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Epitafios de los obispos de Plasencia

Epitafios de los obispos de Plasencia
Sepulcro de don Pedro Ponce de León. Foto: Cedida
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El hecho de no presentar todos los epitafios de los obispos placentinos que han regido la Sede hasta el siglo XX se debe a varios motivos; por ejemplo, que a voluntad propia fueron trasladados a otro lugar, o por falta de inscripciones al ser enterrados en la propia catedral. Por ejemplo, delante del altar de las Reliquias en la catedral yacen las cenizas de 10 prelados, cuyos nombres dio a conocer Benavides Checa;1 podemos citar al Dr. Fr. José Jiménez Samaniego, don Juan Villacé, Fr. Plácido Bayles, don Francisco Bustamante, don José Rodríguez y don Pedro Gómez. Los demás prelados que rigieron la Sede placentina en el primer siglo de la dominación borbónica en España murieron ocupando ya otras sedes; o, habiendo fallecido en Plasencia, fueron trasladados sus cadáveres a distintas iglesias extradiocesanas.

Diego Badán, O. F. M (1424-1426)

Hunc Maiorica genuit, quem Summus ad astra perduxit.
Hunc religio docuit, quem aptum virum produxit.
Badam hic vulgo Didacus vocatus
Est, gratum donum, de hac stirpe natus.
Gradibus ternis praefuit excelsus.
Gratia Christi moribus praeventus.
Puer undemnis mundana contemsit,
Minorum vestes minimus acceptit.
Professus, Tauri studuit artes.
Audivit, legitque per varias partes.
Doctrinae sacrae est factus Magíster,
Provinciam rexit electus Minister.
Successit Pastor eclesiae trinae
Carthaginis, Pace atque Placentinae.
Sex vixit undemnis annorum aetates.
Iesus illi merces sit, fons pietatis.
Carthaginis praesul hic est sepultus.
Post han mundi vitam morte defunctus.
Bis septingentos Domini post annos
“Sex et viginti” adduntur numero.
Die hac et mense migravit praedictus;
Quiescat in pace, sitque benedictus. Amen.

Vivens sic scribit, de sua certus morte.
Incertus de hora gaudet mortis mora.
Empus si addatur, Summo dirigente,
Versus mutabitur, vivo congaudente.

El epitafio de Fr. Diego Badán, que con algunas variantes copian también Fr. Alonso Fernández y Solano de Figueroa, estaba en Mayorga, en la capilla mayor del convento de San Francisco, fundación del prelado.2

Era franciscano. Fue provincial de su Orden y en 1410 ocupó la sede de Badajoz; en 1417 en Cartagena, y en 1422 fue nombrado por Martín V3 para regir la de Plasencia. A sus tres sedes alude el epitafio.

Gonzalo de Santa María (1428-1448)

Hic quiescit hábeas reverendi Patris Domini Gundisalvi,
Episcopi Seguntini, serenissimi Principis domini nostri Ioannis
Huius nominis secundi Regis Cassellae et Legionis.
Hic venerandus Pontifex fuit filius, ex legitimo
Matrimonio natus, Reverendi Pontificis Domini Pauli.
Cuius corpus in sepulcro alterius parientis tumulatum
Existit, et post multa pia opera, liberatus de corpore
Mortis huius, profectu est ad Omnipotentem Deum
Decima séptima mensis decembris anno Domini
Millesimo quadrigentesimo quadragesimo octavo,
Aetatis suae sexagésimo nono. Clementia
Divina illum in gloria sua collocare dignetur. Amen.

Debemos este epitafio a Enrique Flórez;4 se encontraba en el antiguo convento dominicano de Burgos, convertido en cuartel desde la desamortización. El escudo de este prelado se encuentra en las claves de la bóveda del claustro de la catedral de Plasencia (flor de lis). Estuvo enterrado en la catedral vieja placentina, en un sepulcro de mármol. Según Fr. Alonso Fernández, fue trasladado a San Pablo de Burgos, patria del obispo.5

Juan de Carvajal, cardenal (1450-1475)

1) Ioanni Carvaiali, genere ibero, Pont.
Portuensi, S.R.E. Cardinali. Patrum splendori,
Virtutum decori, de religione atque omni
Republica benemérito, qui vixit annis LXX
Bessario, Cardinalis Nicaenus
Collegae pientissimo.

2) Pontificum splendor iacet hic, sacrique senatus,
Namque animo Petrus, pectore Caesar erat.
Hunc genuit Baetis, rapuit sed Roma, tenetque;
Corpora velat humus, spiritus astra colit.
Imputat hunc Baetis Latio, cui fama perennis
Victus honor meritis, contempta et munera vitae,
Dum meliore sui vivere parte cupit.
Aetherei qui magna fuit tutela senatus,
Ioannes iacet hic Carvajal gentis iberae,
Ángelus in titulo princeps et episcopus almi
Portus, cuius habet meritis iam spiritus astra.6

Don Juan de Carvajal nació en Trujillo en 1399. Fueron sus padres don Juan Tamayo, corregidor de Trujillo, y doña Sara de Carvajal, de Plasencia. Fue uno de los más señalados miembros del episcopado y del Sacro Colegio de Cardenales, en los pontificados de Martino V y Eugenio IV. Sus estudios en Salamanca y Roma le dieron aquella solidez que necesitó para remontarse a aquellas alturas de los grandes hombres de su siglo. Ocupó los cargos de consejero de Roma, luego fue nombrado cardenal diácono de Sant Angelo, luego cardenal presbítero de Santa Cruz, Sabino y Portuende, dentro de cuyo honor fue nombrado obispo de Plasencia.

Su intervención en los asuntos religiosos y diplomáticos de su tiempo fue de gran provecho para la Iglesia, pues combatió la herejía, disolvió el conciliábulo de Basilea, libró del peligro turco a Hungría, fue legado multitud de veces y solo opuso que fuera nombrado papa su gran humildad.

Fue obispo de Plasencia desde 1450 hasta 1469. De este período son las obras que le acreditaron de ‘eterna memoria’ en su patria, pues trazó y construyó calzadas, levantó los planos de la futura catedral, mandó realizar joyas artísticas de insuperable mérito, como la gran custodia y andas de Plasencia, edificó el famoso puente ‘del Cardenal’ sobre el río Tajo, y otros dos menores sobre el río Almonte,7 ordenó su sede con entereza, prudencia y gran ánimo, hasta hacerlas de las más notables del reino. Murió en 1469.8 En la iglesia romana de San Marcelo al Corso estuvieron estos dos epitafios en dos lápidas sepulcrales: la primera en la pared, y la otra en el suelo.9 La primera estaba coronada con el escudo del cardenal; la segunda se retiró y se colocó en el corredor trasero del templo (ya perdida).10 Fueron encargadas por el cardenal Besarion,11 amigo íntimo de Carvajal “dimidiium animae suae”.12

Gómez de Solís y Toledo (1508-1521)

“Aquí yace don Gómez de Solís y Toledo, obispo de Plasencia, juntamente con doña Francisca de Toledo, condesa de Pasarón, su madre”.13

El sepulcro de este obispo se encuentra en el coro del monasterio de Yuste.14 Era natural de Cáceres, hijo de hijo de don Gutierre Solís y doña Francisca Álvarez de Toledo, que poseían el Condado de Coria, y pariente del duque de Alba.15 En sus tiempos pasó a ser propiedad del obispo el pueblo de Jaraicejo por permuta con el Cabildo de la mitad de este. En 1521 se marchó a Coria deseando contribuir a la pacificación de aquella ciudad por las revueltas de las Comunidades y allí murió de muerte natural.

Bernardino de Carvajal, cardenal (1521-1523)

1) Bernardino Carvaiali, natione hispano patria Placentino,
Episcopo Hostiensi, cardinali Sanctae Crucis, ob egregias virtutes, doctrinamque
in sacris littteris singularem, ab Alexandro VI
Pontifice Maximo, in numerum Patrum ascito, pluribus
legationibus pro republica christiana
functo, integer sapienterque, prospera fortuna
moderate, adversa constanter uso, per
omnem vitam pie ac religiose vixit annos
LXVII, menses III, dies VIII. Obiit XVII
Kalendas ianuarii. Anno Domini M.D.XXIIII.

2) Hic Bernardinus Carvaial, S.R.E. Cardinalis
episcopus Hostiensis, requiescit, donec ad
aeternam resurgat vitam.

