Rafael Ballesteros Torres
Asociación Española de Soluciones Integrales con Diseño Universal (Aesidu)
La aplicación del diseño universal como paradigma de accesibilidad en el diseño y construcción de la vivienda supone dar prioridad real a la salud de las personas en todos sus conceptos y elementos, creando oportunidades en el entorno edificado y social para que sus habitantes puedan ser físicamente activos en su vida cotidiana, sea cual sea su capacidad funcional.
Los edificios y sus viviendas accesibles son aquellos que se adaptan a las necesidades de las personas que viven en ellos, no presentan barreras en su entorno y permiten que las personas, sea cual sea su capacidad funcional, puedan utilizar plenamente sus hogares.
“Pasamos el 90% de nuestro tiempo en el interior de los edificios, dos tercios en viviendas habituales”
Nuestra hipótesis de partida considera la vivienda como un ente vivo; se trata de una edificación con un entorno interior y exterior que ofrece a las personas habitar en un espacio confortable, enfocado a su bienestar, caracterizado por ser saludable y accesible; lo que podemos llamar una vivienda activa.
A su vez, debe contemplar la evolución vital de las personas, especialmente el envejecimiento, para que puedan continuar manteniendo el máximo grado posible de autonomía personal.
Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos la vivienda constituye la base de la estabilidad y la seguridad de los individuos y las familias. Es el centro de nuestra vida social, emocional y a veces económica, y debería ser un santuario donde vivir en paz, con seguridad y dignidad.
“Disfrutar del uso de una vivienda adecuada es un derecho humano, más que la posesión de una mercancía”
La antítesis de la vivienda activa es la pasiva, que hasta la fecha es la más frecuente. En una vivienda pasiva el espacio no está pensado para mejorar la vida de las personas que lo habitan, sino para atender distintos criterios funcionales, economicistas, de seguridad, de resistencia de materiales, de limpieza, de mantenimiento, etc.
La vivienda activa trata de fomentar para las personas:
- Su libertad en el movimiento, adaptando el diseño a sus condiciones funcionales y cognitivas, para garantizar su estilo de vida
- Su conexión emocional, entendiendo cómo el espacio afecta a las emociones, los pensamientos y las conductas
- Su estado de ánimo, percepción, sensaciones, reacciones, cómo se activan los sentidos cuando se accede a ellas
Las personas reciben la información del medio que les rodea a través de los sentidos, que les permiten interaccionar con otras personas y, en este caso, con su vivienda, apreciando la belleza, las incomodidades, los placeres y los miedos. El elemento básico de diversidad funcional considera que todas las personas no perciben esta información del mismo modo:
- Con la vista percibimos la luz que atraviesa las ventanas, los colores y cómo se reflejan en diferentes tipos de superficies
- Con el oído podemos escuchar el sonido de un surtidor de una fuente de agua, música, etc.
- Con el olfato podemos oler los materiales, su antigüedad, limpieza, que la ventilación es correcta, etc.
- Con el tacto percibimos la textura de los materiales, podemos tocar las superficies y tener ciertas reacciones
La ubicación de ventanas y puertas, la iluminación, los ángulos de las paredes y del mobiliario, los colores, las texturas, los espacios abiertos, los sonidos, y elementos de apoyo espaciales para facilitar la orientación, entre otros muchos, son algunos de los componentes en los que se basa la nueva visión de la vivienda activa.
Su función es crear espacios para la felicidad, el bienestar, la productividad y la calidad de vida de las personas que las habitan.
El Modelo SOLIDUN, aplicado a la vivienda, quiere dar respuesta a tres cuestiones fundamentales que nos plantea la diversidad funcional de las personas:
- ¿Cómo se va a diseñar y construir la vivienda, considerando las capacidades de los usuarios y propietarios?
- ¿Qué tienen que incorporar las promotoras y constructoras para mejorar su oferta de servicios y productos a sus usuarios y propietarios?
- ¿Por qué tienen que considerar las capacidades de las personas para relacionarse con ellas, teniendo claro su propósito y estrategia?
Existe un vínculo directo entre salud y vivienda. Las condiciones de habitabilidad influyen en gran medida en la salud, el bienestar y la calidad de vida, tanto de forma individual como colectiva.
La Organización Mundial de la Salud considera que la vivienda es un agente de la salud de sus moradores, entendiendo que ha de brindarles protección y seguridad, promoviendo el desarrollo de la vida personal y familiar, con aspectos que definen su adecuada habitabilidad: ventilación, calidad del aire, aislamiento térmico y climatización, luminosidad, ausencia de humedades, limpieza, y ausencia de ruido.
Desde la perspectiva de la accesibilidad, los principales aspectos a considerar son:
- Maniobrabilidad, el desplazamiento en línea recta, la rotación, el giro, franquear una puerta, y la transferencia para instalarse en una silla de ruedas o abandonarla
- Desniveles
- Alcance manual, visual o auditivo
- Control, equilibrio y manipulación
- Integridad y seguridad espacial cognitiva
Las limitaciones en las actividades de la vida diaria durante el envejecimiento representan la consecuencia más adversa de los problemas de salud que típicamente padecen las personas de avanzada edad: fragilidad, artritis, diabetes, osteoporosis, problemas de memoria, tendencias depresivas o problemas de corazón. Estas limitaciones son la mayor amenaza a la calidad de vida y la posibilidad de envejecer en casa.
Los cambios en el entorno también pueden provocar cambios en este esquema, al reducir el umbral de inaccesibilidad, provocando como consecuencia que la autonomía de las personas se pueda mantener durante más tiempo al reducir la demanda del entorno, disminuyendo el número de personas con problemas de accesibilidad.
La adecuación del entorno a las personas es un aspecto crítico para el envejecimiento; entornos acogedores y que prestan apoyo cuando se produce la disminución de la capacidad funcional ayudan a mantener la salud en general, la independencia y el bienestar en la vejez.
Una vivienda que aplica el diseño universal proporciona a las personas:
- Mantenimiento, referido a la constancia y predictibilidad del entorno. El hogar lo ofrece a través de su contexto familiar y no restrictivo, patrones, significado personal y autonomía
- Estimulaciones, importantes dada la cantidad de tiempo que las personas mayores pasan en el hogar
- Apoyo, referido a la capacidad del entorno del hogar para ayudar a compensar la pérdida o reducción de capacidades funcionales
“Las limitaciones a una vida activa están directamente vinculadas a las barreras en la vivienda, siendo un riesgo manifiesto para las personas, especialmente las mayores”
