El 8 de octubre se conmemora el Día internacional de la dislexia, un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura, de carácter persistente y específico, cuyo rasgo principal es una dificultad de específica y significativa en el desarrollo de las habilidades para la lectura y escritura, que no puede explicarse únicamente por la edad mental, problemas de la precisión visual o una escolarización inadecuada, y que afecta a un 10% de la población mundial.
Con este motivo los edificios del Congreso de los Diputados, el Senado, el Ministerio de Educación, la Puerta del Sol, la Cibeles y cientos de Ayuntamientos de España se iluminan de turquesa, para dar una mayor visibilidad a este denominado ‘trastorno invisible’. Así mismo, los embajadores que apoyan la campaña ‘Unidos por la dislexia’ se darán cita en la ‘Fachada de los Leones’ del Congreso de los Diputados, para fotografiarse con la sede de las Cortes Generales iluminadas de color turquesa.
La campaña ‘Unidos por la dislexia’ se creó en 2008 con el objetivo de dar visibilidad a este trastorno de aprendizaje y poner en marcha una recogida de apoyos de los Gobiernos para que la ONU declare este Día como mundial. En este sentido la labor de diferentes organizaciones de dislexia ha hecho posible que ya se cuenten con más apoyos de los solicitados, para que una comisión de diferentes países pueda trabajar en esta declaración internacional.
La principal reivindicación de la Federación Española de Dislexia es que se recuperen las becas que otorgaba el Ministerio de Educación y Formación Profesional a las personas con mayores dificultades económicas, de manera que puedan tener acceso al tratamiento que se requiere, vital para evitar su fracaso y abandono escolar.