Ambos sepulcros están en Roma, los trascribió Ughello. El primero se encontraba empotrado en la pared y el segundo sobre el pavimento. En la actualidad se conservan en la iglesia de la Santa Cruz de Jerusalén en Roma, aunque no en su lugar originario.16

Extremeño. Sobrino del otro obispo-cardenal, don Juan de Carvajal. Era el hijo del Señor de Torrejón el Rubio, don Francisco López de Carvajal, y de doña Aldonza de Sande. Estudió en Salamanca, licenciándose en la Facultad muy joven en Teología, donde desempeñó el rectorado. Fue obispo de Astorga, Badajoz, Cartagena y Sigüenza. En Roma fue embajador de los Reyes Católicos, y en Malinas, como legado de Julio II, administró el sacramento de la Confirmación al futuro Carlos V cuando tenía 9 años. El Cabildo de Plasencia le nombró en 1508 dignidad de tesorero en la Catedral. Aumentó el número de canónigos y clero de su catedral placentina, que tenía rentas bastantes para ello. Pronunció en 1492 el discurso a los cardenales a la muerte de Inocencio VIII, o sea en la apertura del cónclave que eligió a Alejandro VI, y en la elección que siguió a la muerte de este tuvo bastantes votos.

En 1511 presidió el Concilio cismático de Pisa, que intentaba derrocar al papa Julio II. Aunque fue despojado del capelo cardenalicio, de nuevo se le concedería varios años después. Murió en 1523.17

Gutierre de Carvajal (1524-1559)

AQUÍ YACE LA BUENA MEMORIA DEL ILUSTRISIMO
Y REVERENDISIMO SEÑOR DON GUTIERRE DE CARVAJAL
OBISPO QUE FUE DE PLASENCIA. HIJO SEGUNDO DE LOS SEÑORES EL
LICENCIADO FRANCISCO DE VARGAS DEL CONSEJO D ELOS REYES
CATÓLICOS Y REINA DOÑA JUANA Y DE DOÑA INES DE CARVAJAL SUS
PADRES REEDIFICO Y DOTO ESTA DICHA CAPILLA A HONRA Y GLORIA
DE DIOS CON UN CAPELLAN MAYOR Y DOCE CAPELLANES. PASO
DESTA VIDA A LA ETERNA EL AÑO DEL SEÑOR 1559.

Se encuentra en la Capilla del obispo en Madrid. Esta es la inscripción que está sobre el monumento funerario de este prelado. Correas, a quien copia literalmente fray Alonso Fernández, fue nombrado por este obispo visitador del obispado, nos dice que falleció el 27 de abril de 1559 en la villa de Jaraicejo, de donde le llevaron a la capilla suntuosa que fundó en Madrid, de donde era natural, y que aún hoy día conserva el nombre de Capilla del obispo. Allí está su sepulcro y los de sus padres, el licenciado Francisco de Vargas, que perteneció al Consejo de los Reyes Católicos y la reina doña Juana. Los padres están en el presbiterio, uno a cada lado, con las estatuas orantes puestas sobre una sencilla hornacina. El prelado, colocado en el muro de la Epístola en una capilla ornamentada con una exuberante decoración, se muestra de rodillas sobre un altar en el arcosolio. A su derecha está su capellán y dos acólitos, estos portando el báculo y la mitra. Al fondo, en bajorrelieve, Cristo en el huerto de los olivos en oración.

Nació en 1500 en Madrid, hijo de don Francisco de Vargas y de doña Inés de Carvajal, hermana del cardenal Bernardino López de Carvajal, que había regido la diócesis placentina. Llegó a ser nombrado cuando aún no contaba 20 años. Llegó a presidir el cismático Concilio de Pisa. En 1534 organizó un importante sínodo en Jaraicejo, cuyas Constituciones han sido reeditadas.18 Asistió al segundo período del Concilio de Trento, donde tuvo varias intervenciones relevantes. Murió en 1559 en Jaraicejo.

Pedro Ponce de León (1560-1573)

1) AQUÍ YAZE EL ILUSTRISIMO SEÑOR DON PEDRO PONCE DE LEON
OBISPO QUE FUE DESTA SANTA IGLESIA E INQUISIDOR GENERAL
FALLECIO EN LA VILLA DE XARAICEJO A XVII DE ENERO DE MILL Y QUINIENTOS Y LXXIII AÑOS.19

2) DOMINUM PETRUM PONTIUM A LEONE SANCTAE HUIUS PLACENTINAE PRAESVLEM PIENTISSIMUM ET MERITISSIMUM OMNI VIRTATE GENERIS OBILITA PRAECLARUM INQUISITOREM
GENERALEM SANCTA FUNCTUM VITA POST
INSTITUTA SIBI ANNIVERSARIA ET CAPELLANIA ET EPISCOPATUS
PAUPERES TESTAMENTO HAEREDES RELICTOS ET VIRGINES ORPHANAS IN PERPETUUM HONESTÍSIMA
DOTE IUVATAS HAEC BREVIS CAPIT URNA
VIXIT ANNOS 63, OBIIT D.IIANVARII M.D.LXXIII.

Se encuentra en la Catedral de Plasencia en el presbiterio, al lado del Evangelio, cubierto por el dosel del trono pontifical, encuadrado en arco de medio punto entre dos pilastras de orden compuesto y entablamento, en cuyo friso está grabado el primero de los epitafios y en el centro de este el escudo del prelado. Monumento sepulcral atribuido a Pompeio Leoni por algunos, otros al artista granadino Mateo Sánchez de Villaviciosa (que probablemente realizó la obra arquitectónica), aunque la obra escultórica va más en consonancia con las características estilísticas de Francisco Giralte. Se encuentra el obispo de rodillas en un reclinatorio orando con las manos juntas y revestido de casulla, obra en mármol italiano. El segundo de los epitafios está en el basamento.20

Nació en 1510 en Córdoba, hijo del marqués de Priego y doña María Ponce de León. Fue educado por su tío, que era canónigo en la catedral cordobesa. Estudió Derecho en Salamanca y ganó una canonjía en Córdoba. Fue nombrado obispo de Ciudad Rodrigo, y asistió al Concilio de Trento. En 1560 fue elegido obispo de Plasencia y miembro del Consejo Superior de la Inquisición; poseyó una de las más importantes colecciones de manuscritos italianos.21 Murió en Jaraicejo en 1574.

Francisco Tello de Sandoval (1578-1580)

Nació en Sevilla. Fue nombrado obispo de Plasencia en 1578, donde ejerció su ministerio hasta su muerte en 1580. Fue enterrado en la Catedral de Plasencia y después, de acuerdo con sus deseos, fue trasladado a Burgo de Osma. En la capilla mayor de la catedral se encuentra el monumento sepulcral de este prelado.

“Aquí yace el R. Señor don Francisco Tello, obispo de Osma y Plasencia. Falleció en ocho de julio de MDLXXX años. Su traslación fue en once de mayo de MDLXXXII”.22

Sancho Dávila y Toledo (1622-1625)

(ESCUDO FAMILIAR)

EL YLLMO Y RMO SR. DON SANCHO DAVILA
Y TOLEDO OBISPO DE PLASENCIA MURIO
A 6 DE DIZIEMBRE DE 1625 I SE MANDO DEPOSITAR
EN LA PARROCHIA DE LA VILLA DE ZARAIZEJO DE DONDE
FUE TRASLADADO A ESTA CAPILLA

Está en la capilla de la Inmaculada, en la Catedral de Avila, en la pared lateral de la Epístola, se conservan muy mal legibles los párrafos.

Nació en Ávila en 1546, hijo del noble caballero don Sancho Dávila y Carrillo de Mendoza y de doña Juana Enríquez de Toledo. Por parte de su madre emparentaba con la casa de Alba y con los Zúñiga, Casa Ducal de Plasencia.23 Estudió en Salamanca, siendo rector de la Facultad de dicha ciudad, sucediendo a Fr. Luis de León en la Cátedra de Sagrada Escritura. Obtuvo las canongías de Ávila y Coria, llegando a ser deán de la Catedral de Coria. En 1591 fue consagrado obispo de Cartagena,24 pasando con el tiempo al de Jaén y al de Sigüenza. En 1622 fue elegido obispo de Plasencia.

Cristóbal de Lobera (1630-1632)

EN ESTE SEPULCRO ESTA EL ILUSTRISIMO SEÑOR DON CRISTOBAL DE LOBERA NATURAL DE ESTA CIUDAD DE PLASENCIA MAESTRESCUELA EN ESTA SANTA IGLESIA CATEDRAL ABAD DE AMPUDIA Y DE LERMA E OBISPO QUE FUE DE BADAJOZ I DE OSMA Y PAMPLONA. ELECTO ARZOBISPO DE SANTIAGO Y OBISPO DESTA CIUDAD. MURIO EN PLASENCIA A BENTE JUNIO DEL ANO DE MIL Y SEISCIENTOS Y 32 ANOS Y FUE TRASLADADO EN 27 DE GULIO DE 1637 ANOS DESDE LA SANTA IGLESIA DE PLASENCIA.

Esta es la inscripción que hay sobre el sepulcro del obispo en el presbiterio de la ermita de Santa Teresa de Plasencia, fundación del citado prelado. Aparece citada por Solano de Figueroa entre 1930-1935 en su obra,25 después de que fuera profanada por los franceses en la Guerra de la Independencia.

