En línea con mis artículos anteriores de poner en valor el patrimonio cultural de las Vegas Bajas, os traigo en esta ocasión a un pintor extremeño, hornachego de nacimiento, extremeño-catalán durante muchos años y pueblonuvense ahora, en su periodo de jubilación por llamarlo de alguna manera, porque Pedro Castaño al que muchos de vosotros ya conocéis, sigue tan activo o más que en su etapa laboral.
Al entrar en su casa ya se percibe que allí hay arte, ¡y mucho! En sus paredes cuelgan numerosos cuadros que dan buena cuenta de que nos encontramos en el territorio de un artista, además de un artista muy prolífico y con una ingente producción pictórica, “con varios miles de cuadros” en sus pinceles, insiste Pedro.
Procedente de Hornachos, llegó con apenas 3 años a Pueblonuevo del Guadiana para junto con su familia, ocupar una casa y una parcela del recién estrenado Plan Badajoz. Aquí pasará su infancia, juventud y los inicios de una madurez que, como a tantos otros de nuestros paisanos, le llevó a tierras catalanas en busca de trabajo y del porvenir que nuestra tierra le negaba.
Aunque, a decir verdad, al marcharse a Cataluña ya llevaba germinalmente su proyección hacia el mundo de la pintura. Recuerda con cariño y cierta melancolía que el párroco de la localidad, don Antonio Amaya, fue uno de los que hizo que en él despertase el amor al trazo, a la perfección y al rótulo. A Pedro le impresionaba esa suerte de arte caligráfico que los colegiales de aquellos años cultivaban con pluma y tintero, ¡qué pena que se esté perdiendo el cultivo de la caligrafía!
Pintor con estilo propio, aunque reconoce la influencia sobre todo, del maestro valenciano Sorolla, del catalán Martínez Lozano y por supuesto, del inmortal van Gogh del que Pedro se considera un ferviente admirador. Califica su pintura como neoimpresionista. Con un trazo rápido, sin perfilar, de pincelada ágil pero precisa, logra que sus cuadros trasmitan un gran movimiento y dinamismo que les otorga a todos ellos una personalidad propia y en los que la figura humana está permanente presente a lo largo de toda su producción.

Se mueve con inusual soltura en formato grande, de grandes dimensiones y sobre diferentes soportes. Nos podemos encontrar cuadros suyos plasmados en papel, lienzo, lino, cartón, algodón,… lo que le hace ser un pintor muy polivalente. Utiliza los tres colores básicos y primarios a los que califica como la base fundamental de toda la pintura.
Pero, además de su dedicación profesional a la pintura, también realiza sus incursiones en el arte de la escultura con el hierro y la forja y como prueba de ello podemos encontrar algunas de sus obras en Fuente de Cantos o en Pueblonuevo del Guadiana, localidad esta última en la que tiene a la vista varios proyectos que en breve llevará a cabo.

A lo largo de esta extensa trayectoria artística, Pedro Castaño cuenta con numerosos premios, honores y distinciones. En la entrevista le insisto para que me diga de cuál se siente más orgulloso pero para él, y es de comprender, es difícil quedarse solo con alguno de ellos. Medalla de Oro de Hornachos, su pueblo natal y en el que cuenta también con una calle dedicada a su persona y con cuyo Ayuntamiento tiene comprometido la creación de un espacio museístico en el que se exponga una muestra permanente de toda su obra pictórica y escultórica.

Ha expuesto en numerosas localidades españolas y en algunas europeas. Sus cuadros han viajado a diferentes lugares del mundo y su producción continúa despertando interés dentro del mercado nacional e internacional.

Las exposiciones que próximamente tiene agendadas las podremos visitar en Valverde de Leganés, en la que el autor nos ofrecerá un amplio catálogo de trabajos sobre paisajística extremeña y ya en enero, en El Corte Inglés de temática cinegética.

La conversación da para mucho y va derivando hacia temas no estrictamente pictóricos peso sí linderos con la cultura en general. Pedro suspira porque las administraciones apuesten fuertemente por la cultura, porque den cauce y oportunidades a que los artistas (pintores, escritores, escultores, diseñadores y creadores en general) desarrollen todo lo que llevan dentro, a que compartan su arte, sus inquietudes, su creatividad, su ingenio. ¡Qué grande serían estos espacios de solidaridad artística! Él dice “estar dispuesto” a llevar toda su bagaje y experiencia allá donde se le solicite. “Tenemos que unirnos los artistas” continúa, y hacer que la cultura sea el motor que fortalezca las sociedades y los pueblos. La cultura debiera ser un faro que sirviese de guía a la vida de nuestros pueblos, es la base de la convivencia, de la tolerancia, de las expectativas, de las ansías de superación.
Para todo esto y para más da de sí la visita y la conversación con este pedazo de artista. Gran conversador con muchas cosas que contar y que, a buen seguro, darán para una segunda entrevista. Se me quedan muchas otras cosas en la “paleta”, nunca mejor dicho, pero prometo volver a visitar a este artista que a pesar de su extensa trayectoria continúa ofreciéndonos un futuro muy prometedor y cargado de proyectos.
¡Gracias por abrirme las puertas de tu estudio y de tu casa!
Hasta la próxima.