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Cómo aprieta la vida

Cómo aprieta la vida
XVIII Recital de saetas y poesía religiosa de Badajoz. Foto: Cedida
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Arrisca y medianea marzo pespunteando sus colores, para hacer comparanzas con la primavera que llega, con su atardecida más tierna. Seguimos abrazando preguntas y dibujando lagrimas.

Lástima que en este tiempo de escambrizada y de manifiestos risorios nuestras señorías sigan jugando, sobre todo a “¿Dónde está la bolita, dónde está la bolita?”, auténticos trileros de un nuevo siglo. A todos les da por lo mismo, sean del bando que sean, trincar es lo que importa. Se reúnen para negociar en marisquerías de las caras, la cocaína y la prostitución; “pásame el catalogo” que decían cuando lo de Tito Berni, y lo siguen diciendo. Con estos actos nos desbaratan el carácter y nuestra forma de ser.

Seguiremos navegando por el rio de los días y de las noches, mientras esperamos las elecciones catalanas y veremos al prófugo con su expresión de espanto y de repudio.

En marzu, las marzás: airi friu y granizás

Los recuerdos, siempre en la puerta de la memoria, sorpresas que te dan en las calles. O en los teléfonos. El día 6 de marzo recibo un ‘guasap’ en el teléfono de mi amigo Lorenzo Preciado, que regentaba el bar restaurante La Finca en San Roque, antes estuvo en Santa Marina, en Héroes de Cascorro, y regentó con su mujer Mary el bar Mari-Morena (antes Figueroa): “Buenas tardes, Plácido, siento comunicarte que Lorenzo falleció el lunes, y lo enterré ayer a las 4, tengo yo su móvil, por el tema del negocio. Un abrazo”.

Lorenzo Preciado. Foto: Cedida
Lorenzo Preciado. Foto: Cedida

Nos quedamos sin palabras, sin respiración; días atrás nos estuvimos mandando mensajes por la canallada de que se suspendieran el desfile del carnaval y el entierro de la sardina en San Roque, tema muy vital para su negocio y para toda la hostelería del barrio; él lideró las protestas en los medios de comunicación. Cuántos recuerdos me vienen a la memoria, siempre tan jovial, tan alegre, tan comunicativo, servicial, coherente, amigo de sus amigos, amante de su familia. Seguro que en el cielo garabatea ilusiones nuevas y dibuja colores de esperanza, e inventa metáforas que consuelan. Y desde allí seguiremos haciendo bromas con tu Madrid y con mi Atlético, que no nos acaba de convencer. Descansa en paz .Vuela alto amigo.

Cómo aprieta la vida/ con su soga de ausencia

El día 11 se cumplía un año de la marcha de mi querida y recordada madre, y quisimos recordarla con una misa en la iglesia de San José, en nuestro barrio de Santa Marina. Agradecer de corazón a tantos amigos, vecinos y paisanos que quisieron acompañarme para recordarla.

El sol nos hace un guiño/ con tu recuerdo, madre

El viernes 15 me acerqué hasta Portugal, por Puente Ajuda, con el profesor Pedro Denche, gran estudioso de las costumbres antiguas y de los dólmenes; intentamos ver el ‘San Rafael 1’, la pena es que está en una finca particular muy vallada; él salto la alambrada, y yo mientras adivinaba espárragos y targarninas. Aunque fuimos temprano nos dieron las 12, la 1, las 2 y las 3 casi, si nos descuidamos. Por allí cerca está el ‘San Rafael 2’, de difícil acceso también; el mejor situado, por mejores caminos, es el dolmen de Coutada, en Barbacena.

El sábado 16, a un punto y coma de la primavera extremeña, acudimos a la décimo tercera edición de la matanza que con tanto entusiasmo, y mucho jeito, organiza el Ayuntamiento de Santa Ana, con su alcalde a la cabeza, Jesús Regodón Cercas, así como todo el pueblo en general, que colabora de manera ejemplar, con Jenny García y María Cercas entre otros. Es un placer viajar una vez más a Santa Ana, pueblo acogedor y de miradas múltiples, siempre tengo billete y pasaporte para este inquietante viaje.

