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La escritora ciega de raíces extremeñas Vicky Hernán ha presentado su saga literaria ‘Violeta’ en el marco de la trigésimo novena edición de la Feria del libro de Badajoz. La presentación de los dos primeros libros de esta trilogía corrió a cargo de Susana Mangut, periodista y ávida lectora, que agradeció el interés del ayuntamiento de Badajoz por colaborar con esta presentación, al tiempo que expresó la ilusión de la autora por hacer esta primera presentación en Extremadura, tierra de origen de sus padres.

En estas novelas, explicó Mangut, se refleja la vida diversa de gente diversa que habla de temas diversos, sin que la discapacidad suponga problema alguno para tener una vida rica y plena. Se trata pues de romper tópicos, de acabar con ese pensamiento extendido de que una persona con discapacidad solo puede hablar y escribir de discapacidad. es evidente que no es así, y cualquier persona puede expresar su opinión y contar sus vivencias sobre sexo, amor, amistad, igualdad, etc. Vicky se define como un ejemplo de ello. Además, en estas novelas la discapacidad no es protagonista ni define al protagonista. Solo es una característica más de los personajes.

En sus novelas, Hernán hace protagonistas a todos los personajes, dando cabida a relatos autobiográficos de cada uno de ellos. Demuestra así su versatilidad como creadora, metiéndose en la piel de cada personaje, sintiendo y viviendo como cada uno de ellos. Aunque ella considera que es justo al revés, que cada uno de los personajes se adueñan de ella, la utilizan para contar su historia.

Otro mito de los que se pretende desmontar es el del hombre frio y sin sentimientos. En palabras de Susana Mangut, “aparecen hombres que parecen princesas Disney antiguas”. Se trata de cambiar roles, de dejar atrás el tipo de mujer dependiente en todo del hombre, de equilibrar las relaciones.

Llama la atención la cantidad de descripciones precisas que se dan en los libros, por la memoria visual de la autora, ciega sobrevenida. “Recuerdo colores e imágenes y, si no, me sirvo de internet”.

Pero, como siempre, quisimos ir más allá y saber algo más de nuestra protagonista, una mujer plena y con una contagiosa alegría de vivir. Por eso aprovechamos su visita a Badajoz para conocerla más a fondo.

Psicóloga de profesión, se ha apoyado en su formación para convertir a sus personajes literarios en “personas enteras, de carne y hueso”. Se considera muy feminista y “defensora de causas perdidas”. Madre de una hija, destaca de sí misma que es muy adaptativa, por los muchos cambios que ha vivido.

En conversación con Grada contó que empezó a escribir al cansarse de leer novelas románticas y eróticas que siguen el estereotipo del hombre controlador de todo y la chica torpe e inocente, que ella no considera real. Considera que el modelo de las ‘princesitas’ está mas que desfasado, y ha de ser rebatido en pos de la igualdad. La búsqueda de relaciones diferentes a este estereotipo se refleja en sus dos novelas publicadas, ‘Lo malo soy yo’ y ‘Lo bueno que hay en mí’. Cada personaje tiene una manera de enfocar las relaciones de afecto y amistad, y que no coinciden ni se ajustan a modelos establecidos.

Se confiesa detractora de historias como las que narra ‘Pretty woman’, porque perpetúa el modelo de mujer que se deja salvar por el hombre, cuando la realidad refleja que deben ser las propias mujeres las que se salven, y así quiere hacérselo entender sobre todo a las niñas y jóvenes.

En sus libros la diversidad se refleja con la inclusión de personajes con discapacidad y con diferentes orientaciones sexuales, fruto de sus vivencias personales y de que entiende que sus novelas han de reflejar la realidad diversa en la que vivimos, además de que cree en una sexualidad libre, responsable y basada en el respeto, el afecto y la libertad. Todo lo que se haga bajo estos principios le parece perfecto. Eso sí, no entiende ni cree que sean sanas practicas basadas en la dominación y el dolor de las personas.

‘Vive y deja vivir’ es un principio que Vicky Hernán aplica a rajatabla, sobre todo dada la inveterada costumbre social de intervenir en vidas ajenas, y más aun si se trata de la vida de las personas con discapacidad. “Parece que la gente tiene más derecho a meterse en nuestra vida por tener una discapacidad, y es algo que no consiento. Mi vida es mía, y solo tengo una. No admito que pisen mi libertad o mi derecho a tener pareja y vida propia, como cualquier otra persona”.

En cuanto a las dificultades que se le plantean a la hora de escribir sus libros, confiesa que la mayor de ellas es teclear físicamente, por aquello de que piensa más rápidamente de lo que escribe. Le ocurre que generalmente cuando se sienta delante del ordenador ya tiene la historia construida, aunque luego los personajes vayan evolucionando conforme el relato ideado pasa al texto escrito. Los personajes tienen vida propia, y a veces ocurre que las ideas preconcebidas después no tienen sentido cuando se plasman en texto.

De su tercer libro solo nos puede adelantar que se llama ‘Lo mejor de cada instante’, porque cada persona ha de descubrir lo mejor de cada momento en la vida, algo que según la escritora “ahora hemos de tener más en cuenta que nunca, tras todo lo que hemos vivido recientemente”. Este tercer libro cierra la historia que se desarrolla a lo largo de los dos anteriores.

En un cuarto libro le gustaría poder cerrar algunas pequeñas historias que quedan abiertas en los dos anteriores, respondiendo a dudas de los lectores y dando peso a personajes secundarios del relato. Una especie de secuela de la historia de los tres primeros.

Como conclusión del encuentro con Grada la autora solo pretende que la gente entienda que ella escribe para los demás, para que les llegue y pasen un buen rato. Hacer un paréntesis y que el ‘mundo violeta’ entre en su vida y vivan las emociones “que yo he vivido al crearlos”. Porque, si no, escribir para uno mismo no vale la pena.