenaje que le han tributado sus amigos ha sido el puntito que ha hecho que sea precisamente ahora, no podía esperar más.
De este modo, pues, como siempre, llamada, propuesta y automática confirmación de encuentro por el entrevistado en el sitio que ya se está convirtiendo en habitual, por lo cual quiero desde aquí agradecer a nuestros amigos José Antonio y Julia, encargados de la Biblioteca montijana, por abrirnos tan amablemente sus puertas y hacer que nos sintamos como en casa, algo que, visto lo visto en otras latitudes, es muy de agradecer.
Nada, hasta allí nos vamos, consciente de que voy a estar ante un grande; la sombra de su leyenda es muy amplia y, como siempre, me sobrecojo cuando estoy ante alguien que arrastra tanta experiencia y tanto saber. Bueno, pues, aquí estamos, con ‘Luichi’ y su sempiterna y pícara sonrisa. Ahí es nada.
Cuando le interrogo sobre sus inicios más remotos en esto de la música, su respuesta, al mismo tiempo que me sorprende sobremanera, me deja un poco fuera de juego. Me relata el amigo ‘Luichi’ que, como todos los zagales de su época, durante gran parte de su infancia andaban siempre rondando la parroquia, los curas y, ya sabéis, el que no era monaguillo se le estaba esperando, y él no iba a ser menos. Pero no, no era eso lo que a Luichi le atraía de toda la parafernalia eclesial, sino que con lo que realmente alucinaba era cuando otra montijana grande, doña Rafaela Guisado, se ponía delante del órgano parroquial y, en medio del oficio religioso de turno, acompañaba el canto del Pange Lingua, ante cuyas celestiales melodías el niño Luichi quedaba verdaderamente absorto.
Aunque es verdad, y con todos mis respetos a doña Rafaela, que el auténtico empujón musical lo recibió del grupo estrella de la época, que no era otro que los Beatles. Escuchando a la joven banda británica ‘Luichi’ se acercó a la guitarra, a la que desde ese momento va a permanecer por siempre unido. Los sonidos novedosos e impactantes de Lennon y compañía marcaron, sin duda, la carrera musical de muchos de los jóvenes de aquel momento, que a buen seguro soñaron con parecerse a ellos, y nuestro ‘Luichi’ no fue menos, claro.
Posteriormente se acerca al virtuosismo de varios de los más grandes e históricos guitarristas, como B.B. King, Mark Knopfler o Eric Clapton. ¡Cómo no va a aprender con estos maestros!
No puedo olvidar, sin embargo, tal y como él me confiesa, que uno de sus grandes maestros y al que él considera como el músico de referencia en sus inicios y del cual aprendió gran parte de lo que sabe fue el montijano Joaquín Jiménez Torrado, ‘Kini’.
Autodidacta en un principio, posteriormente recibió formación en las diferentes escuelas de música de Montijo, ingresando finalmente en el Conservatorio Profesional de Música de Montijo y formándose en piano, conjunto coral y armonía, aunque el instrumento que más ocupación y ‘trabajo’ le ha dado ha sido la guitarra y, quizás, el instrumento con el que más se le relaciona en el mundo de la música.
Compositor y miembro de la Sociedad General de Autores (SGAE), tiene más de cien composiciones propias y poemas musicalizados (Miguel Hernández, García Lorca, Gabriel Celaya… Teodoro Gracia, Vanessa Cordero, Juan Pablo Sánchez Miranda, Rafael María, Luisa Pimentel) y ha formado parte de numerosas formaciones musicales, entre las cuales recuerda ‘Los Rapaces’, ‘Los Rebeldes’, ‘Verbum’, ‘Vientos del Pueblo’, ‘Acuario’, ‘Tentación’, ‘Grupo Pueblo’, ‘Elektra’, ‘Bahía Blanca’, ‘Alodia y los Acústicos’, ‘Los Sirocos’, ‘Curiosa Gente’, ‘Play Boys’, ‘Monty Jazz Ensemble’ o ‘Los del Cerro’, grupos con los que recorrió una buena parte de la geografía extremeña y nacional. Actualmente, forma parte de la de la ‘Toma Jazz Big Band’ de Montijo, en la que toca la guitarra junto a un buen elenco de grandes músicos, montijanos la mayor parte de ellos.