XIII Matanza en Santa Ana. Foto: Antonio Hernández Cantero
XIII Matanza en Santa Ana. Foto: Antonio Hernández Cantero

Comenzamos bien temprano probando unas exquisitas migas extremeñas, con café y licores. Pilar Trinidad y Luis Gómez fueron perfectos y atentos guías de la ruta senderista interpretativa por la dehesa, que congregó a casi un centenar de caminantes llegados de diferentes puntos de la región: Badajoz, Cáceres, Montánchez, Sierra de Fuentes, etc. Partimos de la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, del siglo XV, pero antes explicamos algunos detalles y curiosidades de la dehesa y de la matanza.

Después de admirar la belleza del campo que estalla con las últimas lluvias, corren los arroyos, los regatos que van cantando hacia el rio Gibranzos. En la ermita de Nuestra Señora de la Dehesa hubo un descanso y una degustación de morcilla y embutidos de curación artesanal, acompañado de buen vino. Después demostración y exposición de trabajos realizados en un telar centenario. Luego, por fin, se dio paso a la comida propia de este día de convivencia y hermanamiento, caldereta de cerdo ibérico. Por la tarde, y como final de fiesta, actuaron el grupo ‘Alfeizar’ (de ‘Hijos del Levante’ (homenaje a ‘El Barrio’ y a ‘Triana’). Los recuerdos vinieron a la puerta de la memoria. ¡Qué tiempos memorables de encuentro y matanza! Casi un millar de personas se dieron cita en esta edición. Solo queda despedirnos, con mucha pena. Para el año que viene, más y mejor. Y felicitar a todos los que lo hicieron posible. Buenos ratos, donde fuimos felices a nuestra manera.

El 21, Día de la poesía, nos fuimos a la bella Azuaga, a la emblemática librería-café Alejandría, templo de la cultura que regenta Manuel Calero, donde se entregaban los Premios de Poesía Castúa, que convocaba Stela Literaria, cuyos ganadores fueron Julita de la Cruz, Teresa Jaraquemada y un servidor. Antes quisimos escuchar a Daniel Gordo, director de Oscec, una charla-conferencia sobre nuestra habla popular, muy explicativa. Organizacion perfecta, con Pepa Gómez a la cabeza, bueno el jamón, a qué negarlo, como no podía ser de otra manera, y un brindis general con el numeroso público que asistió, entre ellos mi paisana Remedios Villar, y el escritor Julio Alejandre, entre otros muchos. Sentimientos a flor de piel.

Premios de Poesía Castúa. Foto: Julio Alejandre
Premios de Poesía Castúa. Foto: Julio Alejandre

Y en Badajoz seguimos cerrando las puertas para que no se escape el arte. El 23, sabiendo que las calles de Badajoz ya bullen vestidas de glicinias y que de los patios humildes sale el olor a azahar y jazmines, en el Museo de la Ciudad de Badajoz Luis de Morales celebramos la décimo octava edición del recital de saetas y poesía religiosa. Un cartel de lujo, ya lo quisieran para el Domingo de Resurrección en la Maestranza, con lo más granado de nuestros poetas, cada uno con su acento y su timbre, y cantaores de saetas con una biografía ancha y larga como un mapa, con reconocimientos y premios importantes.

Allí, en el patio de nuestro museo, que siempre amanece bendecido, sonaron las voces, el quejido de nuestros saeteros, y los versos sensibles y tiernos de nuestros poetas. El periodista Eloy López Sánchez hizo un pregón magnifico, ‘Exaltación de la saeta’. A continuación Francisco Ramos, Eusebio Oliva, Francisco Iglesias como saeteros, y Paqui ‘La Caracola’ como saetera, hicieron las delicias del público que abarrotaba el patio del museo. Los poetas Maribel Bazaga, Clara Blázquez, Fernando Garduño, José Carlos Corbacho (a la guitarra Salorino), J. M. Ferrera Boza, José Luis García Reinoso, Antonia Marcelo, Dolores Delgado Morrón, Roberto Moral (que también ejerció de técnico) y José Manuel Sito Lerate. Especial mención a Fran Chamorro, director del museo, por su implicación, Estuvo presente el titular de la Concejalía de Cultura, José Antonio Casablanca, que dirigió unas palabras al público y animó a la Asociación de Amigos del Museo a seguir adelante.

Nuestras señorías siguen estirados y circunspectos, con aire místico y severo, nos mienten como bellacos o como lectores satíricos y severos; mirarán para los lados, y silbarán como si acabaran de llegar. “¿Dónde está la bolita?”.

Cómo aprieta la vida.

– ¡Llena otra vez, Josué, que nos vamos!

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