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Éxodo del desasosiego. Plácido Ramírez Carrillo

Éxodo del desasosiego. Plácido Ramírez Carrillo
Encuentro literario en la Asociación de Mayores de Santa Marina de Badajoz. Foto: Cedida
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Octubre nos llegó con su mirada mansa y tierna, lamiendo caricias nuevas. Nos pinta los campos con su color de pan y de rastrojo. Nos acerca sensibilidades y nos aúpa el ánimo. Mi santo, mi aniversario, mi cumpleaños (aunque los poetas solo cumplimos metáforas) todo de seguido, en carrefilera.

Los relojes de octubre vienen marcando la verdad en los espejos, desnuda, también generosa y cautiva.

Barruntan los silencios, la distancia y el acento. Desbaratan la costumbre de las noches sin ti. Nos hace navegar en el mar de las emociones, y nos marca los acordes de una voz que no es la nuestra.

Mendigaré si falta hiciera, los abrazos que sobran, y los besos de lluvia que nos trae octubre en la mirada.

Nuestra ministra preferida dice que ya están los presupuestos, y que han quedado ‘presiosos’. Imaginamos que los de la barretina y los de la chapela pondrán la mano (o mejor, las dos) a cambio de sus votos, claro. Y para Extremadura habrá poco o nada, porque según nuestra consejera no lo necesitamos. Vamos, que nos sobra.

En fin, seguimos viviendo un tiempo aconchabado y de excesivo cebique.

Cada día me gustan más los escritores, los poetas, los sabios que no se dan importancia. Por eso, el Covid, creo, nos hizo mejores. Y habrá, seguro, un éxodo del desasosiego. Me pondré en la fila de los nuevos sentimientos.

Las campanas volvieron a tañer como violando las leyes. Primero fue por Conchi Toribio, vecina mía de infancia y juventud en aquel Leganés en blanco y negro. Cuántos recuerdos de juegos en el rellano de la escalera y en la plaza de Tovares con su primo Ángel, con su hermana Rosi. ¡Ay!, mi vecinita rubia del Primero. Tan temprano, todavía. Se fue a dibujar guiños de ternura, y destinos.

Conchi Toribio y Vicky Mayo, recientemente fallecidas. Fotos: Cedidas
Conchi Toribio y Vicky Mayo, recientemente fallecidas. Fotos: Cedidas

Y hace unos días, amaneciendo octubre, nos llega la fatal noticia; Vicky Mayo, aquella muchacha popular y alegre, de singular carácter que trabajó tantos años en la granja el Cruce de Rafael Lucenqui, y luego en la nueva tienda de Juan Sebastián Elcano. La enfermedad apareció en primavera, nos contaba su hermana Inés, bañada en lágrimas, pero no dijo nada, para no preocupar a sus padres ya ancianos. Se nos fue a coleccionar besos y risas.

Nuestro Guadiana sigue pidiendo a gritos que lo salvemos de las garras del camalote o del nenúfar mejicano. Habrá que movilizarse pronto para que las autoridades responsables actúen con rapidez y eficacia. Al igual que nuestro parque de Monfrague, donde hay que actuar con inmediatez, pero la consejera del asunto titubea, y no sabe explicarse cuando Paco Castañares (que sabe sobradamente) le plantea preguntas sin respuesta. Ella sí sabe llamar a los que denuncian estos atropellos ‘salvaparques’. Ya se creó la asociación Amigos de Monfrague. Al ataque, Milana bonita.

Parece que vuelven las actividades culturales, y seguro que con chufleteo final (palabra cardosiana, no busquen en Google). Creemos que con el Covid ya hemos penitenciado, y nos hemos puesto de rodillas, o mejor nos puso él. Hace unos días, en el salón de actos de la Asociación de Mayores de Santa Marina, que preside Eladio Grano de Oro (con Cheli al frente de la barra) se celebró un encuentro con autor. En esta ocasión intervino el académico Manuel Pecellín, que deleitó al auditorio con su conferencia. El acto estuvo organizado por la Concejalía de Bienestar Social que dirige Antonio Cavacasillas.

En Jerez de la Frontera hemos podido comprobar el entusiasmo de la casa cultural extremeña ‘Virgen de Guadalupe’, que preside José Antonio Rico, arropado por una junta directiva sobresaliente. Después de dos años de parón han iniciado las actividades culturales con escritores extremeños. En 2017 fue un servidor el invitado, en 2018 Tomas Martin Tamayo, que por entonces había sacado libro nuevo, la novela ‘El secreto del agua’.

Encuentro con el escritor Juan Monzú en la casa cultural extremeña 'Virgen de Guadalupe' de Jerez de la Frontera. Foto: Cedida
Encuentro con el escritor Juan Monzú en la casa cultural extremeña ‘Virgen de Guadalupe’ de Jerez de la Frontera. Foto: Cedida

Este año el invitado ha sido el escritor Juan Monzú, cronista oficial de Puebla de la Calzada, ofreciendo a los asistentes un recorrido amplio por sus libros publicados. Leyó algunos poemas Alfonsí Andrade. Asistió un público numeroso y exigente, que aguantó las casi dos horas que duró el acto. Entre ellos mis paisanos el médico Antonio Pérez Feliú (que también escribe de Medicina) y el profesor Francisco López Monsalve (a su hermano Aníbal, por razones de salud, le fue imposible asistir, le deseamos una pronta recuperación).

Y ya andan enjaretando nuevos proyectos. Para finales de mes una excursión a Extremadura, visitando la mina de la Jayona, la ermita de Nuestra Señroa del Ara (conocida como la ‘Capilla Sixtina’ de Extremadura), Guadalupe y Trujillo.

Sean buenos, sobre todo los de los macro botellones, y sigan respetando las normas, todavía estamos en tiempo de Covid. No bajen la guardia.

Ojala no haya censura para la risa. Y haya, pronto, un éxodo del desasosiego.

—¡Llena otra vez, Josué, que nos vamos!

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