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En los columpios del tiempo. Plácido Ramírez Carrillo

En los columpios del tiempo. Plácido Ramírez Carrillo
Plácido Ramírez y Daniel Casado, en 'L de Lírica'. Foto: Cedida
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Este amanecer nublado se afeita su barba de futuro, plata y esperanza, para ganar la luz de un mediodía nostálgico de enero. Nos seguimos alimentando de la alegría.

Hay palabras que se repiten mucho últimamente, visibilidad para esto, para lo otro; y hay otras que se deberían repetir más a menudo, y sobre todo saber su significado: ternura, alegría, justicia, honestidad, bondad, sencillez, dignidad, y tantas otras que se pueden añadir.

Este mes de enero, pese al galanteo inicial, camina muy arriscao, enguapado, con su porte gallardo, soñando con las candelas y el carnaval.

La luz de enero baila con la plaza de Santa Marta, y la desnuda de sus sueños. Ya saben los vecinos que ese quiosco que esperaban no acaba de hacerse realidad, no tiene perro que le ladre ni empresa que lo construya. Ya veremos si a esta plaza la visten finalmente de dignidad y de inocencia.

La barriada de Santa Marina se prepara ya para las candelas, pórtico del carnaval. Trabajan en ello, con infinita paciencia y mucha misericordia, y rezando para que esta sexta ola lo permita. Ya está nombrado el candelero y el pregonero, Juan Antonio Rodríguez Peña, de la comparsa ‘Caribe’ y secretario de Falcap, y Ángel González Benítez, fundador de la murga ‘Agüitas’. Para que luego digan.

“Menos papeles que una liebre” es un dicho que solemos decir a menudo, sobre todo por el concejal de Tráfico y de la Policía de Cáceres, que lo cogieron y no tenía ni seguro ni ITV, buen ejemplo. Al final no dimitió de todos sus cargos.

Lo decía mucho, con su risa jaranera y su alegría desbordada, mi paisano Antonio ‘El rabón’, que nos dejó hace unos meses, maldito Covid. Lo recordaba el 12 de octubre, al poco, José Antonio Labrador ‘perragorda’, en unos audios que te ponían los pelos de punta, con la voz entrecortada: “… murió Antonio; aunque ahora yace en una tumba sigue entre nosotros, jugando en la plaza, como cuando éramos niños…”. Y se nos fue también él, sin esperar la Navidad, maldito Covid.

Cuando hablan Nuestras señorías sube el pan, o varias cosas a la vez, pierden el sitio y el momento, y el encanto. Se equivocan, algunos apuntan maneras, por ejemplo el Ministro de Consumo, que es mejor no darle ideas porque como dice “he proponido”, que por cierto sería un desliz en su día, pero, como dice Martín Tamayo, eso era un suspenso para pasar al Bachillerato, ahora como pasan con suspenso, pues será un desliz del ministro; joé, que le ponen pegas a todo lo que se menea. No tienen ustedes aguante, poca cintura.

En esta ocasión deja mal a los ganaderos, aunque sea verdad que la ganadería extensiva como la de Extremadura sea mejor que la intensiva siempre que cumplan las normas o que se vigile más de cerca, con tantos asesores que se tiene y muy bien pagados, por cierto. Pero no puede decir que la carne es mala; en otro país en un minuto estaría cesado. Aquí no dimite nadie. Se lo han reprochado los presidentes de Castilla-La Mancha, Aragón, Castilla y León. El nuestro no se pronuncia. De paso, podían mirar por los toros de lidia, bello animal que se cría en extensivo en nuestras hermosas dehesas.

Nuestras señorías, de lo rural y de la ‘España vaciada’ saben poco, salvo alguna vez que estuvieron en alguna casa rural o tuvieron reunión de ministros en algún cortijo de esos del Estado. Deberían experimentar con gaseosa y antes de sentarse en sus mullidos asientos y empezar a meter dinero en la saca deberían hacer algún curso intensivo o máster campero de los diversos oficios y trabajos del campo, vendimiar, podar, injertar, varear aceitunas, apañarlas, pastorear e ir al ramoneo.

Y ver amanecer o atardecer, y ver cómo el cielo se recubre de cierta pureza como de hábito blanco, y el crepúsculo antecede a preguntas sin respuesta y silencios largos. Así reflexionamos mi vecino de parcela Antonio el pintor/escultor, Luis Fermoselle, digno y sabio en materia campera, y un servidor, jornalero de la metáfora. Luego, si se portan bien y aprenden, recibirían su diploma.

Cierra la puerta que se nos escapa el arte. Y es que en Badajoz los artistas salen por las esquinas y, a pesar del Covid, cada día hay actividades, a veces coinciden y es imposible estar en tres a la vez.

La Sala de Ámbito Cultural de El Corte Inglés inauguró el lunes 10 su ‘L de lírica’ (así se llama ahora). En esta ocasión el invitado fue Daniel Casado.

En la sala Espacio CB Arte se inauguró la exposición ‘Guillermo Silveira. Un puñetazo de alma’, con motivo de su centenario. Estará abierta hasta el 29 de enero. La magnífica exposición con los cuadros del pintor segureño bien merecen una visita.

José María Ballester y Plácido Ramírez, en el Museo Luis de Morales. Foto: Cedida
José María Ballester y Plácido Ramírez, en el Museo Luis de Morales. Foto: Cedida

En el Museo de la Ciudad ‘Luis de Morales’ se inauguró la exposición del concurso Encina de Plata AFE 2021. Es la sexta edición de este certamen y se exponen 26 obras de 12 autores socios de la Agrupación Fotográfica Extremeña (AFE). La exposición se prolongará hasta el 5 de febrero.

Lo del nombre del puente repetido no tiene discusión, hay otro a escasos 200 km y además los GPS se volverán locos, chisporrotearán. Cualquier otro nombre, y hay cientos, vale para hacerles un guiño a los hermanos portugueses, como quiere nuestro presidente.

Ponemos el gallo del tiempo encima de la tele o la nevera, o en la cómoda o en la mesita de noche, y en paz. Porque ellos no nos hacen muchos guiños. En los monumentos, por ejemplo, viene en ingles, si acaso en francés, pero del español o portuñol, pocos casos. Otro día hablamos de política.

Recuperamos palabras de la infancia: escarcha, carámbano, arreció, pelailla, sabañones… paisajes, palabras de enero.

Se nos fue otro hombre bueno, un sacerdote ejemplar que estuvo siempre al lado de los pobres, José (Pepe) Carracedo Gallardo, gran persona, cabal, honesto y generoso. Se nos fue con su mirada limpia, clara y melancólica a pastorear horizontes, silencios y emociones nuevas.

Recuerdo aquel recital poético del año 96 que organizó junto a Iván Pérez en la Parroquia de Suerte de Saavedra, y que logró reunir a más de 200 personas, en su mayoría alumnos de la barriada. Y quiso implicar a varias autoridades, entre ellas al alcalde Miguel Celdrán, recién elegido en las urnas.

Recital poético en Suerte de Saavedra, organizado por Pepe Carracedo. Fotos: Cedidas
Recital poético en Suerte de Saavedra, organizado por Pepe Carracedo. Fotos: Cedidas

Descanse en paz. Fue un entierro multitudinario, a pesar de las medidas Covid. Mucha gente que le quería quiso acompañarle en su despedida final.

Seguimos en los columpios del tiempo, soñando, o haciendo guiños, como quiere nuestro presidente. Con un ojo tapado, por si acaso, somos modernos, pero columpiándonos, claro.

– ¡Llena otra vez, Josué, que nos vamos!

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