Tal y como se recoge en el epitafio, nació en Plasencia. Fue bastantes años maestrescuela de la Catedral y luego obispo de Badajoz, de Osma, de Pamplona y de Córdoba.26 Al morir estaba designado para el Arzobispado de Santiago de Compostela. Estuvo enterrado en la Catedral hasta 1637, cuando, terminada la ermita de Santa Teresa, fue allí depositado. En la iglesia de Santo Domingo (San Vicente), debajo del púlpito hay una hornacina con una imagen de Santa Teresa y debajo la inscripción: “Don Cristóbal de Lobera, Obispo de Córdoba, hizo hacer esta capillita a la Santa Theresa y las tres laudes de abaxo a sus padres. Se hizo año 1625”.

Plácido Pacheco de Haro, O.S.B. (8 de noviembre de 1633-5 de octubre de 1639)

(Cruz)
ILLUSTRISSIMUS
ET REVERENDISSIMUS. DOMINUS FRATER

Placidus a Pacheco, Maiorum imaginibus ilustris, virtutibus et moribus ilustrior.
Qui velut alter Placidus sacrae Benedicti invictae militiae nomen dedit in ea. Clarissimus divini
Verbi pro animarum salute concionator, et velut tentatus et probatus in multis, a suis omnium
Plausu, generalis minister inauguratur; Sibi subditos placide et ad meliora direxit.
A Philippo Quarto, Hiap. Rege potentissimo, ad gaditanum primum, deinde al placentinum
episcopatum evectus, gregem sibi a Patre nominum, non sine numine, creditam exemplo
egregie et doctrina instruixit, multa in omnium occulis, maiora in occulto patravit.
Amabat enim benefacere et nesta octobris sancto Placido et aliis triginta monachis benedictinis martyrio nobilitata et sacrata, aetatis suae 92.
Sacellum hoc vivens Deo et sancto vicentio Martiti dicavit, et fratgilitatis memor in sepulturam, ubi esque ad novissimam tubam in pace secura quiescit.

Este epitafio lo copió el historiador de la orden padre Argaiz en su Soledad Laureada.27 Murió este prelado visitando su diócesis en la villa de Pasarón de la Vera, el 5 de octubre de 1639. Aquel mismo día su cadáver fue trasladado a Plasencia y depositado en la sacristía del convento dominicano de San Vicente, hasta que se terminó el sepulcro encargado por él en el convento de su orden en Salamanca.28 Fue fraile benedictino y obispo de Cádiz.

Un dato curioso es la autorización que hizo este prelado a Francisca de Oviedo y Palacios a exponer a la contemplación del pueblo, en la iglesia de San Martín de Plasencia, la imagen del Cristo de Serradilla, sin sospechar que sería tal el entusiasmo del pueblo que a lo largo de los años ha crecido mucho la devoción a la Santísima Imagen, que tuvo que ser llevada a Serradilla.

Bartolomé de Ocampo y Mata (1699-1703)

AQUÍ YACE EL YLUISTRISSIMO
SEÑOR DON BARTOLOMÉ DE OCAMPO I MATA
VELARDE INQUISIDOR DE LA SV
OREMA OBISPO DE SEGOVIA
I DE PLASENCIA FALLECIO A XXI DE
SEPTIEMBRE ANO DE MDIII.

Se encuentra esta inscripción en el sepulcro del obispo en la iglesia del convento de la Salud de las monjas jerónimas de Garrovillas, población de la que era natural el prelado.29

Fr. Francisco Laso de la Vega y Córdoba (4 de agosto de 1721-14 de Julio de 1728)

D. O. M. S

Aquí yace nuestro amado hermano el Sr. D. Fr. Francisco Laso de la Vega y Córdoba, hijo ilustre de la Religión Guzmana, de quien esta casa se gloría ser madre: obispo de Ceuta y de Plasencia, el cual dando cuanto tenía a los templos y menesterosos, quedó pobre; y finalmente quiso posar en este lugar a la vista de la imagen de la Virgen nuestra Señora, cuyo altar había erigido, mandando que en cualquier parte donde le cogiese la muerte, fuesen trasladados sus huesos a esta casa y sitio, por lo que esta pobre comunidad, agradecida al hijo que la enriqueció, aún no queriendo él, le consagró este monumento, así que la gloria, la fama y el honor unidos, llevara su memoria hasta los cielos quedando en la tierra mas que sombra y polvo. Murió el día 14 del mes de julio del año del Señor de 1738.30

Tomó los hábitos dominicos en el Convento de San Pablo de Sevilla; en los últimos meses del año 1715 fue nombrado prior del Convento de Guadix, cuando ascendió al obispado de Ceuta. A él se debe la reconstrucción del Palacio Episcopal.31 Vivió en Ceuta al tiempo que se habían producido una serie de acontecimientos importantes. Hacía 21 años que el muley Ismail había cercado la plaza, provocando el aumento de la guarnición y la remodelación de las fortificaciones del Frente de Tierra. El asedio fue levantado únicamente tras su muerte. Durante el cerco tiene lugar en España la Guerra de Sucesión, acontecimiento que redujo la atención sobre Ceuta. La pérdida de Gibraltar hizo que la población se quedara sin su más cercano puesto de socorro, produciéndose una refundación de Algeciras, con lo cual no solo se lograba dar solución al problema surgido tras la expulsión de los habitantes del Peñón, sino también promocionar un nuevo punto de apoyo a la guarnición del otro lado del Estrecho.32

Tras su pontificado en Ceuta (1716-1721),33 fue nombrado Obispo de Plasencia el 4 de agosto de 1721, teniendo una particular predilección por la ciudad extremeña de Trujillo, donde volcó su caridad y su atención episcopal, y allí otorgó su testamento en julio de 1738,34 poco antes de morir el 14 de julio de 1738. Su partida de defunción se encuentra en el Archivo Parroquial de San Martín de Trujillo35 y dice literalmente: “En catorze de jullio de mill setecientos y treinta y ocho murió en esta ziudad el Illmo. Señor don Fray Francisco Laso de la Vega y Cordoba, obispo de Plasencia”.

En la capital de la Diócesis ordenó constituciones y ordenanzas por las que se había de regir el Hospital del Abad de Santander don Nuño Pérez de Monroy, pero aún estas ordenanzas están promulgadas en Trujillo en las casas de su habitación mientras andaba de visita pastoral el 24 de junio de 1726. Ofrezco el epitafio del prelado del Convento de San Pablo de Sevilla, que no es su epitafio en sí, sino la versión castellana del mismo: “D.O.M.S. Aquí yace nuestro amado hermano el Sr. D. Fr. Francisco Laso de la Vega y Córdoba, hijo ilustre de la religión Guzmana, de quien esta casa se gloría ser madre. Obispo de Ceuta y de Plasencia, el cual dando cuanto tenía a los templos y menesterosos, quedó pobre; y finalmente quiso posar en este lugar a la vista de la imagen de la Virgen nuestra Señora, suyo altar había erigido, mandando que en cualquier parte donde le cogiese la muerte, fuesen trasladados sus huesos a esta casa y sitio. Por lo que esta pobre comunidad, agradecida al hijo que la enriqueció, aún no queriendo él, le consagro este monumento; así que la gloria, la fama y el honor unidos, llevara su memoria hasta los cielos quedando en la tierra mas que sombra y polvo. Murió el día 14 del mes de julio del año del Señor de 1738”.

Fue un verdadero mecenas, muy preocupado por la cultura de su tiempo y por la conservación del patrimonio. Al arrabal de Trujillo, que se llamaba Papalvas, consiguió que se le cambiara el nombre por el que hoy lleva de Belén, por su devoción a la Santísima Virgen de dicha advocación. Contribuyó para que se terminara la pequeña iglesia parroquial que el pueblo estaba levantando.

