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Con el amargor del silencio. Plácido Ramírez Carrillo

Con el amargor del silencio. Plácido Ramírez Carrillo
Boda familiar en Asturias. Foto: Cedida
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Por la secreta voz de estas calles parece como si hubiera una música con acordes de abandono. Se desnudan las verdades y se aprecia la altivez de caballeros, y de señoras más relamidas que un colorín.

Pudimos asistir, por fin, a la boda familiar en Asturias, después de varios aplazamientos, por ya saben los motivos, y repartir abrazos, besos y emociones.

Boda familiar en Asturias. Foto: Cedida
Boda familiar en Asturias. Foto: Cedida

Los emigrantes vuelven a sus pueblos de origen, de donde nunca debieron marchar. Sueñan con la mirada de aquella niña morena con la que se cruzaron aquella madrugada que partieron en la ‘tallesa’ para tierras lejanas. Suben a la plaza, miran hacia arriba, para buscar entre los vencejos el cielo azul de la infancia, que tantas veces les robaron. Y recuerdo a mi abuela Juana, en el corral, con su moño recogido, perfecto, regando las macetas, geranios, gitanillas, que mimaba en aquellos tiestos que en realidad eran viejas latas de conserva. La vida era entonces sencilla y no sabía de reglas.

Con el amargor del silencio seguimos reflexionando en la atardecida, a pesar de los regilosos compañeros con los que nos toca lidiar, especialmente en nuestra clase dirigente, que para los suculentos sueldos está mediada la pugna. La banca siempre gana.

Anduvo algo desafinado este escribiente y no pudo asistir a muchas de las actividades que se organizan en las noches mágicas y bellas de esta ciudad. Por ejemplo, a los conciertos de música en los jardines del MUBA o al festival de fado y flamenco en el Auditorio Ricardo Carapeto.

Y también muy cerca de Badajoz, en Valdelacalzada, se celebró la V Velada literaria ‘Bajo la Luz de la Luna’ que organiza el profesor Molina, que lo mismo teje refranes que hilvana recitales con poetas, músicos y pintores. Pedro Monty, al piano, Pedro Martínez Aguilar, al violín, Dúo PM 234. Caridad Jiménez, Pedro López, Teodoro Gracia a la poesía, y la pintora local María Ángeles García Palacios. Ya están preparando la VI Velada que esa D.m. no me la pierdo. Y ustedes tampoco, apunten ya en su agenda. De quitarse el sombrero, oiga.

Tampoco pude asistir este año a la gala de los premios Hoy, en Villanueva de la Serena. Y mira que me hubiera gustado.

Ni a la presentación, días después, en la Rucab del libro ‘Terroríficos cuentos de verano’, del insigne periodista, y sin embargo amigo, Juanma Cardoso; también tuvieron su culpa los 45 grados de esa tarde de canela. A pesar del ofrecimiento de llevarme en su coche con aire acondicionado de la siempre generosa amiga Raquel González, dispuesta a lo que haga falta por hacernos felices. Impagable su compañía y su bondad.

Plácido Ramírez, José María Ballester y Miguel Ángel Gartzia. Foto: Cedida
Plácido Ramírez, José María Ballester y Miguel Ángel Gartzia. Foto: Cedida

En la Sala Arte Joven se estrenó la exposición colectiva de verano ‘El río Guadiana’, con obras de los artistas Diego Algaba, Juan Gamino, Zacarías Calzado, Adela Carranza, Ramón de Arcos y José Luis Hinchado, entre otros. Hasta el 30 de agosto.

Nuestras señorías siguen con el cebique del verano, aconchabados en su buen vivir y de vez en cuando nos llega algún jurgonazo. Las fotos de la cuchipandi viajando por Nueva York, una cosa que hicieron antes otros políticos, porque a todos les gusta el buen vivir; pero estas jóvenes venían a regenerar la política, dispuestas a acabar con la casta, pero luego se les olvida, lo normal en casi todos ellos, sean de un lado o de otro.

Recordamos a Miguel Ángel Blanco, cuando se cumplen 25 años de aquel terrible asesinato. No debemos olvidar. Mientras otros ponen una flor con una mano y con la otra firman con Bildu la memoria democrática “como héroes que lucharon por la democracia”, como si hubieran tenido razones para asesinar. Inaudito. Un insulto para las víctimas.

Aquí recibimos con sorpresa una invitación para la inauguración del AVE extremeño. Otra risa más. Desde Plasencia a Badajoz en menos de tres horas, con visitas de alto nivel, ministros y rey. Esperemos que esta vez pongan bien las ciudades en el mapa, Plasencia arriba y Badajoz abajo. Ya podrían aprovechar e inaugurar la autovía Cáceres-Badajoz, y el Guadiana limpio de camalote. Soñar no cuesta nada.

Se nos marchó el paisano y amigo Juan Villar Ginés, con quien tanto quisimos. Se nos fue en Valencia, pero quiso descansar en su tierra extremeña. Por estos caminos nuevos de este caluroso mes de julio, con la flor de la jara en su mirada de urgencia. Nos quedan muchas anécdotas y tantos recuerdos. Aquellas paellas que nos preparaba en los calañe con su hermano Ángel (que también se nos fue temprano). Descansa en paz, amigo y, si ves en el cielo a tu hermano Ángel, dale un abrazo y dile que todavía le lloramos, y le echamos de menos.

Foto: Cedida
Foto: Cedida

Se apagó el incendio de la Sierra de la Culebra, pero aquí se incendió el Ayuntamiento por unos días, llegó Gragera y mandó a parar, a dimitir a la concejala Solana. Ricardo Cabezas y Antonio Cavacasillas entrarán en dialogo. Ojalá todo se resuelva con rapidez por el bien de Badajoz, y se cumplan los proyectos que están en marcha. Que haya entendimiento.

Y hablando de fuegos. En estos días, Cáceres ardía de punta a punta, primero en Las Hurdes, Ladrillar; luego en Casas de Miravete, pasando al Parque de Monfragüe, la joya de la corona. Sin lugar a dudas, a pesar del calor, del cambio climático y todo lo que queramos añadir, ya lo explica muy bien Paco Castañares en los distintos medios, que algo entiende de esto, es una mala gestión de nuestros dirigentes, y falta coordinación. Aquí cada uno quiere mandar en su comunidad, y para esto debe de haber un mando único. Y sobre todo prevenir en invierno y primavera, hacer las cosas bien, desbrozar, podar, dejar entrar el ganado en los caminos, y demás tareas de prevención, para que luego en verano estas desgracias no ocurran, o remediar en lo posible. Habrá que pedir responsabilidades. Que aquí luego nadie dimite.

Aquí seguiremos con nuestros afanes y remurmuros locales, a pesar de la desidia. Con tanta desgracia, incendios, despedidas de amigos, uno se acuesta exhausto, triste y cansado como un perro, y con el amargor del silencio.

Foto: Cedida
Foto: Cedida

– ¡Llena otra vez, Josué, que nos vamos!

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