Con el aforo permitido completo el Teatro Romano de Mérida ha acogido el concierto del Stone & Music Festival de Estopa dentro de su gira ‘Fuego’, en una fecha tan señalada como el Día de Extremadura.
El dúo entró en el escenario con el público ya rendido a sus pies, y David y Jose derrocharon autenticidad en sus canciones, coreadas por los asistentes. Arrancaba el espectáculo con el mítico ‘Tu calorro’, al que siguieron ‘Fuego’, ‘Tragicomedia’ y ‘Vacaciones’.
Son los reyes de su género, la rumba catalana, desde hace 20 años, como refleja otro de sus temas más reconocidos, ‘Partiendo la pana’. También triunfaron entre el público ‘La raja de tu falda’, ‘Cuando cae la Luna’, ‘Poquito a poco’ o ‘El del medio de Los Chichos’, grandes éxitos que se escucharon en todos los rincones.
Después de interpretar ‘Ya no me acuerdo’, ‘Yo no estoy Loco’ o ‘Me falta el aliento’, parecía que el concierto llega a su fin con la frenética ‘Pastillas de freno’ o ‘Fuente de energía’. Pero la pareja regresó al escenario sin el resto de su banda, acompañados por sus guitarras, y fue el turno de ‘La maqueta’, ‘Mi primera cana’, ‘Demonios’, ‘Ojitos rojos’ y ‘Cacho a cacho’.
“Esto se lo dedicamos a todos los extremeños que tuvieron que abandonar su tierra, como mi padre que tenía 14 años cuando tuvo que irse a Barcelona, para ellos porque todos tenemos la misma sangre”, comentó el mayor de los hermanos Muñoz antes de cerrar el concierto con otro de sus clásicos, ‘Como Camarón’.
Como viene siendo habitual, a Estopa se le hizo entrega de la ‘Stone M’, la obra escultórica elaborada por los artesanos emeritenses de ‘Terracota’ que recibe cada uno de los artistas que actúan en el Stone & Music Festival. En esta ocasión fue el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, el encargado de entregar este elemento único que sirve para obsequiar a los cantantes y también como icono escultórico del propio festival.
La pieza está elaborada con materiales como el gres, acero y óxidos colorantes, entre otros, e intenta mostrar que el pasado y el futuro van de la mano. En su interior alberga un recuerdo de la ciudad romana, arena de la escena del propio Teatro.