A él se debe la construcción de la ermita de Santa Ana en Trujillo. A la vera de la Cañada Real de Sevilla, y en pleno berrocal trujillano, se yerguen impertérritos, desafiantes al tiempo, los maltratados muros de la ermita de Santa Ana, edificada en 1732 por el obispo de Plasencia don Fray Francisco Laso de la Vega y Córdoba.36 Por tanto, fue levantada y dotada por voluntad y a expensas del obispo de Plasencia don Fray Francisco Lasso de la Vega y Córdoba en 1731. El documento que lo asevera está en el Libro Capitular del año 1731, que dice literalmente: Al margen: “Licencia para la fábrica de la Ermita de Santa Ana: El Señor D. Antonio de Orellana Tapia dio cuenta a esta ciudad de que el Ilmo. Sr. Don Fray Francisco Lasso de la Vega y Córdoba, Obispo de Plasencia, del Consejo de S.M. desea hacer la fábrica de una Ermita a devoción de Señora Santa Ana en el berrocal de esta Ciudad, inmediata de Humilladero, oído por esta Ciudad, y por lo que desea complacer a su Ilma. dio comisión amplia al dicho Sr. Don Antonio para que reconozca el sitio y señale el terreno necesario para dicha fábrica de la Ermita, Sacristía y Oficinas para el Santero, como para algún corral para más extensión y beneficio de él, y que con copia de este acuerdo y señalamiento que hiciera dicho Señor se tenga por bastante título para lo referido”.37

En el protocolo de Pedro de Rodas Serrano, fechado el 3 agosto 1732, consta la dotación que tan meritísimo obispo placentino hizo a favor de esta ermita con las palabras siguientes: “Por cuanto a sus expensas se ha fabricado cerca del Humilladero de esta Ciudad la Capilla e Iglesia de Señora Santa Ana de que con todo lo a ella anexo y perteneciente, tiene hecha su Ilma. donación a la ilustre y esclarecida Congregación de Sacerdotes y Ordenados in sacristía que ha fundado y de que su Ilma. es actual Prior y porque desea el mayor esplendor, aumento y conservación de ella por lo que cede en el mayor culto de Señora Santa Ana. honra y gloria de Dios Nuestro Señor ha tratado con su prior y demás oficiales de dicha venerable Consagrable dotar dicha Capilla de dos mil ducados de vellón que su Ilma. ha de entregar de pronto para que se conviertan en comprar ciertas fanegadas de tierras de pan de llevar que están en término de lugar de Don Benito, jurisdicción de la villa de Medellín, de este obispado que quedaron por muerte de D. Juan y Don Francisco García Cabezas y se hayan casadas veinte y un mil ochocientos y tantos reales, las cuales se han mandado vender judicialmente, para fenecer la obra de la iglesia parroquial de dicho lugar… que en cada año se compren seis arrobas de aceite para la lámpara de la ermita a no ser que de limosnas se supiera este servicio, descontándose de los bienes fundacionales lo que con los donativos se consigan. Manda que anualmente se compre una arroba de cera. Ordena que de renta se tome perpetuamente cada año 120 reales vellón para las limosnas de 3 misas cantadas, las que se habían de decir los días de San José, Santa Ana y el domingo festividad del Santísimo Rosario, las tres se celebraría con diáconos y subdiáconos y cantaría un sochantre. Asistirían 12 sacerdotes hermanos, a cada uno de los 12 se les daría de limosnas dos reales, cinco al que diga la misa y tres al diácono y subdiácono , tres al sochantre y uno a cada acólito”.38

Cubiertos estos gastos, los sobrantes de la renta se aplicaría a la fábrica de la iglesia. De fina y airosa traza neoclásica es la ermita de Santa Ana. Su planta es de cruz latina, con gallarda rotonda y bovedaje sobre un arco toral sobre talladas pilastras incrustadas en los muros de mampostería que recorre el recio encaje de una imposta de piedra berroqueña. En el lienzo central del Altar se conserva una hornacina. A los lados del presbiterio están dos recoletos compartimentos que debieron servir para guardar ornamentos y para menesteres de culto. Algunos trozos del piso parecen indicar que aquel fue en su totalidad una cerámica local, recia y bien trabajada. Una graciosa espadaña de tres piezas de finos granito se alzaba en la fachada que mira al Campo de San Juan. Su campana fue trasladada a Santa María la Mayor. El pueblo la llamaba ‘La Santa Ana’. Sobre el dintel de su típica portada bajo las insignias episcopales está el Escudo de Armas del Obispo Laso de la Vega.

Terminadas las obras el prelado Laso de la Vega se ocupó de otros asuntos. Es un acta del Consejo fielmente copiada dice: “Licencia a su Ilma. para fabricar una casa junto a la Ermita de Señora Santa Ana: Que por cuanto esta ciudad se haya noticiosa de que el Ilmo. y Reverendíssimo Señor don Fray Francisco Lasso de la Vega o Cordoba. obispo de Plasencia del Consejo de S.M, en continuación de su fervoroso celo y devoción a Señora Santa Ana cuya Ermita y Capilla ha hecho fabricar su Ilma. a sus expresas en el berrocal de esta Ciudad, inmediata al Humilladero, desea fabricar también cerca de dicha Capilla una casa más para extensión de los vecinos y personas que concurren visitar la Santa Imagen y tener sus novenas y cumplimientos de promesas. Y porque el ánimo de esta Ciudad y todos sus vecinos desde cede en beneficio de esta Ciudad y todos sus vecinos, desde luego concede licencia y facultad amplia y sin ninguna limitación a su Ilma. para que mande hacer y fabricar la dicha casa con todas las oficinas, corral y cercado de terreno, y en la conformidad que dicho Ilmo. Sr. tuviere por conveniente y fuere su voluntad mediante no ser de perjuicio alguno y por la grande extensión de dicho berrocal. Y acordó se saque testimonio de este acuerdo y en nombre de esta Ciudad le pase el presente escribano de su Ayuntamiento a manos de su Ilma. Y con él sirva de título y pertenencia a dicha casa y de todo lo a ella anejo y que su Ilma. Mande edificar como va expresado. Licenciado Don Bernardo de Losada. Ante nos Pedro de Rodas”.39

En un Libro de Cuentas de Fábrica (1772-1817) custodiado en el Archivo parroquial de Santa María la Mayor, y al folio 21 aparece inscrito su “Imbemtario de Alajas y ornamentos”, realizado para la Santa Visita de 1772, el cual destaco para mayor acrecentamiento de nuestro conocimiento de esta querida ermita.40

Todavía, en los sólidos muros de la Ermita (que casi destruyeron los franceses) puede contemplarse el escudo de este prelado pregonando su mecenazgo. Frente a la misma construyó el obispo citado un pósito como granero para necesidades de los pobres en años de escasa cosecha.

También a sus expensas se terminó la iglesia de la Encarnación, perfeccionándola y aumentándola, y asimismo había fundado una dotación para reparos de la citada iglesia, decencia y aseo de los ornamentos de la sacristía. Además, según consta en el testamento, se construyeron a su costa la obra de los tres lienzos del claustro, sacristía y librería, los que ya se hallaban en buen estado. Podemos destacar de la primitiva fábrica los muros maestros que hay en la fachada principal de sillería, reforzados a tramos por enormes contrafuertes, la torre es rectangular corrida de balaustrada ciega. La puerta de la sacristía y la que da acceso al patio son amplias y de buena factura. Pero la que merece mejor atención es la de la calle que es un hermoso arco de medio punto con dovelas radiadas. Sobre un doble friso lleva las siguientes inscripciones latinas: “A dominio factum est istud-salvum fac populum tuum, domine et benedic hereditati tuae”. Que en castellano quiere decir: “Esto lo ha hecho el Señor. Señor salva a tu pueblo y bendice tu heredad”. Los motivos religiosos que simbolizan la Anunciación y Encarnación del Verbo Divino se representan en altos relieves en los laterales de la puerta, por la Santísima Virgen y el Arcángel San Gabriel y en el centro por el jarrón de azucenas todos esculpidos en altos relieves en granito. En el paramento se abren tres ventanas rectangulares, coronada la central con un ligero frontón triangular, los vértices de su tímpano se adornan con flameros. Más arriba está un escudo y sobre los bastiones que enmarca la fachada se alzan acroteras de tipo herreriano.

En 1738 quiso recibir tierra en este templo el obispo de Plasencia don fray Francisco Lasso de la Vega, en un sepulcro que a sus expensas se construyó junto a las gradas del altar, y sus restos fueron trasladados varios años después al convento de San Pablo de Sevilla, donde había tomado los hábitos.41 El edificio ha sido utilizado para varios usos: colegio preparatorio militar (1888) y luego sede de instituciones docentes, en la actualidad colegio de María Paz Orellana.42

Podemos destacar entre los blasones que aún existen en el edificio, en los lienzos del claustro, uno de la ciudad de Trujillo (señal de su mecenazgo) y otro de los dominicos,43 orden a la que perteneció Fr. Laso de la Vega. En la cúpula, en la zona inferior que linda con el presbiterio, un blasón policromado con las armas de don fray Francisco Laso de la Vega y Córdoba, obispo de Plasencia desde 1721 a 1738. Trae un campo partido: 1º VEGA-en frange; 1º y 4º de sinople banda de gules perfilada de oro; 2º y 3º, de oro, AVE MARIA, de sable; 2º LASO (cuartelado en cruz); y 1º y 4º, escacado de plata y de sable; 2º y 3º de oro, tres bandas de gules, al timbre capelo y borlas.44 Un convento que a lo largo de su historia a gozado de privilegios eclesiásticos y reales.45

Al tiempo de realizar las obras en la Encarnación había hecho donación del mejor de sus coches, que era el grande forrado de terciopelo verde, con su guarnición de seda blanca, y el tiro de seis mulas con sus arreos correspondientes; afirmaba y ratificaba esta donación con la condición de que todo fuera vendido por sus testamentarios y su importe librado mensual o semanalmente a los obreros. Que estas obras fueron de ampliación de la primera fábrica, pues el monasterio de la Encarnación, en 1732, contaba con 243 años de existencia.46

