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La alegría de los libros. Plácido Ramírez Carrillo

La alegría de los libros. Plácido Ramírez Carrillo
Feria del Libro 2020 de Badajoz
Léeme en 2 minutos

El paseo de San Francisco nos hace un guiño marinero cada nuevo amanecer. Y la Feria del Libro nos hace un quiebro, nos da un respingo de mayo a septiembre, y llega toreando despacio, por alto y en redondo.

Nos sometemos a vivir este peripatético tiempo de incertidumbre, con su disciplina y su temple. Seguimos zancajeando, unos con rostro afable y mascarilla y otros ganduleando y sin respetar las normas, con corazones amojonados, y parece que todo va al revés en estas lindes donde medran los tontos y se enriquecen los audaces. Digo, que en este tiempo de mentiras provechosas, cada cual hace su agosto… ¡o su septiembre!

Que vuelvan los libros, las risas, los niños, los saludos, las conferencias de autores de renombre, o de relumbrón, como nos gusta decir, que nos firmen sus libros, los de fuera y los de aquí, los nuestros. Que vuelvan los concursos ‘Está en los libros’ y ‘El vuelo de la palabra’, santo y seña de la feria, pañuelito blanco.

“En septiembre, cosecha y no siembres”.

Seguimos ciegalutos con el barrunto de nuestro rio Guadiana, y el camalote asfixiando su vida y su memoria. Tendremos que movernos con presteza, porque nadie hace nada; la batalla comienza, hoy mejor que mañana.

En esto, como en tantas otras cosas, seguimos parados. Como la atención telefónica en el ambulatorio o en el Organismo Autónomo de Recaudación. ¡Ya no estoy seguro de que les suene! “Nuestras líneas están ocupadas, inténtelo más tarde”. Durante el mes de agosto quise conocer en qué situación se encontraba la contribución de la casa del pueblo para informar a mi madre, y llamé, y llamé… Mi madre se ha ido ya para Madrid, y sigo llamando. Estuve casi una semana intentando pedir cita telefónica en el ambulatorio, para receta… ¡nada! Decidí hacerlo de forma presencial, y me dieron para otra semana. ¡Que ya me llamarían! Vamos avanzando.

“Madura la uva en agosto y septiembre ofrece el mosto”.

Que vuelvan de nuevo los libros a San Francisco, que nos enseñan, que nos hacen viajar sin movernos de Badajoz, que ya hemos penitenciado sobradamente; que vuelvan los libreros con sus afanes, su entusiasmo y sus instintos vocacionales. Que volvamos otra vez a la alegría de los libros, a la furriola de los libros dedicados, a la presencia y la palabra sabia de los autores. Y además, este año con la sorpresa de los trabajos fotográficos de la Agrupación Fotográfica Extremeña (AFE).

“Por San Miguel los higos son miel”.

Por cierto, servidor, tiene un par de higueras en mi parcela, y especialmente una, me da muchas alegrías, como los libros, y muy buenos y sabrosos higos… Pero también 11 puntos. Ya saben, cicatrices en la tierra.

– ¡Llena otra vez, Josué, que nos vamos!

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