La Asociación para el desarrollo de la cultura del vino en Tierra de Barros (Avitibar) ha vuelto a reunirse con motivo del nuevo calendario anual, que se inicia con una cata maridada.
Esta vez el lugar elegido fue los altos del café bar ‘La Parada’ de Ribera del Fresno, local que daría cabida a 35 participantes, socios y no socios, en esta nueva jornada de puertas abiertas, para degustar tres vinos (blanco y tinto en rama, gentileza de la Sociedad Cooperativa de Olivareros y Viticultores de Ribera del Fresno, y un cava rosado semiseco de Romale) y tres tapas (cucharita de tartar de atún, taco de cabrito pibil con cebolla encurtida y mejillones tigre con ali oli de kimchi para el cava).
El acto de apertura lo daría la vicepresidenta, Ana Belén Monzú, disculpando al presidente, Antonio Flores, que no pudo asistir por problemas de salud: “Queremos hacer actividades similares en distintos bares de Ribera para levantar un poco los viernes de la localidad. Sin contar con que seguiremos con visitas, salidas al campo… la siguiente es la celebración de las candelas, de y para los socios. En pro de dinamizar la hostelería local, esta es la primera que dará paso a muchas otras”.
Para el enólogo santeño Sergio Castaño sería José Domingo Báez, miembro de la asociación y socio de la Cooperativa, quien solicitase su colaboración y específicamente probar vinos jóvenes, “lo más naturales posibles, sin haber sufrido muchos procesos postfermentativos”. E iba más allá, “Para que en la actividad pudiésemos aprender algo más de los procesos. No solo catar vinos destinados a la venta”.
De este modo pudo catarse un blanco joven destinado a venta a granel, tal y como se encuentra en el depósito después de haberle hecho un solo trasiego. Se pudieron percibir aromas de fermentación y primarios, a la vez que comprobar que las lías mantienen un gran potencial aromático y que es beneficioso para su correcta conservación en el tiempo.
Le seguiría un tinto granel trasegado y desvastado (filtrado grosero) en el que se pudieron percibir aromas típicos de la variedad mayoritaria, tempranillo. “Y darnos cuenta que aún queda trabajo que hacer con él para suavizarlo en boca. Quitar taninos verdes e introducir otros taninos más maduros, que sean más dulces y menos secantes”, comentaba el de los Santos de Maimona.
El trabajo con los taninos en enología sirve por su acción antioxidante, su capacidad de fijar y estabilizar el color y en crianzas con barricas para aportarle sensaciones sapidas, diferentes que son del agrado de bastantes clientes. La definición de taninos, si estructura molecular y el tipo de enlace que se genera con los antocianos (color del tinto).
De este modo, Sergio Castaño celebraba cómo todas las actividades de divulgación, charlas, catas, sobre todo de público neófito en la materia, son fabulosas para intentar educar en la cultura del vino a esta sociedad que prefiere, estando muchos de ellos ligados directamente con la actividad de elaboración, alternar con otro tipos de bebidas alcohólicas o espirituosas y haciendo que el flujo monetario se desplace a otras zonas y sectores.
“En general, creo que la actividad gustó mucho. Hubo un grupo de gente heterogénea con un gusto común, el vino y el vino une mucho”, sonreía Ana Belén Monzú, al tiempo que ponía fin al acto,
Del cierre se encargaría José Domingo Báez, para agradecer los servicios prestados tanto a Cooperativa, el bar La Parada y La Cocina de Jesús.
Juan Francisco Llano