En su Testamento47 el escribano testifica haber visto en una pieza baja de las casas de la habitación del Ilm° Sr. Obispo de Plasencia, el cadáver del mismo vestido con el hábito de religioso dominico, al que algunos frailes de su Orden estaban empezando a ponerle las vestiduras pontificales. Declara en el testamento el obispo ser dominico, proceder del Convento de San Pablo de Sevilla y haber sido obispo de Ceuta y luego de Plasencia. Manda que si muere en Plasencia sea enterrado en el convento de San Vicente (de la Orden de los dominicos). Si la muerte ocurriera en Trujillo (como así fue, en 14 de julio de 1738) manda que, revestido de ornamentos pontificales, sea expuesto su cadáver en la habitación de su casa48 sobre un tablado de poca altura, donde se celebrarán el mayor número posible de misas. Que se le entierre en el Convento de la Encarnación de Dominicos de Trujillo, en la sepultura que a este fin y a sus expensas tenía fabricada en dicha Iglesia a los pies de las gradas del Altar Mayor, cubriéndola con la lápida que también tenía allí preparada. Dispone todo lo relativo a sufragios. Si falleciere en otro pueblo dentro o fuera del Obispado, si solamente a tres leguas de Trujillo se traslade su cuerpo y se le sepulte en el convento dicho de Dominicos, y si la distancia era mayor se le enterrara en la iglesia parroquial del pueblo del fallecimiento. Que, en todo caso, y pasado el tiempo oportuno, se le traslade al convento de San Pablo de Sevilla, donde recibió el hábito de dominico.

Entre otros legados deja al dominico que le asistió en Sevilla, en Ceuta y en Plasencia los hábitos y la ropa interior de religioso, una casa completa, 300 ducados y el costo del viaje a Sevilla si a ella quiere volver, además de la fundación que tenía hecha a su favor sobre la parte de dehesa de Pozuelo de Herederos, según escritura otorgada en Trujillo en septiembre de 1730. Deja a medias a las catedrales de Plasencia y Ceuta todas las alhajas de su pontificado: pectorales, anillos, mitras, báculos, fuentes, salvillas, aguamaniles, vinajeras, vasos sagrados, palmatorias, punteros, albas, roquetes, corporales, ornamentos de todos los colores, libros pontificales, toallas, crismeras, capas, manteletas y mucetas. Lega mil ducados al Colegio de la Concepción de Trujillo de niñas huérfanas, para que construyan una iglesia en lugar del pequeño oratorio de que disponen. Dice que a sus expensas se terminó la citada iglesia de los dominicos de Trujillo, fundando además una dotación para los reparos de dicha iglesia, decencia y aseo de los ornamentos de la sacristía. Dice que a sus expensas se empezó y continuó la obra de los tres lienzos del claustro, sacristía y librería (biblioteca), los que ya se hallaban en buen estado y porque el tiempo de realizarse estas obras había hecho donación del mejor de sus coches que era el grande, forrado de terciopelo verde, con su guarnición de seda blanca y el tiro de seis mulas con sus guarniciones correspondientes, afirmaba y ratificaba esta donación con la condición de que todo fuera vendido por sus testamentarios y su importe librado mensual o semanalmente a los obreros que realizaban la terminación de las obras dichas. Deja dos mil ducados para que se repartan entre los pobres de su diócesis, con preferencia según la necesidad de estos. A todas las parroquias del Obispado lega mil ducados a prorrateo y con preferencia de las más pobres. A una huérfana de padre y madre, a quien se movió a caridad socorriéndola al ver su desamparo a poco de llegar al Obispado de Plasencia, llamada Josefa María, hija de honrada familia de Badajoz, educada que fue en el Convento de Jerónimas de Trujillo y (cuando testa) novicia en el de Santa Clara de Jaraicejo, le deja la dote, como había hecho con otras cuatro jóvenes pobres que fueron profesas en aquella villa. Deja todos los libros que tenía en sus palacios de Plasencia y Trujillo por igual a los conventos de dominicos de Sevilla y Guadix. También tiene la siguiente curiosa disposición: “A la viuda más pobre y necesitada del pueblo en que falleciere, le deja la cama íntegra de su uso cotidiano”. Manda que se vendan, a excepción del coche grande que ya le ha legado, todos los que tenía en Trujillo y en Plasencia con sus mulas, caballos, sillas y demás arreos. Las vidrieras y esteras del Palacio placentino manda que se den por mitad a las Capuchinas de Santa Ana (en la calle de los Quesos) y a los Padres Descalzos del Colegio de San Miguel.

No olvida consignar el estado en que encontró el Palacio episcopal de Plasencia y la manera cómo lo reparó. Y esta interesante cláusula: “Declaro que a mis expensas he fabricado los retablos. Y su talla que hice poner y sentar en la Ermita de Nuestra Señora del Puerto sita extra muros de la ciudad de Plasencia y el de la Capilla de Ntra. Señora de la Salud en la puerta que llaman de Trujillo de ella. Y habiendo sido mi ánimo y deseo dejar completas estas obras que principié, dorando dichos retablos, lo que hasta ahora no he podido practicar por haberme llevado la aplicación a otras obras que estaban pidiendo sus fábricas y conclusión, quiero y es mi voluntad que se doren a costa de los bienes y efectos que quedaren a mi fallecimiento, aplicándose mis testamentarios con el mayor celo y eficacia a que se doren en la mayor conveniencia que sea dable”.49

En su época (1721-1725) se edificó la actual ermita de la Salud de Plasencia sobre el solar de otra anterior. Sobre el arco que forma la muralla al final de la calle Trujillo se levanta esta significativa y popular ermita.50 En cada una de las puertas de la ciudad se colocaron Imágenes de la Virgen labradas en piedra. Con el tiempo, esta de la Puerta de Trujillo se convierte en pequeño templo, con parecido significado al de los Humilladeros serranos. Tuvo siempre carácter itinerante para ser contemplada al pasar sin necesidad de detenerse. A esto obedece la gran portada que mira a la ciudad y la ventana que se orienta hacia el río. Por debajo de esta puerta pasaban las huestes placentinas para tomar parte en las batallas de la Reconquista u organizar las razzias, famosas y frecuentes represalias de aquellos tiempos iniciales de la existencia placentina. A tan longeva dependencia obedece la forma de celebrarse la más arcaica de sus novenas religiosas. Los asistentes deben subir por una de las escaleras, de pie rezar las minúsculas plegarias, repetidas rítmicamente, y bajar por la escalera contraria. Las oraciones ahora utilizadas fueron compuestas por un devoto, que ofreció la novena al obispo Fray Francisco Laso de la Vega.

También en algunos momentos la sacristía de los faroles sirvió para asilo de peregrinos cuando habían desaparecido los hospitales o bien recalificado su dedicación. Con esta medida los forasteros llegados de la lejanía y pobres tenían asegurado un hospedaje fijo, aunque humilde. Se llegaba incluso a proporcionarles comida. El santuario es pequeño, de traza clásica, con pilastras toscanas, cuatro arcos y pechinas que sustentan la hermosa cúpula que cubre todo el recinto. La decoración es barroca, muy recargada, dorada, y transmite una sensación de riqueza que se completa con el retablo de la misma forma y estilo. Inicialmente existió otra capilla, acomodada a las dimensiones estrictas del cubo y las puertas de la muralla. El 5 de abril de 1721 comenzaron las nuevas obras, que quedaron terminadas en 1723. El obispo D. Francisco Laso de la Vega, el 2 de abril de 1725, bendijo la capilla y celebró la primera misa.

Pedro Casas y Souto, Antonio Carrillo Mayoral y Gregorio María López. Fotos: Cedidas
Pedro Casas y Souto, Antonio Carrillo Mayoral y Gregorio María López. Fotos: Cedidas

Plácido Bayles y Padilla, O. S. A (1743-1747)

A XP OO
MEMORIAE ET QUIETI
BAYLES Y PADILLA
ANTIKARIENSIS
EX ORDINE EREMITANO
VIRI DOCTRINA MORUM ABSTINENTIA INSIGNIS
EGENORUM ALTORIS
QUI
PRIMUM OSCENSIBUS DEIN PLACENTINIS PONTIFEX DATUS
ALTARI S. HUIUS EADIS RELIQUIIS ADSERVANDIS
MUNIFICE ERECTO ORANTOQUE
DE ECLESSIA PLACENTINA OPTIME MERITUS
HEIC CONDITUS EST.
DECESSIT TURGELLO XI KAL FEBRUARIAS
AN. M. DCC. XLVIII.
AVE SENEX PIENTISSIME ET VALE IN PACE.
IOSEPHUS BENAVIDES Y CHECA ANTIKARIENSIS
ANTISTES URBANUS
H. ECLLESI PLACENTINAE CANONICUS CANTOR
PIETATIS CAUSA
M. P.

