El último estudio conocido del Observatorio, referido al segundo semestre de 2019, revela la difícil situación del colectivo joven en la región.
En primer lugar, la tasa de emancipación en Extremadura ha aumentado significativamente frente al conjunto nacional, siendo la comunidad donde es menor el esfuerzo económico necesario para alquilar o comprar una vivienda. A priori es un buen resultado, pero el resto de los indicadores del informe, que lo complementan, siguen dibujando una población joven extremeña empobrecida, con la segunda mayor tasa de desempleo del país, y que cuando trabaja lo hace en condiciones de precariedad, con el salario el más bajo de toda España.
El estudio advierte también del descenso continuado de la población joven extremeña, que sigue emigrando, y avisa que la situación se verá agravada por las consecuencias económicas de la Covid-19.
Como consecuencia, tanto el Consejo de la Juventud de Extremadura como el Consejo de la Juventud de España y otros consejos territoriales han puesto en marcha recomendaciones sobre políticas de juventud que frenen esas consecuencias, para que no se repita la situación vivida en la anterior crisis de 2008.