Con estas formaciones, diversas y diferentes todas ellas, ha tenido ocasión de cruzarse en camerinos o compartir escenarios con figuras consagradas en el mundo de la canción; así, ‘Luichi’ me cuenta que ha tocado junto a Lola Flores, Karina, ‘Los del Río’, ‘Módulos’ con Mike Kennedy de ‘Los Bravos’, ‘Mocedades’, Lole y Manuel o ‘Cantores de Híspalis’; y también con el ‘Grupo Pueblo’ pudo compartir escenarios con los cantautores extremeños Pablo Guerrero y Luis Pastor; también con Juan Ángel, con quien, junto al montijano Fermín García, llega a grabar un trabajo en los estudios Fonoruz, de Córdoba; o con Miguel Ángel Gómez, con quien graba otro trabajo, este en los históricos estudios de Jazzmin, en Mérida.
Como buen rockero, que de todo ha hecho nuestro amigo, no puede olvidar aquella memorable Noche Roja, en la Plaza de Toros Mérida, en la que por aquel entonces formaba parte del grupo ‘Tentación’, y durante la cual pudo compartir escenarios con el Mariscal Romero, ‘Ñu’, ‘Asfalto’ y ‘Tequila’; una noche que, como no puede ser de otra forma, ‘Luichi’ aún guarda en sus retinas con gran emoción.
Y por concluir esta interminable lisa de colaboraciones, formaciones y ‘bolos’ compartidos, añadir que con algunas de las formaciones que ha integrado a lo largo de su larga y prolífica vida musical ha actuado como teloneros de las recordadas bandas de rock andaluz ‘Triana’, ‘Alameda’ y ‘Medina Azahara’, además de otros artistas y grupos como ‘Bloque’, ‘Burning’ o ‘Mocedades’. Ya os lo dicho, una auténtica leyenda.
Y, si nos ceñimos a nuestra comarca, las colaboraciones y actuaciones con artistas montijanos, poblanchinos y del resto de la comarca son así mismo numerosísimas. Rastreando en los noticiarios de la red podréis encontrar actuaciones en las que ha compartido (y sigue compartiendo) cartel con Manuela Roque, Fely Acevedo, Fermín García, Dámaso Estévez, Sergio Chávez, Cristian Ivars, Pedro Monty, con la Coral de Montijo, la Agrupación Folklórica AGLA o la Banda de Música de Puebla de la Calzada.
Pero, detrás de todo este historial e impecable curriculum musical, hay sobre todo un hombre que ama la música, que se ha hecho con ella y que, como puedes suponer, no entiende su vida al margen de ella. No es un simple guitarrista al uso; él vive cada actuación, cada bolo, cada canción y cada nota con una intensidad máxima. “El músico tiene que sentir lo que hace porque si no, no transmite”, me insiste. “Cuando uno se sube al escenario, lo ha de hacer con profundo respeto al instrumento, a la música y al público”, sentir lo que se hace, la música es puro sentimiento y así ha de interpretarse.
Pero ‘Luichi’ no para, sigue teniendo proyectos y múltiples colaboraciones en mente. Este homenaje que recientemente ha recibido desde los círculos culturales de la comarca, más allá de arrinconarlo, lo han espoleado a seguir trabajando y aprendiendo. Y, por si todo lo que os he contado os parece poco, ya os digo que a fecha de hoy continúa matriculado en el Conservatorio Profesional de Montijo aprendiendo a tocar, no os lo perdáis, ¡La flauta travesera! Este ‘Luichi’ no tiene límites.
Amigo Luis, ‘Luichi’ para los amigos, entre los cuales ya me cuento, ¿Qué decirte? Ha sido un verdadero placer poder mantener contigo esta extensa e intensa charla. Sé que se quedan en el tintero muchas cosas sobre tu persona y tu trayectoria como músico, un gran músico diría yo. Pero, esta no quita otra, y ya sabes que de aquí a nada estoy emplazándote nuevamente a que me sigas contando historias, vivencias y todas esos grandiosos momentos que a lo largo de tu vida la música te está regalando.
Encantado de que me hayas dedicado tu tiempo, de haber podido disfrutar de tu agradable conversación (¡Y sin hablar de política, jaja!) y, lo dicho, nos vemos en un plis plas.
Un abrazo fuerte, amigo.