Este prelado falleció en Trujillo.51 El traslado desde la iglesia de San Martín de Trujillo a Plasencia se verificó en el pontificado de don José Ignacio Rodríguez Cornejo en 1751; su cuerpo fue enterrado en el altar de las reliquias de la catedral placentina, donde está su escudo. El chantre Benavides Checa publicó este epitafio52 que no llegó a ponerse en la tumba del obispo, desconocemos las causas, quizá porque se le negó la autorización para ello.

Francisco Antonio de Lorenzana, cardenal (1765-1766)

D.O.M.
Franciscus Antonius de Lorenzana,
S.R.E. Presbyter Cardinalis
Supremun diem obiit die XVII aprilis
Anno Domini 1804. Vixit annos LXXXI
Menses VII.

Debo este epitafio a Tormo.53 Fue sepultado en la basílica de la Santa Cruz de Jerusalén. Allí permaneció enterrado hasta septiembre de 1956, en que sus restos fueron trasladados a la cripta de los arzobispos de México. Este prelado ocupó la sede placentina solamente dos años (desde el 16 de julio de 1765 hasta el 14 de abril de 1766), y fue trasladado a la sede arzobispal de México en la Nueva España. Nació en León en 1722, consiguió a los 28 años la Canonjía Doctoral de Sigüenza.54 En 1753 fue nombrado canónigo en Toledo y vicario general. En 1765 fue elegido obispo de Plasencia.

José González Laso Santos de San Pedro (1766-1803)

(ESCUDO)

D.O.M.
CINERIBUS MEMORIAQUE
ILLMO. D.D. JOSEPHI GONZALEZ LASO
HIJUS ECCLESIAE DOCTORALIS
DECANI ET EPISCOPI
IN AGRICOLIS FOVENDIS ORPHANIS
PUELLIS MARITANDIS
BIBLIOTHECIS NOSOCOMIIS
PINTIBUS VIIS PUBLICIS
ET AUGENDIS ET STRUENDIS MUNIFICENTISSIMI
JUSTITIAE ET DISCIPLINAE
CULTORIS AC VINDICIS
SCRIPTIS EXIMII
CONSILIORUM VIRI
MORIBUS VITA INTEGERRIMI
DEQUE SUA PLACENTINA ECCLESIA OPTIME MERITI
CAPITULUM HOC MOERODIS AC GRATITUDINIS MONUMENTUM DICAVIT.
IPSO OBITUS ANNO MDCCIII AETATIS SUAE LXXVI
PONTIFICATUS XXXVIII.

Inscripción existente en la catedral de Plasencia, en la capilla de la Asunción.55 Hay un detalle en el epitafio, y es que se lo dedicó el propio cabildo, no fueron sus familiares ni amigos. Fue uno de los pontificados más largos que ha conocido la diócesis placentina. Fue canónigo y deán de la Catedral placentina; fue Lorenzana quien influyó para que le sucediera en el cargo de obispo este vallisoletano. Realizó grandes obras de restauración en el Palacio Episcopal, reparó el camino al Santuario del Puerto, y construyó el paseo de Ronda.

El Ayuntamiento de la ciudad perpetuó su memoria con un sencillo monumento en la calle Trujillo, con la siguiente inscripción: “El Illmo. Sr. D. José González Laso Santos de San Pedro, Obispo de Plasencia, verdadero padre de los pobres, entre otras muchas grandes obras de puentes y caminos, hizo construir a sus expensas este paseo, y el M.N. y M.L. Ayuntamiento, en testimonio de su gratitud le consagra esta memoria. Año 1799”.

Falleció en Plasencia en enero de 1803.

Antonio Carrillo Mayoral (1815-1825)

(ESCUDO)
D. O. M.
IACET HIC VIR SANGUINE NOBIL.
VIRTUTIBUS PRAEDITUS
DIGNITATE VENERABILIS
I.D.D. ANTÓN. CARRILLO MAYORAL
IN MAIORI STI. ILDEPHONSI COMPLUTENSIS
COLEGIO SODALIS OLIM
POSTMODUM ANTIQUIENS. ECCAE. DOCTORAL
ET PRIMICERIUS ET DECANUS
AD HANC PLACENTINAM
SEDEM EPISCOPAIEM
PROMOTUS
DE ALTARI ET THRONO HISPANORUM
OPTIME MERITUS
AERUMNIS TANDEM AC LABORIBUS FRACTUS
ANNI MDCCCXXV
EATATIS SUAE LXXX CIRCITER
PONTIFICATUS SUI XI
PLACEAT DEOHOC SUORUM FAMILIARUM
GRATITUDINIS
MONUMENTUM
ANNUENTE CAPITULO

Laude sepulcral existente en la capilla de las reliquias de la catedral de Plasencia. Don Antonio Carrillo fue alumno en el Colegio Mayor de San Ildefonso de Alcalá de Henares, doctoral de Antequera y chantre y deán de la Catedral de Calahorra. Fue nombrado obispo de Plasencia a sus 60 años.56

Cipriano Sánchez Varela (1826-1848)

(Cruz y escudo)

AQUÍ YACEN LOS RESTOS
DEL ILLMO SEÑOR
DON CIPRIANO VARELA
DIGNÍSIMO OBISPO QUE FUE
DE PLASENCIA,
DEL CONSEJO DE SU MAJESTAD
Y SEÑOR DE LA VILLA DE JARAICEJO.
FALLECIO EN CADIZ
EL 1 DE MARZO DE 1848.
A LOS 71 AÑOS Y MEDIO
DE EDAD
Y 22 DE HABER GOBERNADO
LA DIÓCESIS.
SU CADÁVER EMBALSAMADO
FUE TRASLADADO A ESTA SANTA IGLESIA
CATEDRAL EN 5 DE MAYO DEL MISMO AÑO.
RUEGEN A DIOS POR SU ETERNO DESCANSO.

Laude funeraria de la capilla de las reliquias en la catedral de Plasencia. Nació en El Escorial en 1776, su padre era maestro de cañerías y fontanerías del Real Monasterio. Estudió en el Colegio de San Lorenzo y después finalizó sus estudios en el Colegio de San Bernardino de Toledo. En 1803 asciende al presbiteriado y es nombrado coadjutor y párroco de Valdecaballeros.

Gregorio López de Zaragoza (1864-1869)

D.O.M
HEIC CIÑERES IACENT AETERNUM VITA DONANDI
OPTIMI PRAESULIS PLACENTINI
GREGORII LOPEZ DE ZARAGOZA
QUI
VIVENS AC MORIENS
OMNIBUS VIRTUTIBUS INSIGNIS
DEO ET HOMINIBUS CARUS
OBIIT IN OPPIDO SERRADILLA
V. NONAS MAI. AN. MDCCCLXIX.
AE. R. IN. P.

Laude sepulcral colocada en la capilla de la Asunción de la Catedral de Plasencia. Este prelado sevillano reformó los Estatutos Capitulares. Fue el autor de la edificación del Seminario junto a la Catedral. Murió el 3 de mayo de 1869 en Serradilla. Su cadáver se trasladó a Plasencia y, conforme a sus deseos, se le enterró en la Capilla de la Asunción de la catedral placentina.

Pedro Casas y Souto (1876-1906)

D. U. T.
EL DOCTOR
DON PEDRO CASAS Y SOUTO
NATURAL DE SOBRADOS (ORENSE)
OBISPO DE ESTA DIÓCESIS
FALLECIO SANTAMENTE EN SU
CASA PALACIO A LAS 8 Y 10 MINUTOS
DE LA NOCHE DEL 25 DE JULIO DE 1906,
CONTANDO 79 AÑOS 9 MESES Y 11 DIAS DE EDAD.
Y DESPUÉS DE 30 AÑOS Y 5 MESES DE UN
PONTIFICADO EN QUE CON EL EJEMPLO
Y LA PALABRA FUE MODELO DE PASTORES
PADRE D ELOS POBRES Y MARTILLO
DEL LIBERALISMO SIENDO POR
ELLO ADMIRADO DE PROPIOS
Y EXTRAÑOS Y TEMIDO DE LOS
QUE ANDAN EN LAS TINIEBLAS Y EN
LA SOMBRA DE LA MUERTE SE SIENTAN.
DESDE EL CIELO VELA POR SU AMADA
GREY PLACENTINA Y POR EL TRIUNFO
DE LA FE CATOLICA
R.I.P

Inscripción colocada sobre el sepulcro del prelado, en la capilla de la Asunción de la Catedral placentina.57 Nació en el pueblo gallego de Sobrados (Orense), se doctoró en 1826 en Sagrada Teología en Toledo, fue nombrado a los 32 años catedrático de Dogma en el Seminario de Orense. En 1875 fue nombrado obispo de Plasencia. Consagró la Diócesis al Sagrado Corazón de Jesús (1886) y fundó el Colegio de Huérfanos de la Constancia. Durante su mandato episcopal se reunió en Plasencia la Conferencia Episcopal de la provincia eclesiástica, en lugar de hacerlo en Toledo, por la grave enfermedad que aquejaba al prelado. Murió el 25 de julio de 1906.

Francisco Jarrín Moro (1907-1912)

(escudo)
EL ILTMO SR. DR.
D. FRANCISCO JARRIN Y MORO
OBISPO DE LA DIÓCESIS
FALLECIO EN SANTA PASTORAL VISITA
EN EL PUEBLO DE IBAHERNANDO
EL DIA 3 DE NOVIEMBRE DE 1912
R.I.P
PASO POR EL MUNDO HACIENDO EL BIEN
(cruz)

Lápida de la capilla de la Asunción de la Catedral de Plasencia, colocada en su sepultura junto a la de su predecesor Casas y Souto. Procedía de tierras salmantinas, ejerció como catedrático en la Universidad de Salamanca para ocupar la vacante placentina. Durante su episcopado se inauguró como institución benéfica la Caja de Ahorros y Monte de Piedad, logrando terminar con la usura, que constituía un problema social en aquellos años.

Manuel de Torres y Torres (1913-1914)

(ESCUDO)

HIC IACENT EXUVIAE
ILLMI. AC. REVDMI. D. DRIS.
EMMANUELIS DE TORRES ET TORRES
CORDUBENSIS
HIJUS DIOECESEOS VIGILANTISSIMI PRAESULIS
OBIIT IN OPPIDO VULGO ALBA DE TORMES
DUM SANCTAE THERESIAE CORPUS INVISURUS
PEREGRINARETUR IV IDUSS JULII ANNI DOMINI
MCMXIV
AETATIS SUAE SEXAGESIMO QUINTO
PONTIFICATUS VERO MENSE SÉPTIMO
CONSUMMATUS IN BREVI EXPLEVIT TEMPORA MULTA
R.I.P.A.

Lápida funeraria existente en la capilla de las reliquias de la catedral placentina.


1 Benavides Checa, J. ‘El Fuero de Plasencia’, Roma, 1896, p. 215.
2 Solano de Figueroa, J. ‘Historia Eclesiástica de la Ciudad y Obispado de Badajoz’, I parte, tomo IV, Badajoz, 1935, p. 143. Alonso Fernández. ‘Historia y Anales de la ciudad y obispado de Plasencia’. 3 Tomos, Cáceres, 1952, p. 93.
3 Díaz Cassou, P. ‘Serie de los obispos de Cartagena’, Madrid, 1895.
4 Flórez, E. ‘España Sagrada’, tomo XXVII, págs. 541-542. ‘España Sagrada’. Vol II. Editorial Revista Agustiniana. Madrid, 2001.
5 Alonso Fernández, op. cit, p. 95.
6 Ughello, F. ‘Italia Sacra’. Roma, 1674, Tomo I, columna 170.
7 Benavides Checa, J. ‘Prelados Placentinos, notas para su biografía y para la Santa Iglesia Catedral de Plasencia’. Plasencia, 1907, pp. 14 y 36.
8 Véase Gómez Canedo, L. ‘Don Juan de Carvajal, un español al servicio de la Santa Sede’. Instituto Jerónimo Zurita, Premio Menéndez Pelayo (Madrid, 1947). Naranjo Alonso, C. ‘Trujillo, sus hijos y monumentos’, Trujillo, 1983, pág. 308, 3ª edic.
9 Alonso Fernández copió ambas lápidas, op. cit, p. 106, pero en la segunda de las lápidas se limitó a los cuatro primeros versos, cambiando en el tercero el sustantivo ‘Baetis’ por ‘Xeretum’. Ughello, que vio la lápida, escribió ‘Baetis’, y me atengo a su versión. Ughello, op. cit., tomo I, columna 170.
10 Allí la vio Elías Tormo en 1943. Tormo, E. ‘Monumentos de españoles en Roma y de portugueses e hispanoamericanos’. Madrid, 1943.
11 El cardenal Besarion, de origen griego (Constantinopla), elevado al rango de cardenal, trabajó en Florencia para dar a conocer el espíritu de la filosofía platónica, que reemplazará a la de Aristóteles, en auge durante la Edad Media. Fueron Marsilio Ficino y los humanistas platónicos de Florencia, los que, continuando la tradición de Besarion y otros griegos exiliados de Bizancio, formaron el espíritu del Renacimiento.
12 Tormo, E. ‘Monumentos de españoles en Roma y de portugueses e hispanoamericanos’. 2º ed. Madrid, 1943.
13 María de Alboraya, D. G. ‘Historia del Monasterio de Yuste’, Madrid, 1906, p. 73.
14 Ramos Rubio, J. A. ‘Yuste Imperial (Cuadernos Populares)’, Editora Regional de Extremadura, Mérida, 1993.
15 Véase Fr. Alonso Fernández, op. cit., p. 168.
16 Ughello, op. cit., tomo I, col. 95-96.
17 López Sánchez-Mora, M. ‘Episcopologio. Los obispos de Plasencia, sus biografías’. Badajoz, 1986. pp. 27 y 28.
18 García y García, A. ‘Synodicon Hispanum’. B.A.C. Madrid, 1990.
19 Ambrosio Morales. ‘Plasencia y sus Antigüedades’. Madrid, Manuscrito de la Biblioteca Nacional, núm. 1223. Citado también por Sendín Blázquez, J. ‘Las catedrales de Plasencia’, Cáceres, 2003, p.155.
20 La transcripción de la segunda inscripción se encuentra en el ‘Catálogo de la Provincia de Cáceres’, tomo II, pág. 297, de Mélida; trae confusa la fecha del fallecimiento del obispo, pues Mélida indica el 1 de enero de 1573, cuando en realidad fue el 17. Mélida, J. R. ‘Catálogo monumental de España. Catálogo Monumental de la provincia de Cáceres y Badajoz’. 2 tomos. Láminas. Madrid, 1914-1916. Tomo II, p. 297.
21 Andrés Martínez, G. ‘Carta de Pedro Ponce de León, obispo de Plasencia, a Felipe II sobre las reliquias y librerías de su obispado y sus actividades literarias’. Badajoz, Diputación Provincial, 1967.
22 Alonso Fernández, op. cit., p. 257. Correas, J. ‘Anales del obispado de Plasencia’, manuscrito del Fondo Paredes en la Biblioteca Provincial de Cáceres.
23 López Sánchez-Mora, op. cit., p. 47.
24 Díaz Cassou, P. ‘Serie de los obispos de Cartagena’, Madrid, 1895.
25 Solano de Figueroa, op. cit., Segunda Parte, tomo III, p. 50.
26 Núñez Marqués, V. ‘Guía de la catedral de Burgo de Osma y breve historia del obispado’. Burgo de Osma, 1949.
27 Argaiz, G. ‘Soledad Laureada’. Tomo VII, Madrid, 1756.
28 Benavides Checa, J. ‘Provisores de Plasencia’, manuscrito existente en la biblioteca del Seminario Diocesano, núm. 170.
29 Benavides Checa, J. en su obra citada ‘El Fuero de Plasencia’ (pág. 213), se equivoca al considerarle natural de la diócesis placentina, pues Garrovillas pertenece al obispado de Coria-Cáceres. Lo que sí es cierto es que falleció en Casas de Millán (diócesis de Plasencia) el sábado 22 de septiembre de 1703.
30 Ofrecemos la versión castellana del epitafio latino (desaparecido) del prelado, hecha por el analista sevillano Zúñiga y recogida por Morgado. Alonso Morgado, J. ‘Prelados sevillanos’. Sevilla, 1904, p. 630.
31 Obras de reconstrucción del Palacio Episcopal, 1717. Archivo Catedralicio de Ceuta. Plaza de Africa.
32 Terminado el gran cerco se transforma la ciudad. Primero por necesidades de índole militar; luego por la epidemia de peste que la asoló en 1743-1744 y que tuvo efectos urbanísticos demoledores, a causa de la creencia de que el fuego purificaba los edificios en que habían sido albergadas las víctimas.
33 Xiques, J. ‘Episcopologio de Ceuta’. Boletín de la Real Academia de la Historia, Madrid, XVIII (1891).
34 Protocolo de Pedro Rodas Serrano, año 1738. Número 242. Folios 62 r- 95 vº. Lo había otorgado el 15 de agosto de 1732; la primera memoria consta de 12 de junio de 1733, y la segunda memoria de 22 de diciembre de 1735. El definitivo, con las cláusulas incluidas, consta de julio de 1738. Archivo Municipal de Trujillo.
35 Se encuentra en el Libro I de Difuntos de la iglesia parroquial de San Martín de Trujillo, fol. 199 vº. Firmado por el párroco don Gil Guerrero.
36 Tena Fernández, J. ‘Trujillo histórico y monumental’, Alicante, 1967, pp. 555.
37 Libro Capitular de diciembre de 1731. Archivo Municipal de Trujillo.
38 Protocolo de Pedro de Rodas Serrano, fechado el 3 agosto 1732. Archivo Municipal de Trujillo.
39 5 de abril de 1734, Acta del Concejo. Archivo Municipal de Trujillo.
40 Libro de Cuentas de la Fábrica de la Ermita de Santa Ana (1772-1817) custodiado en el archivo parroquial de Santa María la Mayor de Trujillo.
41 Alonso Morgado, J. ‘Prelados sevillanos’, Sevilla, 1904, p. 630.
42 Ramos Rubio, J. A. ‘La atención a la educación en Trujillo entre los siglos XV al XIX’. Actas del II Encuentro sobre la Educación en Extremadura. Consejería de Educación, Ciencia y Tecnología. Junta de Extremadura. Mérida, 2000, pp.79-92. ‘La Educación en Trujillo’. Revista Campo Abierto. Facultad de Educación de la Universidad de Extremadura, núm. 19, 2001, pp.123-141.
43 Entre los dominicos más importantes que se dieron cita en el Convento podemos citar, entre los primeros, a fray Felipe de Meneses, natural de Trujillo, de la rancia nobleza de su apellido. Fue catedrático de la Universidad de Alcalá de Henares y prior de los conventos de Toledo y Segovia, definidor general de la Orden Provincial. Escribió dos libros, ‘Luz del alma’ y ‘De los Santos Sacramentos’. Fue diputado por Felipe II para reformar la Orden la Merced en Galicia, en cuyo Ministerio santamente murió, siendo enterrado en el Convento de Santa Marta.
A fray Diego de Chaves, como el anterior, natural de Trujillo y de una de las más linajudas familias. En la Historia de España su personalidad tiene alto relieve. Ingresó en la Orden hacia 1525. Estudió en Salamanca y Sevilla. Sustituyó en la Cátedra de Prima a fray Pedro de Soto cuando marchó al Concilio de Trento. Fue confesor del príncipe don Carlos y de la Reina Isabel de la Paz. Muertos estos, se retiró al convento que su Orden tenía en la Vera de Plasencia, de donde le sacó Felipe II para que fuera su confesor. Murió en el Convento de Santo Domingo el Real, de Madrid, en junio del 1592.
A fray Pedro Xaque. Procedía de la Provincia religiosa de Andalucía y se distinguió en la defensa del pleito que el convento trujillano sostuvo con el obispo de Plasencia don Gutierre de Vargas Carvajal, sobre una Capellanía con cargo a la dehesa de la Torre de Gonzalo Díaz, que fundó el bachiller Sahagún de Díaz, hijo de Diego González de Trujillo, y cuyo patronato cedió al Convento de la Encarnación Gonzalo Pizarro, hijo de Sancho Pizarro. La fundación consta en el testamento que el bachiller Sahagún otorgó en Alba de Tormes en 1451, mandando se dijesen dos misas cada día, una en Santa María la Mayor y otra en San Martín. Este pleito es de lo más curioso, y a veces cómico, que he leído. Desde entonces a la mencionada dehesa, que hoy es de los herederos de doña Margarita de Iturralde, se la conoce con el nombre de ‘Las Capellanías’, con las incidencias de este famoso litigio. En Roma, donde fray Pedro Xaque actuó como defensor de los intereses de su Orden, fue tan estimado por Clemente VII que lo nombró obispo de Talesio, en Italia. Andando el tiempo volvió a España y asistió en el Arzobispado de Toledo a la cura de almas en Illescas, donde murió y fue enterrado.
Y a fray Vicente Valverde. Merece especial mención este religioso dominico del Convento de la Encarnación porque fue el superior de los otros cinco que con él acompañaron a Francisco Pizarro en 1530 a la conquista y civilización del Perú y de las tierras suramericanas. Conocida es su actuación religiosa, rodeada de leyendas que no nos hemos de entretener ahora en someter a la crítica, en la conquista de Cajamarca y en la prisión y muerte del Inca Atahualpa. Fue el primer obispo de Cuzco. Murió en el ejercicio de su ministerio, náufrago en las aguas oceánicas. Su memoria siempre gloriosa tiene quilates de altísimos méritos ante Dios, ante España y ante los pueblos peruanos, donde abrió el surco de la regeneración cristiana, sembrando la semilla de la fe en millares de infieles. Tena Fernández, op. cit.
44 Cordero Alvarado, P. ‘Guía monumental y heráldica de Trujillo’. Cáceres, Ed. María Maestre, 1996.
45 Inocencio VIII indulgencia a cuantos favoreciesen las limosnas la construcción del edificio. Paulo III concedió a este convento dominico salir solo sin cruz parroquial con la procesión del Santísimo Sacramento en la Dominica Infraoctava del Corpus Cristi por las calles y plazas de la ciudad.
Isabel la Católica concedió a dicho monasterio poder nombrar que seis exclusados en ciudad, villa o lugar donde a los dominicos mejor les pareciese fueren libres y exentos de pagar moneda forera ni otro pecho; su fecha: 9 septiembre 1484, confirmado por la misma reina en Córdoba el 22 del mismo mes y año. Siguió confirmado este privilegio por Carlos V en Burgos en 10 de diciembre de 1527, y por Felipe II en Madrid el 9 de marzo de 1561.
46 En 1466 la Orden de Santo Domingo fundó un convento bajo la advocación de Santa Catalina de Siena en el berrocal trujillano, al sitio de la actual huerta de Papanaranjas. Los dominicos habitaron este convento durante 23 años. En 1489, accediendo a ruegos del Concejo, que deseaba facilitar a los trujillanos los bienes de ciencia y virtudes en que los dominicos eran notables maestros y preciados ejemplares, se trasladaron estos a un alcacer, terreno de pan llevar, extramuros de la ciudad, donde habían levantado nuevo monasterio. El Concejo les había donado este solar. Este convento se llamó de la Encarnación y de él tomó su nombre el lugar de su emplazamiento. Su traslado desde Santa Catalina fue autorizado por bula de Clemente VIII dada en 1489. Tena Fernández, J. ‘Trujillo, histórico y monumental’, Alicante, 1967, pp. 119-120.
47 Protocolo de Pedro Rodas Serrano, año 1738. Número 242. Folios 62 r- 95 vº. Lo había otorgado el 15 de agosto de 1732; la primera memoria consta de 12 de junio de 1733 y la segunda memoria de 22 de diciembre de 1735. El definitivo, con las cláusulas incluidas, consta de julio de 1738. Archivo Municipal de Trujillo.
48 Su casa se encontraba en la actual calle del Doctor de la Parra, donde aún se contempla un magnífico balcón de esquina y una portada flanqueada por dos columnas que dan acceso a un hermoso claustro herreriano.
49 Testamento, op. cit.
50 López Sánchez-Mora, M. ‘Episcopologio. Los obispos de Plasencia, sus biografías’. Caja de Ahorros de Plasencia. Los Santos de Maimona, 1986.
51 “En la ziudad de Truxillo en veinte y quatro dias del mes de henero año de mill setecientos y quarenta y siete fue depositado en el altar mayor de esta iglesia parroquial el cuerpo del Illmo y Rmo. Sr. D. Plazido Vailes y Padilla, obispo que fue deste Obispado y antes lo fue del de Guesca. Rezibio los santos sacramentos otorgo testamento en virtud de la vula pontificia en la ziudad de Plasenzia en los dos de febrero del año pasado ante Juan de Olibas, escribano del rey nuestro Señor y vecino della, deposito fue otorgado ante Pedro de Figueroa escribano del numero desta ziudad por mi según y en la conformidad que en el consta. Y para que noste lo firmo, Joseph Jerónimo de Ollauri”. ‘Libro de Difuntos’. Archivo parroquial de la iglesia de San Martín de Trujillo, número II, fol. 52 vº.
52 Benavides Checa, J. ‘El Fuero de Plasencia’, op. cit., p. 216.
53 Tormo, E. ‘Monumentos de españoles en Roma y de portugueses e hispanoamericanos’. Tomo I. Madrid, 1943, p. 54.
54 Gregorio Marañón le tributó numerosos elogios. Marañón, G. ‘Elogio y nostalgia de Toledo’. Madrid, 1960.
55 Está traducida al castellano por Sendín Blázquez, op. cit., p. 159, donde consta la dedicatoria del sepulcro por parte del Cabildo en recuerdo del prelado y las obras benéficas y artísticas que realizó como la erección y fomento de bibliotecas, hospitales, fuentes y vías públicas en Plasencia.
56 Lopez Sánchez-Mora, op. cit., p. 74.
57 Portabales Nogueira, I. ‘Vida y pontificado del Ilmo. Sr. D. Pedro Casas y Souto’, Lugo, 1911, p. 271.

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